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¿Qué sabes de tintín? Pedro Rey, (casi) todo

En 1983 se vendía un ejemplar de Tintín cada 6 minutos // En 1996 se habían vendido 200 millones de cómics con sus aventuras. // Sólo en Bélgica se ha traducido a dieciséis idiomas y dialectos. A 19 en Francia. // En España se tradujo al gallego, bable, euskera y catalán. En breve aparecerá la traducción al castúo // Este año salió a la venta una versión coloreada de ‘Tintín en el país de los soviets’ en francés. Están preparando una segunda edición tras casi agotar la primera de 300.000 ejemplares.

– ¿Tintinólogo o tintinófilo?
Siempre tintinófilo. Aunque con el paso de tantos años uno acaba sabiendo mucho sobre Tintín y la obra de Hergé, conozco a grandísimos expertos sobre este personaje y yo estoy a años luz de ellos. Hay verdaderos estudiosos de la producción del autor belga que dedican muchísimo tiempo a desmenuzar todos los detalles y a revisar cada dibujo o cada documento que llega a sus manos.

_ ¿Cómo y cuándo surgió tu afición a las historias de Tintín?
Nace cuando mis padres vuelven de un viaje y me regalan Tintín en el país del oro negro”. Yo tenía seis años y recuerdo que lo devoré con fruición, pues quedé fascinado. En la contraportada aparecía la relación de todas las aventuras publicadas por la Editorial Juventud y fui reuniendo toda la colección aprovechando los regalos de cumpleaños, navidades... Una vez completa, mi afición ya se había convertido en pasión y empecé a buscar y adquirir bibliografía sobre Tintín y sobre Hergé y, con posterioridad, fui comprando otros objetos.

–¿Cuántos años te ha llevado reunir ejemplares en los 116 idiomas en que han sido publicadas sus aventuras?
No mucho, no más de seis años. Con internet, es mucho más fácil comprar y además te permite contactar con gente de otros países que te ayude a buscar ejemplares de ediciones publicadas hace más de 20 años que no se han vuelto a reeditar.
Incluso lectores de mi blog han llegado a ponerse en contacto conmigo para ofrecerme ejemplares. En otros casos, fueron amigos quienes me trajeron el libro del propio país, a pesar de la dificultad para encontrarlo, como sucedió con el búlgaro, el chino de hong-kong o el noruego. Aún así, he sido afortunado al poder hacerme con algunas traducciones que son prácticamente imposibles de conseguir, como el alguerés o el feroés.
– Y ahora que has completado la colección de idiomas, ¿cuál es el siguiente paso?
Pues ahora estoy esperando a a que vayan apareciendo nuevas traducciones, como la de un dialecto extremeño llamado castúo, que está a punto de ser publicada. Además, me gustaría muchísimo realizar una exposición de toda la colección de idiomas, creo que tendría un valor cultural muy grande y que demostraría que el mundo del cómic no se limita al ámbito infantil sino que puede tener una mayor relevancia. La Universidade de Santiago ya acogió una exposición hace tres años, cuando tenía poco más de ochenta idiomas.

­_ ¿Qué más objetos tienes? ¿Cuál es la joya de la corona?
Mis objetos preferidos son las primeras ediciones de las aventuras de Tintín vendidas en España, conocidas como del “medallón”, ya que antes de que la Editorial Juventud se hiciese con los derechos de reproducción, la propia Casterman, desde Bélgica, decidió imprimir en 1952 un número limitado de ejemplares de El Tesoro de R­ackham el Rojo y de El secreto del Unicornio. No fueron un éxito de ventas, así que la mayoría hicieron el camino de vuelta y allí se les quitaron las tapas y el lomo. Estos ejemplares, por lo raro que resulta encontrarlos o hacerse con unos, se han convertido en el Santo Grial de los coleccionistas de cosas de Tintín en lengua hispana. También le tengo muchísimo cariño a una reproducción del fetiche arumbaya de las aventuras de Tintín que estuvo expuesto en el Museo Hergé y que ahora está en una vitrina de mi casa.

