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Un centenar de curanderos de Galicia están en vías de extinción

Depositarios de saberes y prácticas transmitidas de generación en generación están llamados a desaparecer // Menos de un centenar son los que perviven en nuestra comunidad

"Llevaba un mes dando vueltas en las consultas de médicos, haciendo placas, tomando antiinflamatorios, acudiendo a sesiones de fisioterapia y la inflamación y el dolor que tenía en un tobillo no me pasaba", explica una mujer de Chantada, que aguarda a Manuel, compostor que presta sus servicios en la aldea de Cas de Pedro, en el municipio lucense de Carballedo. Añade, "en una sesión con Manuel ya noté mejoría, bajó la inflamación y los dolores y pude dormir bien", asegura.

El caso de esta mujer, que prefiere guardar el anonimato, es representativo de muchos otros que se dan en toda la geografía gallega. Son los dolientes que desencantados con la medicina oficial recurren a esa otra medicina, la llamada popular, en la que compostores, sanadores, atadores y curanderos ejercen un viejo oficio basado en prácticas y saberes tradicionales, heredados de generación en generación.

El doctor Vázquez Gallego, jefe de Rehabilitación del hospital Xeral de Lugo, estudioso de la medicina popular, reconoce en su obra Tradiciones y curanderismo en medicina popular en Galicia que los contratiempos y fracasos-humanos- de la medicina oficial son un hecho que está ahí y "es un elemento que añadir en la pervivencia de los ritos, creencias, costumbres y medicinas populares".

Y es que como señala Eduardo Pérez Hervada en su trabajo Curanderismo en Galicia "en cualquier tiempo y en cualquier meridiano topamos con el curanderismo y con la superstición".

Venerados por unos y contestados por otros, lo único que hacen estos personajes es aplicar sus singulares remedios para tratar de devolver la salud al enfermo. Y lo cierto es que esos remedios, propios de otras épocas, en un alto número de casos, parece que siguen funcionando y curando dolencias.

Aunque estas prácticas parecen estar rodeadas de un cierto halo de magia, donde actúan fuerzas y energías sobrenaturales, la verdad es que no dejan de tener su fundamento en el conocimiento tradicional, acumulado durante décadas en esa buscada de los antídotos contra la enfermedad y el dolor. Son, sin la menor duda, una parte de nuestra identidad, de nuestra cultura, de nuestras formas de vida.

Sin relevo. La realidad es que esos representantes del saber popular, de la otra medicina, son una especie en vías de extinción en el mapa gallego.

Como sucede en el campo, que se queda sin jóvenes que trabajen la tierra y críen ganado, la falta de relevo generacional está acabando con la mítica figura de compostores, sanadores, atadores, curanderos y otros personajes de un mundo mágico que parece dar sus últimos coletazos en la era de las nuevas tecnologías y la biomedicina.

Aunque no hay registros oficiales de estos paramédicos, diferentes estudios cifran en poco más de medio centenar, en toda Galicia, el número de practicantes de la etiquetada como medicina popular, la mayoría con más de 60 años a sus espaldas.

Manuel Fernández Gil, de Casa Atador, en el municipio de Carballedo, con 68 años, ejerce comocompostor desde hace un par de décadas. Heredó el saber de su suegro. Es la tercera generación en la familia dedicada a componer esguinces, luxaciones o torceduras. Clientes no le faltan.

La única hija de Manuel, casada, que cursó ingeniería y se dedica a atender la explotación de ganado de la casa y a su familia, no va a mantener la tradición de ese saber popular. Manuel se lamenta de que con él se pierda la tradición, "me gustaría que mi hija siguiera con el oficio, pero parece que no le tira", comenta con tono de tristeza.

En esta circunstancia, el camino de la desaparición, se encuentran la mayoría de compostores, sanadores y curanderos que perviven en Galicia.

En el municipio pontevedrés de A Estrada, no hace mucho, desapareció Carmen Montoiro, más conocida como A Corva de Pardemarín, una de las componedoras de huesos más solicitadas de Galicia. Falleció a los 88 años, después de tres décadas pasando consulta en el patio de su casa. Nadie recogió el testigo de esta mujer que aseguraba que su medicina era "un don de Dios".

galicia@elcorreogallego.es

BREVE GLOSARIO DE SANADORES

1 Compoñedores También denominados compostores, su especialidad son los huesos descoyuntados, aunque lo que más hacen es componer brazos y piernas dislocadas, esguinces y luxaciones. También suben el estómago caído.

2 Curandeiros Los más comunes en la Galicia rural, lo curaban casi todo utilizando diferentes sistemas que iban desde la oración y los ensalmos a la imposición de manos o miradas, pasando por las pócimas a base de hierbas.

3 Sabias Es una especie de bruja buena, con un don divino. Tratan los maleficios que supuestamente sufren las personas, tales como mal de ojo, meigallo, airada o difunto. Son males espirituales causado por una fuerza maligna.

4 Atadores Se llamaba así a los que arreglaban fracturas de huesos y luxaciones. Sus prácticas son similares a las de los compoñedores aunque más limitadas. Su nombre deriva de "atar" las extremidades de los heridos a componer.

5 Ensalmadores Personajes que expulsan el mal de ojo del cuerpo y otros maleficios por medio de ensalmos y pociones mágicas. Son una especie de curanderos místico-religiosos que se aprovechan de la credulidad de la gente.

31 may 2010 / 01:22
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