ENTREVISTA
Luz Gabás // Escritora

“Busco emoción en el lector a través del amor y del deseo de libertad”

27 nov 2022 / 01:00
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Es una novela sobre la vida, el amor, las relaciones familiares, los anhelos de cada persona, la política, el deseo, la ambición, el sexo...

La escritora Luz Gabás, que ha recibido el Premio Planeta 2022 con su novela Lejos de Luisiana, sostiene que un historiador “presta mucha atención a los datos”, mientras que el escritor de novela histórica “despierta la curiosidad, deja volar la imaginación, rellena huecos y llega a rincones a los que no se puede llegar con los estudios”. Gabás destaca que busca la emoción en el lector a través del amor y del deseo de libertad. La historia de Lejos de Luisiana nació -reconoce la autora- cuando se dio cuenta de que se sabía “muy poco” del contexto y era “ideal” hablar sobre el esfuerzo de la sociedad para continuar hacia delante, aunque hay que intentar que “no se apodere la Historia con mayúsculas de la historia que tú estás inventando”.

La escritora confiesa que ha visto “un sueño cumplido” y afirma que la novela transcurre en “un enorme territorio que España poseyó” y se trata de “una historia de amor inquebrantable en tiempos convulsos, que refleja también la amistad, la lealtad y la traición”.

Las páginas de la novela describen un cosmos, un fresco de los últimos 40 años del siglo XVIII del corazón de Estados Unidos, porque es la vida de muchos personajes diferentes, colonos, criollos franceses, españoles recién llegados, ingleses, esclavos africanos, tribus indias.

Es una novela sobre la vida, el amor, las relaciones familiares, los anhelos de cada persona viva donde viva, la política, el deseo, la ambición, el sexo, en definitiva, la batalla entre la pasión y la razón, ha resumido. Al hilo de esta reflexión, piensa que su libro transita entre la Ilustración y el Romanticismo, tiene la lógica de la Razón pero ya anticipa el Romanticismo decimonónico.

Admite la autora aragonesa que era difícil documentar la historia y equilibrar la historia y la literatura y quizá por eso los grandes personajes como Bernardo de Gálvez tienen apariciones episódicas en la historia.

Gabás escribió la novela durante la pandemia, durante “tres años difíciles en la vida personal” y ha asegurado que escribir esta novela tan compleja fue “un reto en el que me he puesto a prueba hasta el límite”.

¿A qué sabe el reconocimiento del Premio Planeta?

Me siento muy satisfecha. Han sido muchos años de esfuerzo. Esta novela es el resultado de muchas experiencias de mi vida. Por un lado, estudié en Estados Unidos y conocí de cerca al pueblo americano. Sentí atracción por el mundo nativo americano. Y, además, tuve que escribir un relato sobre el papel de España en la independencia de los Estados Unidos. Entonces sabía muy poco de Luisiana y ahí me enganché.

Me di cuenta de que era ideal hablar sobre ello y del esfuerzo de la sociedad para continuar siempre hacia adelante a pesar de las vicisitudes de la vida. Puse en orden todos mis pensamientos y sentimientos y surgió.

Crea una historia de amor verosímil, pero algunos personajes son inventados. ¿Qué ha supuesto este reto?

Hablamos de personajes muy diferentes, de procedencias distintas y con un contexto alejado al nuestro. La novela histórica se debe a la historia. Es decir, los hechos que salen deben ser veraces, pero también se debe a la literatura y ahí los personajes que tú creas tienen que ser verosímiles.

Ha sido un reto porque todos los personajes, los que mantienen la arquitectura de la novela y representan a los gobernadores, a los militares y a los religiosos, existieron. Los que invento son cuatro o cinco personajes para que la acción vaya avanzando.

Se trata del deber, de la responsabilidad, de la búsqueda de libertad. ¿Por qué?

Son temas que están a la orden del día, pero son también muy románticos. Entonces tiene que haber amor, deseo de libertad, conflicto social e incluso afán de evasión. El amor es muy útil y atractivo porque deja volar la imaginación y, además, puedes escribir y describir muchas emociones y pasiones de los personajes. Cuando pienso en una novela como esta, no me la imagino sin una historia de amor así.

‘Lejos de Luisiana’ es una historia ambientada a finales del siglo XVIII. ¿Desconocemos nuestra historia?

Un historiador presta atención a los datos e intenta ser lo más preciso posible, mientras que el escritor de novela histórica despierta la curiosidad, deja volar la imaginación, rellena huecos, se fija entre líneas y llega a rincones a los que no se puede llegar con los estudios de las materias. Los hechos sucedieron de una manera, pero nosotros pensamos en lo que sintió esa persona y en qué le llevó a tomar esa decisión. Todo pasa por la cabeza de un escritor.

¿Por qué cree que no se habla de ello? Ni se estudia, claro.

Es difícil estudiar todo en un currículum escolar. Al final, tenemos que aprender cuestiones más generales porque no da tiempo a llegar a todas las puntuales. Para eso estamos los escritores de novela histórica. Hasta hace poco tiempo eran cuatro quienes conocían la figura de Bernardo de Gálvez y, ahora, puedo contar quién fue.

¿Cómo ha sido el proceso de escritura y documentación?

He leído todos o casi todos los documentos que están publicados acerca de los 40 años en los que España poseyó Luisiana. Es mi forma de trabajar. Tengo que leer hasta que ya se repiten los textos o se remiten a las mismas fuentes. Cuando veo que se empieza a repetir la información, pienso que ya tengo todo para empezar a redactar la novela. Ha sido un camino largo y duro y creo que si no hubiera sabido inglés no la hubiese podido hacer.

¿Es fácil encontrar el equilibrio entre realidad y ficción?

La novela histórica al final es historia y novela. Es decir, la parte histórica debe ser veraz y la reconstrucción del contexto también. Lo que puede volar la imaginación es la parte ficticia. Tú puedes crear personajes a los que les pasen cosas en ese contexto histórico veraz.

Más que equilibrio, tiene que ver con que no se apodere la Historia con mayúsculas de la historia que tú estás inventando porque esto no es una lección de nada. Yo quiero que el lector, cuando cierre el libro, diga que se ha emocionado o que se ha entretenido porque ha viajado con los personajes.

¿Cómo era aquella Luisiana de finales del siglo XVIII?

Yo me imagino esta época como muy exuberante, impactante, colorida, con voces de muchos idiomas, con olores de muchos guisos, con gente nueva llegando continuamente, yendo y viniendo con mucho ajetreo, con familias con muchos niños y, por supuesto, con todo tipo de etnias.

¿Qué reflexión hace sobre su novela y sobre esta escritura?

Creo que siempre recordaré lo que pensaba cuando leía sobre la vida de estas personas. Siempre he creído que tenían mucho aguante y fortaleza. Eso también lo puedo aplicar al proceso de escritura.

‘Palmeras en la nieve’ llegó al cine. ¿Cree que puede suceder lo mismo con esta novela?

Me la imagino en el cine porque escribo visualizando escenas. Creo que saldría una película muy bonita, pero no depende de mí que se lleve a la gran pantalla. No es una novela fácil para pasarla al cine porque es muy cara, pero quién sabe.

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