_ Puede considerarse una inversión rentable si miramos los precios que algunos objetos alcanzan en las subastas, ¿no?
Sin duda, es una inversión muy rentable. Los propietarios de los derechos de la obra de Hergé suelen aprovechar el merchandising realizando series limitadas y numeradas, que rápidamente se revalorizan. Hay que estar atentos porque no es difícil ver objetos que en pocos años duplican su valor.

_ ¿Qué te gustaría comprar a ti?
Si pudiese comprar algo, con un cheque en blanco, sería un dibujo original de una página hecho a lápiz por Hergé… son carísimos, pero su valor se multiplica.

_ ¿Qué satisfacciones personales te aporta el universo de Tintín?
A mí me ha permitido que me invitasen a viajar al Museo Hergé y a Bruselas, al preestreno de la película en Madrid, a participar de mesas redondas, a impartir coloquios y a dar a numerosas charlas y conferencias en colegios e institutos. Sólo con eso puedo estar más que satisfecho, pero también me ha permitido conocer a muchísima gente interesante, a ser reconocido en algunos ámbitos y a que mi opinión en el mundo del cómic sea valorada. Además, cada vez que releo una de sus aventuras, vuelvo un poco al pasado, al momento en que la leí por primera vez…

_ ¿A dónde emigrarías para poder empaparte de Tintín?
A Bélgica, sin duda. Tintín es allí un representante nacional y lo veneran. En todos los colegios organizan actividades sobre él, le dedican calles, realizan murales en edificios, decoran estaciones de metro o de tren con sus viñetas y está muy presente en infinidad de campañas publicitarias. También hay que destacar la pasión que levanta en Francia, no en vano en los países de habla francófona, el cómic está considerado “el noveno arte”. Si tuviésemos que acotarlo a España, Cataluña está en otra liga. La asociación catalana de tintinófilos (www.1001.cat) cuenta con casi 500 asociados y realiza muchas actividades. Gran parte de las visitas del territorio estatal a mi blog vienen de allí.

_ Y una última curiosidad, ¿has tenido alguna vez que defender a Tintín frente a Asterix?
No, por suerte nunca. Creo que no son incompatibles y, de hecho, a mí me gustan mucho las aventuras de Astérix o de otros personajes como L­ucky Luke o Calvin and Hobbes. Siempre se ha intentado polarizar ese enfrentamiento porque refleja la disputa entre Francia y Bélgica por sus personajes más insignes, pero no se puede perder de vista que Hergé y Goscinny y Uderzo se llevaban bien e incluso que sus personajes aparecen homenajeados en las obras del supuesto rival.

criticado por nazi, misógino y racista

Algunos ejemplares de las aventuras de Tintín han sido criticados, e incluso retirados, tras ser acusados de racistas. Pedro considera que las acusaciones son injustas e incide en que deben ser contextualizados. “Tintín en el Congo se empezó a publicar hace ¡87 años!. Además, las aventuras de Tintín aparecían como tiras en una revista de boy-scouts católicos belgas y, de ahí que se presentase la relación de la metrópoli con la colonia de un modo paternalista y de que Tintín vaya a evangelizar a los nativos. En otras aventuras, como Tintín en América o Los cigarros del faraón, los habitantes son tratados con estereotipos, hasta el punto de ridiculizarlos o menospreciarlos, pero se puede considerar como el pecado de juventud del autor; por suerte, a partir de El loto azul, Hergé decide documentarse para dibujar sus tiras”, manifiesta.

También se refiere a la presunta misoginia que rezuma la obra, “dada por la casi nula presencia de mujeres en la obra de Hergé y porque el personaje femenino que aparece más veces, Bianca Castafiore, es histriónico y casi repulsivo. Pero es una tendencia muy habitual en el mundo del cómic de mediados del siglo pasado; en las aventuras de Mortadelo y Filemón sucede algo muy similar, con el personaje de Ofelia, que incluso tiene una semejanza física importante con la Castafiore”.

