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“LAS BÁRBARAS”

Terciarias, capuchinas, clarisas y franciscanas misioneras de la madre del Divino Pastor en A Coruña

Un documento fechada en 1444 facilita los nombres de una serie de “frayras” que viven “enna villa da Corunna”. Las localiza en la rúa de Cortiñal – hoy, Herrerías-. Será, por entonces, cuando lo que había tenido sus orígenes en un beaterio se vincule a la Orden Tercera de la Penitencia se asiente en donde una nueva donación les otorga: unas “… cassas en que vos agora morades con seu oratorio de Santa Bárbara en con su cortinna”; estamos, así, en un lugar inmediato al antiguo convento de Santo Domingo y cercano a la iglesia de Santa María do Campo.
Un privilegio otorgado en 1451 por el arzobispo compostelano Rodrigo de Luna les concede la elección de confesor al ministro visitador franciscano, así como derecho de enterramiento, con hábito y cordón en el cementerio contiguo a la iglesia. Entre 1460 y 1464 ya cuentan con la autorización para edificar su casa, fundar iglesia, con claustro, campanario y, también, cementerio, lo que se ratifica en 1494 mediante una bula de Alejandro VI. Será, a partir de entonces, cuando se levante esta edificación perviviendo de aquel momento el arco triunfal de la capilla mayor de su iglesia que, como la generalidad del convento, será reformada en los siglos XVII y XVIII. Así habrá que esperar a 1696 a 1698, concretamente, para encuadrar, entonces, el abovedamientos de su capilla mayor que, originariamente, debió de tener forma poligonal. En el presbiterio actual, en el lado del evangelio, se encuentra un enterramiento distinguido por una piedra timbrada, a relacionar con Pedro Valcarcel Montenegro, “… que dejó su acienda a este combento… murio año 1642”. Enfrente se ubica la capilla de la clausura – condición que las monjas asumen en el siglo XVII- , abierta hacia aquí, también, desde los inicios del XVIII, mediante un arco en el que se encaja una reja.
Han de considerarse de un tiempo primero las dos puertas que hay a los pies de la única nave del templo, que cuenta con un coro alto, amparado, también, con el enrejado propio de una clausura, imagen que se repite en otro espacio que mira, en la parte alta, en el lateral de la nave, también en esa parte de la entrada, con su correspondiente reja. La puerta que está al lado de la epístola tendría como función el ser el lugar por donde el sacerdote accedía a la clausura para administrar los sacramentos en tanto que la de enfrente sería la que llevase a la antigua sacristía.
Además del citado arco triunfal de la capilla mayor y de estas dos puertas laterales, en la nave, ha de considerarse como obra integrada en este templo, en su versión medieval, el relieve que puede verse hoy sobre la puerta de ingreso al patio de entrada que anticipa el acceso a su iglesia. Una representación del Padre y el Hijo, derivada de la iconografía del Trono de Gracia, entre el sol y la luna, a relacionar con la Gloria, se nos muestra con un San Miguel Arcángel pesando las almas, a un lado, lo que supone, en su caso, el acceso a los cielos Al otro, un orante, a reconocer como un donante – que ha sido interpretado usualmente como un peregrino-, ante tal muestra de la Divinidad. A su lado están una figura del Apóstol Santiago, significado como peregrino, y, también, una escena de la Estigmatización de San Francisco, lo que enlaza dos condiciones a vincular con este convento; es decir, el franciscanismo sumada a la devoción jacobea. Fue allí trasladado en 1613 según se deduce de una data impuesta en relación con la cruz que se ubica sobre tal escultura.
Por otra parte, tras haber accedido por esta puerta que nos lleva a un pequeño patio está, a la derecha, una puerta que lleva al convento en tanto que, enfrente, se localiza la entrada al templo. En la parte alta puede verse un tímpano, a relacionar con un tiempo anterior a la existencia del propio convento y que ha de relacionarse con el previo eremitorio de Santa Bárbara, mostrada a la derecha de una representación de la Virgen Madre, en tanto que, al otro lado, puede verse una imagen de Santa Catalina.
El convento da, hacia el exterior, carácter a la hoy denominada plaza de las Bárbaras que centra una cruz. Al lado de la citada puerta que da al patio puede verse otra, sobre la que hay una hornacina con una Santa Bárbara y más arriba una torre de planta cuadrada en la que se abren ventanas guardadas por rejas. Formando ángulo recto con esta parte del conjunto conventual se dispone el llamado “pabellón inglés”, en el que se abre la puerta de los carros y que estuvo destinado, principalmente, a área de dormitorios; se lleva a cabo con el concurso del arquitecto Fernando de Casas iniciándose en 1738 y culminando su concreción en 1789.
El presbiterio se cierra con una reja, Lo preside un retablo mayor, de condición neoclásica, presidido por una imagen de la Inmaculada en tanto que en los laterales están Santa Clara y San Francisco. En la nave se repite la presencia de una devoción mariana, además de las del Crucificado, el Sagrado Corazón de Jesús, San José, Santa Bárbara, San Antonio de Padua, al que acompaña el consabido limosnero dedicado al “pan de los pobres”. También puede verse aquí un “peto” de Ánimas, así como un Vía Crucis.
Destaca, por otra parte, una vidriera, existente en la pared de la nave, en el lado del evangelio y en las inmediaciones del coro alto; en ella puede verse la Visión de San Francisco en la Porciúncula, firmada en 1992, por M. R. Romero.
Este convento acogió a las capuchinas cuando vienen hasta A Coruña para acometer aquí una nueva fundación suya. En 1809 serán, en cambio, las capuchinas las que reciban en su convento, hasta 1823, a las Bárbaras. Desamortizado, como tantos conventos, fue cuartel a mediados del XIX; entonces se van a Santiago. Volverán aquí después de 1843, e ingresarán en la orden de Santa Clara en 1912.


