Pionera y cuarta medallista olímpica

Ana Peleteiro se convirtió en Tokio en la cuarta medallista olímpica gallega de la historia, recuperando un metal que combina sabor femenino y autonómico, solo vivido anteriormente en los Juegos de Londres 2012.

Hasta la cita londinense Galicia no había pisado un podio femenino en unos Juegos. La sequía fue larga, demasiado, pero la cortaron de raíz tres mujeres: las regatistas Támara Echegoyen y Sofía Toro, compitiendo en Elliott 6 m, y la jugadora de balonmano Begoña Fernández.

A Támara y a Sofía, acompañadas por la asturiana Ángela Pumariega, le corresponde la mayor gloria recibida por una deportista olímpica gallega. En Londres consiguieron la medalla de oro, en una jornada mágica para nuestro deporte. Aquel 11 de agosto, solo unas horas después de que las chicas de oro se impusieran en Weymouth, Begoña Fernández conseguía el bronce con la selección femenina de balonmano.

Tras aquella tarde histórica no volvería a haber medallas femeninas, hasta que este domingo Ana Peleteiro se encargó de reverdecer laureles en los Juegos de Tokio.

En Japón la triplista ribeirense también ha ejercido de pionera, pues su bronce supone el primer metal para el atletismo gallego, que siendo el deporte con mayor representación, aún no se había estrenado en los Juegos.