¿Qué sucede con la Fábrica de Armas?
Finaliza otro año sin existir claridad de futuro en la otra pujante industria coruñesa, que da tumbos desde que fue privatizada por concesión al inicio del siglo
Finaliza el año 2017 y la Fábrica de Armas herculina sigue instalada en su perenne crisis sin que se vislumbre una solución. La adjudicación de la concesión a Hércules de Armamento en octubre de 2014 no ha logrado los frutos esperados por las administraciones estatal y autonómica como por la nueva empresa. Ésta, que en los dos primeros años achacó al antiguo comité sindical ahuyentar a los inversores en su proyecto, ahora sigue esperando que llegue un socio caído del cielo.
En febrero se cumple un lustro desde que General Dynamics, anterior concesionaria, decidió dar carpetazo a su gestión en la factoria coruñesa, a la cual accedió en 2001, cuando el Estado decidió privatizar la empresa nacional Santa Bárbara, entidad con origen a finales de la década de los años treinta del pasado siglo.
Ya antes de dicha privatización, desde mediados de los años sesenta fueron varias las reducciones de empleados en la factoría en el año 1958, cuando se inauguraron las instalaciones en Palavea, tenía 1.241 trabajadores, que, desde la época de la transición, también superó numerosas amenazas de cierre, mediante la implantación de tecnología de última generación, que hoy en día está siendo infrautilizada.
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