LAS CAPUCHINAS EN SU PRIMERA LOCALIZACIÓN

La orden de las capuchinas nace en Italia en la primera mitad del siglo XVI siendo fundada por la catalana María Lorenza LLonc. Tienen presencia en España desde 1599 y su llegada hasta A Coruña cabe ponerse en relación, en 1676, con una fundación debida a una rica viuda, Catalina de Estrada y Salazar. Será en 1682 cuando Carlos II expida la Real Cedula para su fundación.
En 1683 llegan las monjas de la Concepción de Madrid. En ese mismo año toman posesión de la “Casa de las Maravillas”, donada a la comunidad por doña Antonia de Prego, germen de convento; contaba con una capilla adyacente dedicada a Nuestra Señora de las Maravillas.
La nueva obra arquitectónica cuenta con una primera traza de Domingo de Andrade que sigue a su cargo hasta 1707, siendo el “Maestro que por su devoción y sin interés ninguno tomó a su cargo la disposición de la fábrica de esta Yglesia”. Cuenta ésta con nave dividida en cuatro tramos, en dos de ellos hay profundos arcos previstos para incluir retablos. El crucero esta cubierto, en su parte central, por cúpula. Tras el presbiterio se encuentra la sacristía. En su lado del evangelio, se abre una reja, desde el que la comunidad sigue el culto; a su lado se dispone el correspondiente comulgatorio,
Posteriormente, y con el mecenazgo del arzobispo Monroy, se seguirán las obras, ahora con trazas de Fernando Casas quien se ocupó de “la construcción de la fachada, la portada, la portería, el claustro con cuatro corredores y otras dependencias”. El mismo prelado, de origen mejicano, deja aquí un cuadro de la Virgen de Guadalupe – hoy, en el convento de Oleiros; lo firma José Morlete en 1691-, así como el capital necesario para la construcción de dos de sus retablos, el mayor y otro más. La portada de esta iglesia está antecedida por una escalinata de ocho pasos que nos llevan hasta la puerta; a cada lado de la misma se abre una ventana que da luz al amplio espacio cubierto que antecede templo propiamente dicho en tanto que, a los lados, se encuentran las puertas desde las que acceder a la clausura, en una parte, y a la vivienda del vicario, en la otra. También la portada presenta una hornacina en la que se encuentra la Virgen de las Maravillas y, más arriba, en el ático, culminado por la Cruz, se encaja el escudo franciscano.
El retablo mayor se estructura con tres calles. La parte central de su ático cuenta con un espacio en la que se presenta la advocación principal del templo, la de Nuestra Señora de las Maravillas - que, con la de la Natividad de Nuestra Señora da nombre a esta fundación-, sobre la que se presenta un medallón con el anagrama mariano; su imagen presenta la túnica cubierta de flores, como evocación de las maravillas, esas flores silvestres que, también, mantiene en sus manos. Abajo, en la calle central se disponen unas gradas, pensadas para enaltecer el culto eucarístico inscritas en una hornacina, sobre la que está el escudo franciscano, que hoy enmarca la figura de Jesús Nazareno del Perdón, o Ecce Homo, en tanto que, a los lados, en dos niveles de altura, se sitúan hornacinas que, en el momento actual, presentan