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LOS REYES DEL MANDO

'The Affair', última estación

    ¿QUÉ nos atrae de ‘The Affair’ (Showtime, última temporada ya en Movistar)? Probablemente lo mismo que comenzó a hartarnos tras la segunda entrega: el exceso de atención a personajes más o menos secundarios. Y cómo la mentira y la fragilidad de esas zarandeadas vidas se enredan en las escenas domésticas, creando una atmósfera de culpa insoportable. Pero nada debe extrañarnos: gran parte de nuestra civilización se basa en desarrollar la idea de la culpa. Recuerdo cuando, tras la segunda temporada, muchos dijeron que ‘The Affair’ había dejado de lado el propósito inicial, es decir, el que da título a la serie. Ese endiablado asunto tan humano. El tiempo ha pasado, y la historia ha resistido incluso contra pronóstico, sin apartarse mucho de esa exhibición, eso sí, recreada con primor, de la infelicidad y el castigo, que se abre camino incluso cuando el sol intenta brillar ahí fuera. Es una tragedia, de acuerdo, todo está pensado para sacarnos de nuestra zona de confort, insistiendo en las consecuencias inevitables de las decisiones que tomamos.

    ‘The Affair’ decepcionó a los que esperaban más vértigo, pero aquí las cosas van despacio y los silencios se estiran durante minutos. La atmósfera, la de la culpa, la de la tristeza, pesa sobre los párpados de los vivos y los muertos. Como la nieve. Nadie espera encontrar un respiro en estas vidas que vienen tocadas por el engaño o el dolor, pero a estas alturas (la quinta temporada es la última) ya estamos preparados: sí, nadie viene a esta serie a pasarlo bien.

    Para los que no hayan visto el primer capítulo de esta quinta temporada, mejor detenerse aquí. No es que vayamos a revelar demasiado, pero es cierto que de nuevo los giros del guión se suceden, y también aparece el viaje al futuro, incluyendo un guiño tecnológico. Pienso que la excesiva carga literaria (en cuanto a la forma) pudo lastrar a esta serie, pero a mí es justo lo que me atrae de ella. Narrar desde varias perspectivas la misma historia, mostrándolo a las claras, es un tanto novedoso, al menos cuando se hace con esa valentía. Aquí sigue esa técnica y se combina con los saltos temporales, como sucede con la llegada de la hija adulta de Alison y Cole, que viene a investigar qué pasó realmente con su madre. Hay que ir atando cabos, pero otros se desatan sin remedio. Como sucede en la vida misma.

    Sí, ‘The Affair’ es una serie atractiva en lo que se refiere a su estilo narrativo, sobre todo por una cosa: porque contar la misma historia desde dos puntos de vista (o más) no supone que una versión anula a la otra, sino que la completa. Y así vemos mejor los límites de la mentira y… también los límites de la verdad. No es una serie que deje en muy buen lugar al ser humano, salvo alguna cosa. Noah aparte, el más odiado por muchos, aquí todos tienen un motivo para sufrir que nace en algún momento del pasado. Hay culpa por todas partes… pero, sobre todo, sufrimiento. El primer capítulo de esta última temporada nos muestra un funeral, una muerte triste, las consecuencias de otra, y un nacimiento problemático. Los personajes arrastran el pasado y el presente como un tormento que, nos dicen, sin duda se merecen. Sólo los muertos se quedan muy solos, pero tranquilos.

    27 ago 2019 / 22:04
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