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Un día para la memoria

    LA prensa reproduce estos días un documento que muestra que el asesinato de Lorca fue un crimen de Estado. Comienzos de verano. 1951. La foto me muestra en brazos de mi padre subiendo la pasarela del Alcántara en Vigo rumbo a América. Castelao ha muerto en Buenos Aires, muchos han sido fusilados y es preciso poner tierra por medio. Nada volverá a ser igual para mi padre, para ninguno de nosotros. Al regreso lo habrá perdido todo y la vida será por completo diferente. Pero vive, que no es poco dada la naturaleza criminal del régimen. Comienzos de verano. 1951. Mi amiga Victoria tiene mi edad y su trago es más amargo. Hablaba el otro día aquí de José Rodríguez Corento –administrador del hospital psiquiátrico de Sevilla, traductor, poeta influido por Lorca y fusilado por sus ideas– a raíz de la emisión porTV1 de la película de Imanol Uribe Miel de naranjo. Por los mismos días de la foto con mi padre en el puerto de Vigo, el poeta condenado a muerte escribe a sus hijas de corta edad horas antes de morir:

    El sueño de un niño

    "Entreabriertos los labios, dormías como un ángel/Los labios de los niños se abren, como las rosas/al soplo de la tarde. Tus bracitos cansados/colgaban de la cuna, y tus manos abiertas/ aún conservaban rastro de flores y de hierbas.-/Yo no sé qué quimera mecía tus sentidos/ pero se hubiera dicho que, en su alado descanso/dejó sobre tu boca una canción a medias/que en ella revolaba, como revuela el pájaro/las flores del espino, la breña y el chaparro.-/Mis manos percibían de tu pulso el latido/Me acerqué poco a poco, por no quebrar tu sueño/ sobre tu frente, Oh Gunther!, deposité mi beso/y llorando en silencio proseguí mi camino. (A. de Musset, trad. J. R. Corento).

    Mis queridas hijas Mª del Carmen y Victoria: hoy leía esta poesía, que hace unos meses traduje del francés. Es bella y tiene en sus últimos versos algo simbólico para mí esta última noche de mi vida. Yo también deseo depositar un beso en vuestra frente antes de seguir mi camino, que emprendo hijas mías, alegre y orgulloso, sin lágrimas, y estoy seguro que cuando estéis en edades de comprender también os sentiréis orgullosas de quien tanto os ha querido. Vuestro padre (rúbrica). En la cárcel de Sevilla a la una de la madrugada del día 25 de junio de 1951".

    Catedrático de Arte

    04 may 2015 / 19:52
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