en la parte del evangelio, a San José, abajo y a Santa Rosa de Viterbo (anteriormente en el retablo de la Transfiguración), arriba; y en la de la epístola, a San Gracio, abajo; y a Santa Coleta, arriba. En lo que respecta a San Gracio, canonizado por la devoción popular, fue un ermitaño que custodió la ermita de Nuestra Señora de las Maravillas, anterior a este templo que mantiene su titularidad parece ser que a propuesta de los canónigos de la colegiata de Santa María do Campo.
La Virgen de los Dolores se presenta, centrando un retablo barroco, en el lado de la epístola ocupando uno de los nichos previstos para tal fin. Enfrente, en su urna, el Santo Entierro – obra de Francisco Mª Rodeiro, de 1858- se asocia, en tanto, a una cruz ya vacía, dispuesta sobre un fondo rojo. En los otros dos nichos hay, en tanto, dos retablos neoclásicos que encuadran imágenes de vestir; la del lado del evangelio es Santa Clara; el otro lado lo ocupa San Antonio.
Entre la imaginería que se guarda esta iglesia cabe citar los dos bustos del Ecce Homo y de la Dolorosa, del XVIII, que, procedentes de la clausura, hoy se muestran a los lados del presbiterio; y, en el lado de la epístola, está una imagen de Nuestra Señora de las Maravillas, también guardada anteriormente en la clausura, que procede de la citada antigua ermita dedicada a tal devoción. También se encuentra aquí un Sagrado Corazón de Jesús que proviene de la iglesia de los jesuitas, en donde presidió su retablo mayor, al ser entronizada tal devoción en 1901. Es obra de Francisco Font y Pons.
Un Crucificado, dispuesto sobre una pintura evocadora del Calvario, obra dieciochesca, se completa con un epígrafe, testigo de una indulgencia. La Virgen de la O, que fue patrona del gremio de charcuteros de esta ciudad, se presenta, en tanto, a través de una imagen de vestir que ha sido relacionada, por su caracterización fisonómica, con el estilo de José Ferreiro. Y mediante una talla del siglo XIX está aquí presente el Niño Jesús de Praga, devoción, en este convento, desde sus primeros tiempos.
Cuando las capuchinas dejan este lugar, en 1982, la parte estrictamente conventual pasará a manos del Municipio, quien se lo cederá, en su mayor parte, al Museo de Belas Artes de A Coruña. En tanto la iglesia y la casa del vicario serán, a partir de ahora, propiedad del Arzobispado. A partir de entonces se harán obras en la parte de la Iglesia, reparándose la fachada y cubierta en 1986, según proyecto y dirección de Andrés Fernández-Albalat Lois. Ante la puerta que da paso, desde la zona de entrada, a la antigua vivienda del vicario, puede verse una fotografía, de grandes dimensiones, de Baltasar Vidal (1886-1963), confesor de las Capuchinas y fundador de las Escuelas de la Grande Obra de Atocha y del Instituto Secular Hijas de la Natividad de María.
En tanto, al otro lado de portada, el edificio conventual se conservará en parte siguiendo un proyecto de Manuel Gallego Jorreto, en una obra que se desarrolla por los años 1989-1990, y que supone una adaptación a esas nuevas funciones museísticas a cumplir, propuestas desde planteamientos propios de la contemporaneidad.

