25 Xullo 2021
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USC: Universidad singular y plural

María Teresa Moreira Vilar / Catedrática de Ingeniería Química y Directora Científica del Centro Singular CRETUS

  • 24 jul 2021 / 19:41
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Partiendo de la premisa de que la investigación es un aspecto fundamental de la vida académica, el papel de profesores e investigadores universitarios debe dar respuesta a un modelo educativo e investigador que persiga la innovación y la excelencia en un marco de gobernanza y políticas públicas que apoyen este proceso. La actividad investigadora cubre todos los aspectos desde la creación hasta la aplicación de nuevos conocimientos.

Abarca no sólo el planteamiento y desarrollo de actividades de investigación, sino también la difusión de los resultados a través de publicaciones científicas, la formación y supervisión de investigadores en formación y post-doctorales, la captación de fuentes de financiación, la capitalización de resultados y la transferencia de conocimiento a la sociedad.

Regularmente los centros de investigación y los organismos de financiación han de evaluar la producción científica de los académicos y la calidad de los resultados de la investigación. A lo largo de varios años, he participado en procesos de evaluación en las dos caras de la moneda, dentro del ámbito nacional, así como panel de agencias internacionales. La normativa específica que regula cada proceso de evaluación no es uniforme, si bien comparten elementos comunes.

En general, la evaluación se produce por parte de expertos tomando como base indicios indirectos o secundarios de calidad de las investigaciones. Ha suscitado especial controversia los procedimientos de evaluación basados en métricas relativos a los índices de impacto de las revistas científicas, así como las citas recibidas.

La Declaración de San Francisco sobre la evaluación científica (DORA) promueve un cambio en los criterios de evaluación de la investigación basados únicamente en el factor de impacto, poniendo énfasis en la calidad de la investigación y no en los indicadores de las revistas científicas. En base a dichos criterios, se propone que la actividad de investigación se debe evaluar a partir de evidencias cualitativas y cuantitativas en base a originalidad, rigor e importancia de los resultados de la investigación.

Cobra cada vez más relevancia en los planes de difusión de resultados de investigación, la potencialidad de métricas alternativas, en las que se recopilan datos de uso a nivel de artículo, menciones y comentarios en blogs, webs de revistas y redes sociales, presencia en gestores bibliográficos, descargas, lecturas, entre otros.

Otro elemento recurrente en las evaluaciones es el carácter interdisciplinar de la investigación, ampliando el marco de investigación con el objetivo de integrar puntos de vista complementarios. Una estrategia posible de cara a la investigación interdisciplinar se formaliza a través de la creación de Centros Singulares de Investigación, los cuales agrupan a investigadores y grupos de referencia en diferentes ámbitos.

Sirva como ejemplo, la creación reciente del Centro Singular CRETUS en la Universidad de Santiago de Compostela, el cual ha despertado el interés de investigadores que trabajan en áreas muy diversas: ingeniería química, microbiología, química, edafología, ecotoxicología, física no lineal, zoología, psicología social, economía, derecho ambiental y medicina.

La dimensión del Centro Singular va por tanto más allá del concepto de “Centro” y mucho más allá del espacio físico de investigación al que hace referencia. Es indispensable vincular a los investigadores en un marco plural y de cooperación, creando nuevos modelos de participación y elaborando agendas de investigación conjuntas. Destacando la importancia de la investigación colaborativa y multidisciplinar, ponemos en valor a la sociedad que nos define. Asociándonos en redes de investigación, sumamos y construimos.

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