Un estudio revela un plan fallido para reformar el puente de Vea

El anuario editado por el Museo do Pobo Estradense Manuel Reimóndez Portela vuelve a sorprender con interesantes trabajos sobre historia, arte, geografía o etnografía. El volumen número 12 de A Estrada, miscelánea histórica e cultural se presentará el próximo martes día 29 (a las 20.00 horas en la sala Caixanova de la villa), contiene trabajos basados en documentos inéditos.

Uno de ellos es el realizado por Olalla Barreiro, a partir de textos hallados en el Archivo Histórico Provincial de Pontevedra, sobre los planes de reforma del puente de Pontevea que, afortunadamente, no se llevaron a cabo, o la construcción del otro paso sobre el río Ulla en Sarandón (Vedra) a finales de los años 20.

En el caso de la frontera con Teo, el puente de Pontevea, de inexcusable paso entonces hasta Compostela y de origen románico, la autora explica que en 1953 el Concello de A Estrada solicitó la ampliación de la emblemática construcción. Un año después se redactó el proyecto para la reforma alegando la escasa anchura del puente (tiene 2,50 metros), que dificultaba el paso de vehículos, o la estructura debilitada en algunas partes.

Una de las alternativas proponía duplicar el ancho de la calzada hasta 5 metros, con aceras incluidas, refuerzos con cemento, el asfaltado del adoquín y la sustitución de los inconfundibles bordes de sillería. Ya se advertía del evidente feísmo en el estudio. Otra opción proponía reforzar los arcos también con cemento y demoler las bóvedas.

Se descartó también por su dificultad una tercera y drástica vía: derrumbarlo, directamente. Curiosa es una de las partes del informe que cita textualmente el trabajo, donde se habla (al igual que se desprende de todo aquel proyecto) de la escasa "importancia" del puente o de su valor "puramente sentimental".

Reza además el documento que el puente "es tan incómodo que podemos asegurar que nadie levantaría un sólo dedo para defender su integridad".

Olalla Barreiros descubre en este trabajo la otra historia de todo un símbolo de identidad que comparten los municipios de Teo y A Estrada, que ahora pondrá en valor la Xunta de Galicia y cuyas estrecheces se acabaron solucionando en 1980 con el inicio de la construcción del nuevo puente sobre el río Ulla.

Los retrasos de Sarandón

Buceando también en el archivo municipal de A Estrada, la autora repasa la tediosa construcción del actual puente de Sarandón, que une el municipio estradense con Vedra. La Corporación urgió construirlo en 1913, sobre las ruínas del paso primitivo sobre el cauce del Ulla.

Según recoge el artículo de Barreiros, cuatro años después se ordenó su construcción, que costó 106.208 pesetas. Las obras acabaron en 1929, después de tres años y sonados retrasos.

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