Todavía llegan peregrinos con fe y devoción

Todavía quedan peregrinos con fe y devoción. El Camino de Santiago es para muchos fieles una grata e inolvidable experiencia espiritual, un lugar de encuentro con Dios, con uno mismo y con los demás. En medio del alboroto y los flashes habituales del Obradoiro, es cada vez más complicado encontrarse con peregrinos como Claudia Giménez, una uruguaya que ayer, cuando pisó por primera vez la explanada situada frente a la Catedral, quiso antes de nada ofrecer con total recogimiento una oración de acción de gracias al Apóstol Santiago.

Sorprendió su gesto al doctor José Carro Otero, presidente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia, quien en ese momento pasaba por la plaza. "Se encontraba en una actitud devocional que nunca había observado", comenta el reconocido médico e historiador jacobeo en declaraciones a EL CORREO, a la vez que apuntó que no pudo evitar dirigirse a la mujer, impresionado por su concentración y meditación. Utilizó, además, sus dos bastones de peregrina para trazar una cruz sobre el pavimento pétreo del Obradoiro.

"Me contó que era de la pequeña ciudad de Canelones, muy cerca de Montevideo, y que había completado el Camino de Santiago en compañía de una amiga, que estaba con ella en ese momento, aunque esperando a que ella concluyese la oración", relata, a la vez que detalla la conversación: "Le comenté mi impresión por su devoción y me dijo que estaba dando gracias al Apóstol por su peregrinación desde Samos. De la plaza del Obradoiro se iban directamente al aeropuerto para coger el avión de regreso a su país de origen. Charlé un rato con ella y le dije que conocía personalmente a algunos expresidentes de su país, donde estuve ofreciendo varias conferencias. En este contexto, también me reveló que ella en Uruguay se dedica a organizar ponencias relacionadas con la tradición jacobea y que tiene una gran devoción al Apóstol".