La sexta ola deja a Galicia en peor situación que el resto de España en comparación con embestidas anteriores

El covid ataca de nuevo. A solo tres semanas del inicio de las fiestas (muchas de ellas ya anticipadas por este próximo puente de la Constitución), el virus vuelve a hacer estragos en Galicia y, contra lo que pudiese esperarse al tener un 85 % de la población con pauta completa, con mayor afectación que en olas pasadas. El por qué nadie lo puede saber con certeza, pues aún a día de hoy hay muchas cosas del comportamiento del covid que se desconocen, pero sí parece existir una tendencia clara: las comunidades que más sufrieron durante las primeras embestidas se encuentran más relajadas en este momento (pese a tener restricciones más laxas desde hace mucho tiempo), como es el caso de Madrid; frente a otras que resistieron bien otras oleadas y ahora se encuentran subiendo irrefrenablemente de incidencia.

Y Galicia parece ser de estas últimas, pero realicemos un repaso comparativo con el resto de España a lo largo de las diferentes olas para comprobarlo. Arrancando por esta sexta. Hay que remontarse al pasado 23 de octubre para encontrar el día en que todo comenzó a acelerarse. En aquel momento la incidencia acumulada a catorce días apenas era de 14 casos por cada cien mil habitantes. Ahora, 38 días después, ya se sitúa en 203,97 (189,97 puntos más), acercándose a la media de España (208,50).

Así las cosas, sería la décima comunidad en peor lugar a dos semanas vista, superada por Aragón (370), Baleares (255), Castilla y León (252), Cataluña (267,5), Comunidad Valenciana (220), Murcia (223), Navarra (588), País Vasco (485) y La Rioja (213). Ahora bien, a siete días, con 125,73 casos por cada cien mil habitantes, ya se supera la media de incidencia de España (118,24).

Además, en comparación con otras comunidades, Galicia escala hasta la séptima posición de la tabla entre las que ostentan incidencias más altas. ¿Qué significa esto? Que a una semana vista el empeoramiento se acelera y se vuelve más dramático que en gran parte del territorio español, algo a lo que en esta esquina noroeste del mapa no estábamos acostumbrados.

LA QUINTA OLEADA ES LA QUE MÁS SE LE ASEMEJA. Y es que la quinta ola, aunque a estas alturas tenía un comportamiento similar a catorce días en incidencia, a siete días el panorama era más alentador. Para poder comparar tomemos un periodo de tiempo equiparable. Teniendo en cuenta que la quinta ola arrancó el 21 de junio (41 casos por cada cien mil habitantes), 38 días después se estaría en el 29 de julio (681,17). Por ese entonces Galicia ocupaba el décimo puesto (como ahora) entre las comunidades con más incidencia a catorce días. Pero, a siete, caía hasta el undécimo lugar, no subía hasta el séptimo como ocurre ahora. Es decir, mejoraba con el paso de las semanas.

Durante la tercera ola, la más potente hasta el momento, la situación también era algo mejor. Si el inicio de la misma se dio el 28 de diciembre (179 casos por cada cien mil habitantes a catorce días), 38 días después sería el 4 de febrero, cuando había 730,17 casos por cien mil habitantes. La comunidad gallega tenía la undécima incidencia más alta de España a catorce días, y la décima a siete. Ambos mejores registros que los actuales, por tanto.

LA CUARTA Y LA SEGUNDA PASARON CASI DESAPERCIBIDAS. Y ya pasando a oleadas menos virulentas para la comunidad, ni que decir tiene que la situación por aquel entonces era mucho más alentadora que en la actualidad. Y es que la cuarta ola, que arrancó el 5 de abril (68 casos por cada cien mil habitantes), se situaría tras 38 días en el 13 de mayo, cuando la incidencia a dos semanas vista era de 90 casos por cada cien mil habitantes. Esto dejaba a Galicia en la décimo primera posición de las comunidades con mayor incidencia a catorce días. A siete bajaba al duocécimo puesto.

La segunda ola arrancó el 7 de octubre (109 casos por cada cien mil habitantes), estando 38 días después en el 15 de noviembre: 295,65 casos por cien mil habitantes. Esto la dejaba en un lejanísimo décimo sexto puesto entre los territorios nacionales con más contagios. Es decir, era de las comunidades que menor incidencia tenían, tanto a catorce como a siete días (idéntico registro).

Y la primera ola, de la que solo se daban registros a catorce días vista, arrancaría el 15 de marzo (once casos por cada cien mil habitantes) para situarse 38 días después, el 22 de abril, en 77,64 casos por cada cien mil habitantes. Esto situaba a la gallega como la undécima comunidad con más incidencia.

¿Y LOS HOSPITALES? Asimismo, más allá de la incidencia, es importante tener en cuenta que en esta sexta ola más importancia que los casos activos tendrían los hospitalizados, pues las vacunas no protegen al 100 % del contagio, pero sí de la enfermedad grave, por lo que se supone que en hospitales no deberían producirse tantos ingresos como en oleadas pasadas al haber ya una amplia mayoría de población vacunada.

Sin embargo, en estos momentos se encadenan varios días consecutivos con notables incrementos hospitalarios (más de quince pacientes diarios), lo que ha dejado el total en 169 enfermos ingresados. Cabe recordar que el pasado 9 de agosto fue cuando se alcanzó el pico de la quinta ola, con 341 pacientes. Si en los últimos siete días el incremento ha sido de 71 enfermos covid, esto haría que, de seguir a este ritmo, en dos semanas y media se alcanzase ese pico.

Dos semanas y media que caerían justo en el 20 de diciembre, inicio de las fiestas, con los consecuentes contagios grupales que las cenas familiares y entre amigos y la relajación de medidas al estar en un entorno amigable podrían traer consigo aún por producirse.