Por último, rechaza que Hergé pueda ser considerado como simpatizante de los nazis. “Lo dicen porque durante la II Guerra Mundial tuvo que acabar trabajando en un diario que no era contrario a la ocupación de Bélgica; pero siempre dejó claro que él no era colaboracionista sino que estaba en contra del nazismo y así lo iba reflejando de forma sutil en su obra”, puntualiza.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO FAVORITO
La isla negra me fascinó cuando la leí por primera vez porque tiene todo lo que se supone que debe incluir una aventura infantil; una leyenda, un monstruo, una isla misteriosa, unos criminales… Con la perspectiva de un lector maduro, Las joyas de la Castafiore ha empezado a ocupar un lugar destacado en mis preferencias. Son 62 páginas en las que no hay viajes y casi no sucede nada pero que engancha por su guión magistral y un dominio de la técnica sublime. De hecho, está reconocida como una de las diez obras de cómic más importantes de la historia.

Primeras lecturas
El libro que suelo recomendar para que un niño se inicie en las aventuras de Tintín es La isla negra, pues estoy convencido de que es el que más engancha. También pueden leerse los primeros títulos publicados –Tintín en el Congo, Tintín en América, El loto azul…– y, a medida que el lector va creciendo, es importante que siga la evolución de la obra de Hergé con la secuencia de títulos publicados, ya que se refleja en la madurez de la técnica y de los guiones. Además, funcionan muy bien los dos libros de las aventuras lunares de Tintín.

Ruta y museo
Aunque en Bruselas incluso han editado una guía con la ruta de la “visita del buen tintinófilo”, creo que lo imprescindible es acudir al Museo Hergé que está en Lovaina La Nueva, a unos 30 kilómetros de Bruselas. En él se pueden encontrar infinidad de objetos de culto, como las maquetas del cohete en las que se basó Hergé para dibujar las aventuras lunares o todo lo relacionado con el proceso de creación y dibujo de la obra del autor. Es un sitio para disfrutar.

Viajando con Tintín
En su día se editaron unas guías denominadas ‘Cuadernos de ruta de Tintín’ que comprendían unos viajes por China, el África negra, el Tíbet, la Amazonia, Perú y Rusia, en los que se repasan localizaciones reflejadas en las aventuras de Tintín. Además, sería imperdonable dejar de visitar Bruselas o incluso otros lugares como Ginebra, con emplazamientos por los que transcurren las historias.

Tintín en el cine
Al principio todos los intentos en convertir las aventuras de Tintín al formato de cine no fueron bien aceptadas; se realizaron dos películas con actores reales caracterizados como los personajes del cómic, pero no resultaron bien. Lo que sí tuvo una buena acogida fue la serie de dibujos animados que se realizó a principios de los años 90. También la película de Steven Spielberg y Peter Jackson ‘El secreto del unicornio’, aunque, si bien tuvo grandes beneficios en Europa, no acabó de convencer en Estados Unidos y por eso aún no se han realizado las otras dos películas proyectadas en la trilogía. Como tintinófilo, hay partes que me parecen horrendas pero hay que entender el filme como un entretenimiento y en ese aspecto creo que cumple su cometido reflejando en la gran pantalla las aventuras de Tintín y todo lo que les rodea; el ambiente, los personajes, las tramas, la vis cómica, etc.

Tintín y Spielberg
La relación de Spielberg con Tintín es curiosa porque no conocía el personaje hasta que, cuando apareció la primera película de Indiana Jones en 1981, le dijeron que el personaje tenía bastantes elementos comunes con el reportero belga. Entonces decidió empaparse de la obra de Hergé y hasta llegó a conocerlo en persona. Este encuentro propició la firma de un acuerdo que por el que sólo Spielberg podría llevar al cine las aventuras de Tintín.

Tintinófilos famosos
Hay numerosos tintinófilos de renombre, como Arturo Pérez-Reverte, Alex de la Iglesia, Antonio Resines o Emilio Gutiérrez Caba. Cabe destacar, también, la lista de tintinófilos del año, donde aparecen personas como Paco Roca, Julián Hernández, Joaquín Reyes o José Manuel Sánchez Ron.



08 may 2017 / 09:04
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