UN NUEVO ESPACIO PARA LAS CAPUCHINAS, AHORA EN OLEIROS

Las capuchinas, tras dejar su convento coruñés, se trasladan a Oleiros en 1982. Allí, con un proyecto y dirección de Tau y la supervisión del P. Vicente Ara, se levanta un nuevo convento, con su iglesia, en el medio de un espacio rústico; un monolito da cuenta de tales circunstancias. Se accede al templo desde un pórtico cubierto, sostenido por cuatro pilares. Ya en su interior su única nave nos lleva hasta un presbiterio en el que destaca la luz de un gran rosetón que nos deja ver a contraluz la imagen del Crucificado. Si en el lado del evangelio de esta capilla mayor se dispone el retablo, enfrente se puede ver la reja que da lugar al espacio de la clausura, desde donde las monjas atienden al culto, algo también posible desde la parte final de la nave ya que se cuenta con un coro alto, también enrejado, sobre el que destaca, así mismo, una luz cenital.
El retablo de la Transfiguración, tema que ocupa su parte central, es el que puede verse en la capilla mayor; procede de la iglesia capuchina coruñesa y, al igual que allí, es el que las monjas ven, de frente, desde su clausura; responde a una traza de Fernando de Casas. Las imágenes de San Francisco y de Santa Clara se disponen a sus lados en tanto que arriba puede verse una imagen de Nuestra Señora de la Natividad, en un lugar anteriormente ocupado por una representación de san Gracio.
El color y la textura del cemento dan carácter a todo este interior eclesiástico. Las estaciones del Vía Crucis marcan un espacio que abre, en el medio de la nave, en la parte de la epístola, un lugar destinado a la confesión, presidido por un Crucificado. A la entrada de la iglesia dos pinturas, de condición barroca, presentan dos temas del ciclo de la Pasión: un Ecce Homo y un Varón de Dolores.
Completando el repertorio iconográfico cabe citar, en el presbiterio, una representación de Jesús Misericordioso, atendiendo a la visión de sor Faustina Kowalska ya en la nave, una escultura de San Pío de Pietrelcina, dos temas, pues, que testimonian devociones desarrolladas en los últimos tiempos.

