Monte usted una comisión

"Si quieres que algo sea hecho, nombra un responsable. Si quieres que algo se demore eternamente, nombra una comisión". La famosa frase atribuida a Napoleón se puede trasladar perfectamente en la actualidad al caso Ryanair, ya saben, la compañía aérea de bajo coste que acaba de anunciar su marcha de Lavacolla si las autoridades pertinentes no se sientan a negociar un nuevo convenio de permanencia y actuación. Las cosas están meridianamente claras en este asunto: el responsable al que citaba el emperador francés tiene un nombre (Alberto Núñez Feijóo), y la comisión de marras, otro, o sea, el Comité de Rutas creado en su día para repartir equitativamente, al menos en teoría, las subvenciones destinadas a los tres aeropuertos gallegos. Pues bien, algunos ya tenemos muy claro que dicho comité tiene por fin demorar eternamente la toma de una decisión y, de paso, liberar al que realmente manda, el presidente de la Xunta, de tomar una decisión que pueda sentar mal a ciertos señorones del norte (sobre todo) o del sur.

Otros que también tienen las cosas muy claras son los ejecutivos de Ryanair: esta aerolínea quiere tener base en Santiago, y solo en Santiago, porque les interesa la capital gallega tanto por su tirón turístico como por su aeropuerto, lo mismo que en su día Ikea apostó por A Coruña por su mayor población y su pujante área metropolitana, por lo que ahora los mandamases de la potentísima aerolínea solo quieren hablar de pasta para ver si les conviene quedarse aquí o darse el piro a algún lugar donde sean bien recibidos. Punto y pelota. Dicho de otra forma: no quieren debatir con el citado comité de rutas sobre el sexo de los ángeles, ni sobre la sostenibilidad armónica de los tres aeropuertos de Galicia, ni sobre política municipal, ni tienen ganas de meterse en batallitas localistas. Tan solo desean hablar de nuevos vuelos y de telita marinera con quien puede tomar decisiones. ¿Volvemos a repetir su nombre?