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Vigo, siempre devota al Cristo de la Victoria

Más de 200.000 personas siguieron la procesión, en la que Pierre Ianni portó el estandarte de la Cofradía que se ocupa de la imagen religiosa

Dos siglos de devoción al Cristo de la Victoria de Vigo fueron refrendados ayer por las más de 200.000 personas que sólo se guían por su fe y a las que no les asustó la marea humana que invade las calles de referencia histórica por donde transcurre la procesión. Se trata de mantener viva, e incondicional, la tradición ante la imagen religiosa que aúna el sentimiento de miles de ciudadanos.

Con el centro de la ciudad convertida en un hervidero humano desde media tarde, porque miles de personas persiguen el mismo objetivo de conseguir un espacio a las puertas de la colegiata, el momento álgido ayer volvió a ser la salida del Cristo de la Victoria desde la Concatedral. En medio de un respetuoso silencio, los vigueses acogieron, también entre lágrimas de emoción, los primeros pasos de su Cristo.

En el año en que se celebra el bicentenario de la ciudad olívica ,y la expulsión del ejército francés de ocupación de Napoleón, todo son símbolos porque de las manos del director de la factoría de la multinacional francesa del Grupo PSA Peugeot Citroën, Pierre Ianni, pendía el estandarte de la Cofradía del Cristo de la Victoria. Emocionado, y consciente de la trascendencia del momento para miles de vigueses, Ianni portó solemne, y sin dejarse vencer por el cansancio, el estandarte tras la imagen del Cristo a su paso por zonas claves en la historia de Vigo como el barrio de O Berbés, donde se asentaron los primeros pobladores de la urbe, por Montero Ríos, próximo al mar que tanta riqueza le ha proporcionado a Vigo; por la calle Colón, símbolo del primer ensanche y expansión de una ciudad que ya era consciente de todo su potencial, y por la calle del Príncipe hasta la Puerta del Sol, como referentes ineludibles..

Horas antes del inicio de la procesión, Ianni reconoció a este periódico su agradecimiento por haber sido elegido para portar el estandarte precisamente en el año en que se conmemora el bicentenario de la ciudad olívica. Expresó su expectación por asistir por primera ocasión a uno de los actos de referencia de la ciudad, del que le habían llegado numerosos comentarios por los cientos de miles de personas que participan en el acto que representa la mayor expresión de unidad de los vigueses.

Como custodias del Cristo de la Victoria, a cien metros de distancia, se situaron tanto los representantes de la cofradía que tan celosamente guardan la tradición año tras año, como la comitiva encabezada por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijó; el delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro; el alcalde de Vigo, Abel Caballero; la delegada de la Xunta, Lucía Molares o la presidenta de la Autoridad Portuaria, Corina Porro, además de corporativos vigueses. El obispo de la diócesis Tui-Vigo, Luis Quinteiro presidió la Misa solemne,

Entre los momentos de gran intensidad también se encontró la ofrenda floral realizada en la Puerta del Sol, donde la banda de la Brilat interpretó el himno del Cristo, que provocó la emoción, y hasta las lágrimas de sentimiento, de cientos de vigueses. El canto del himno fue entonado a coro por miles de voces .

Tras regresar a la parroquia, el Cristo permanece tres días colocado en sus andas y rodeado de las flores que le han sido ofrecidas por los devotos. Pasados esos días, vuelve al altar mayor hasta la procesión del año siguiente.

 

TRADICIÓN. La manifestación de fe al Cristo de la Victoria no se ciñe a la procesión de anoche. Desde primeras horas del sábado miles de vigueses reprodujeron el recorrido por donde discurre la figura religiosa. Pertrechados de las velas con las que iluminan su particular camino para testimoniar su profunda devoción y una íntima petición al Cristo, paso a paso discurrieron por el centro de la ciudad hasta llegar a la Concatedral donde depositaron las velas, aunque en la mañana del sábado la cofradía no esperaba la llegada de los primeros devotos, y las candelas eran depositadas al pie de la figura religiosa.

Diez horas antes de la procesión, se repetían las imágenes del sábado. Durante todo el día miles de vigueses realizaron íntegro el recorrido para evitar la aglomeración de la tarde que impide avanzar. "Desde hace muchos años prefiero hacer por mi cuenta la procesión a primeras horas de la mañana del domingo para poder completar el recorrido y porque como viguesa tengo una profunda fe en el Cristo de la Victoria", relata Pilar Pousa al explicar que para ella, como para miles de ciudadanos se trata del acontecimiento más importante que se produce en la ciudad durante todo el año.

delegvigo@elcorreogallego.es

02 ago 2010 / 03:24
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