LAS FRANCISCANAS MISIONERAS DE LA MADRE DEL DIVINO PASTOR
Esta comunidad, también conocida como las religiosas de la Divina Pastora, tiene su fundadora en María Ana Mogas Fontecuberta (1827-1886) quien fue sucedida, al frente de la orden, por. Mª de la Concepcion Dolcet y Sellarés. Es en el tiempo de ésta última cuando llegan a Galicia, tras un efímero paso, allá por 1889, en O Barco de Valdeoras, haciendo casa en A Coruña en 1897; se las reconocerá como Instituto de Religiosas Terciarias de San Francisco de Asís, bajo la advocación de la Divina Pastora. Su presencia, en aquel momento en el que los franciscanos no tenían casa, fue impulsada por las señoras de las Conferencias de San Vicente de Paul, vinculadas a los jesuitas.
Ya en 1892 hacen, para su implantación, la correspondiente petición en el Arzobispado de Santiago. Su pretensión, entonces, es “… plantear en dicha ciudad una fundación de su Instituto al objeto de recoger las pobres sirvientas que se encuentran sin familia y sin colocación y para la enseñanza y educación de las niñas pobres…”.
Tal propuesta no tendría, entonces, contestación positiva dado que, en aquel momento, dicho Instituto no contaba con la precisa aprobación pontificia. Tas serle otorgada, ya en 1895, el prelado Martín de Herrera firmará el Decreto necesario. Esta son las labores que se le encomiendan: “1º Encargarse del cuidado y dirección de las jóvenes dedicadas al servicio doméstico; 2º Abrir una escuela de párvulos y primera enseñanza; 3º Admitir durante el día los niños pequeñitos de las cigarreras y lavanderas, para que éstas puedan con tranquilidad ocuparse en sus respectivas ocupaciones” También asumirán, al igual que hacían en su Colegio de Santander la formación de quienes quisiesen “ser preparadas para Maestras normales”.
Su primer asentamiento coruñés será en la calle Rubine, en un solar que se corresponde con los números 14 a 18. Allí levantarán el denominado Asilo de Nuestra Señora de Nazaret, encargándose de su planificación el “católico y piadoso” arquitecto Juan de Ciárroga quien lo hace “graciosamente”.
Es en 1897 cuando se bendice su capilla trayendo hasta aquí, en procesión y desde la iglesia de Santo Domingo, la imagen de la Virgen de Nazareth. De ella se guardan las vidrieras en el oratorio de su actual residencia, en A Zapateira. En ellas podemos ver, en una de ellas, a la Divina Pastora y en el otro a San Francisco; se deben a la firma vasca “Maum-Jean Hermanos”.
Es en 1909 cuando esta casa asume el nombre de “Colegio del Sagrado Corazón de Jesús”, de inspiración jesuítica. En recuerdo de esta devoción todavía puede verse, en las nuevas instalaciones, su imagen, proveniente de las instalaciones de Rubine, ahora en A Zapateira. La instalación en A Coruña, en 1930, de las Religiosas de Mª Inmaculada para el Servicio Domestico hará que este tipo de objetivo deje de ser atendido aquí por este instituto terciario orientándose su labor, de una manera fundamental, a la docencia, misión que mantienen en su actual colegio, en unas instalaciones en las que hay un lugar para hacer presente sus devociones: a la Inmaculada, a San Francisco – en una iconografía en la que se nos muestra su renuncia a la riqueza, al dejar bajo uno de sus pies, una bolsa de dinero abierta-, y, en particular, a la Divina Pastora y a la beata María Ana Mogas Fontecuberta, presente en su oratorio, en la capilla, en el exterior…, como si con su figura se quisiese dejar patente el espíritu que promovió esta institución femenina franciscana.

Barral Rivadulla, M. D.,El Monasterio de S. Bárbara de La Coruña en el siglo XV, Grottaferrata : [s.n.], 1994

Barral Rivadulla, M. D.,“El pabellón de la Plaza de Santa Barbara : Una nueva obra de Fernando de Casas Novoa en La Coruña”, Anuario brigantino, 17 (1994), pp. 281-286.

Yañez Rodríguez, J. M., Carballido del Camino, P., La iglesia de las Capuchinas de A Coruña, A Coruña, Deputación Provincial da Coruña, 2014.

Paz, I., Historia y presencia (las Franciscanas MM. De la M. del Divino Pastor en Galicia), Santiago de Compostela, Velograf, S. A. 1992.

Las Bárbaras

http://www.turgalicia.es/fotos/IMAGENES/FLASH/ARQUITECTURARELIGIOSANP/vr_66_asbarbarascoruna/index.html

Horario de misa: Todos los días a las 7.00 horas.

Horario de torno: Todos los días de 10.00 a 12.30 horas y de 16.30 a 18.30 horas.

Las Capuchinas.

http://www.turgalicia.es/fotos/IMAGENES/FLASH/ARQUITECTURARELIGIOSANP/vr_104_capuchinas/index.html

Horario de torno: Todos los días de 10.00 a 13.0 horas y de 17.00 a 18.30 horas.

Colegio Sagrado Corazón de Jesús

http://www.sagradocorazonacoruna.anamogas.org/

16 ago 2014 / 19:43
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