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OURENSE EN SU SER FRANCISCANO

Ourense acoge a la orden franciscana desde 1238

  • 08 nov 2014 / 19:17
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Una ciudad como Ourense tiene muchos perfiles destacables. Uno de ellos viene dado por las múltiples huellas que el franciscanismo ha dejado en su impronta. Y como sede episcopal, que, también, es, encontramos en su catedral múltiples testimonios a tener en cuenta.

Así en su retablo mayor, encumbrado en lo más alto, está Francisco mostrando sus estigmas, a la derecha de la escena central, que lo culmina todo, mostrándonos la Asunción y Coronación de la Virgen (1516).Y también lo encontramos en el coro – hoy en la capilla del Santo Cristo-, en este caso en oración (1580). Además podemos ver al fundador de la Orden en lo alto del retablo de la Asunción –en el deambulatorio-, en una escena a entender como el sueño de Francisco (1657), y, también en lo más alto del retablo de la Virgen del Carmen; aquí se le presenta por medio de una escultura a datar en el segundo tercio del siglo XVII, por lo tanto muy anterior al contexto en que se nos muestra.

San Antonio de Padua se nos presenta tanto en los relieves del coro – hoy, también en la capilla del Santo Cristo-, en este caso, de medio cuerpo, lo que supone que ha sido concebido, originariamente, para la sillería baja. Se dispone, así mismo, su representación en el ya citado retablo de la Asunción ubicándose, en una posición simétrica a la que ocupa san Pedro Mártir. Además cuenta con altar propio en el deambulatorio, a través de una magnífica escultura de Mateo de Prado realizada poco antes de 1664.

También San Pedro de Alcántara contará con culto, en este caso en la capilla del Santo Cristo, formando parte de un conjunto, en un mismo altar, y bajo una figura de la Virgen Madre, constituido por imágenes de la Magdalena, en el centro, y Teresa de Jesús y el santo capuchino a los lados. Se trata, en este caso, de una imagen que procede de Madrid y que figura ya en un recuento de 1708.

La catedral auriense, muy atenta al culto de aquellos santos que considera propios- Primitivo y Facundo, Eufemia…-, va a tener en San Francisco Blanco, martirizado en Japón en 1597, uno más que incorporar a tal repertorio. Y, por ello, se le otorgará altar propio, en el siglo XVIII, nada menos que en el Pórtico del Paraíso, ocupando, en este sentido, el lado del evangelio, con un retablo que presenta en su parte principal una imagen suya que, como es habitual, nos lo muestra crucificado y atravesado por dos lanzas. Abajo, sobre el altar, se dispone una predela en la que un relieve nos lo presenta orante ante una cruz, en un paisaje abierto en el que, también vemos una iglesia a un lado. Se completa el conjunto con un letrero que dice: SANFRANCº BLANCO, MARTIR NATURAL/ DEL TAMEIRON. DESTE OBISPADOYPROVINZª.

Otras dos figuras del franciscanismo, naturales de Ourense, tendrán su sitio en la catedral. Se trata de los beatos Sebastián Aparicio y Jacobo Fernández. A ambos se les ha otorgado un lugar en el retablo del Rosario, en la nave del evangelio, en la que fue anteriormente, hasta 1937 dado que el trascoro fue su lugar originario. Pues bien la imagen de Sebastián Aparicio fue realizada por 1896 por el escultor Pedro Cañedo, vecino de Ourense. La escultura presenta una inscripción, en el pedestal, en en donde se dice: BEATO SEBASTIAN DE APARICIO NATURAL DE LA GUDIÑA OBISPADO DE /ORENSE. Se muestra en pie, con el hábito de la Orden y portando en su diestra, a relacionar con su modo de hacer penitencia.

Por lo que se refiere a la imagen del Beato Jacobo Fernández (Piñor, 25 de julio de 1808-Damasco, 9 de julio de 1860) se dispone en este retablo en el año 2009. Es obra del escultor sevillano Manuel Ramos Corona; se nos muestra con la palma del martirio.

EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO, EN MONTEALEGRE
Se recoge, todavía por el siglo XVIII, como fue dentro de murallas, “…En las casas, que llaman oy de el Deán, y Corregidor (en donde) tuvo su primer asiento nuestro convento”. Consta ya dicha ubicación en 1238, en tanto que, por 1252, está su iglesia en proyecto y, ya en 1255, se está construyendo. El enfrentamiento del obispo, Pedro Yáñez de Nóvoa (1286-1308) con esta comunidad – llegando a prohibir, en 1289, los enterramientos y celebración de culto en su templo- llevará a incendiar, en 1294, lo que obligará a trasladarse a los frailes a Allariz de forma provisional.

En 1305 se está ya trabajado en la construcción de una nueva iglesia franciscana, que ahora se levanta en la ladera de Montealegre – en una cota alta, sobre la ciudad; se considerará un “sitio eminente, (que) goza de los mejores ayres con dilatada y alegre vista”- , tras ser obligado al obispo a la reedificación y, para ello, debieron de cortar con dádivas importantes que explican que “…Hallanse algunas Armas de los Noboas en el Altar Mayor, que dieron motivo a alguna pretensión de Patronato a toda la Iglesia, siendo cierto solo el de la Capilla Mayor… oy es de la Casas de los Excelentísimos Señores Condes de Mazeda...”.

Tanto el obispo D. Gonzalo Daza y Osorio (1311-1319) como D. Gonzalo Núñez de Noboa (1319-1332), ambos pertenecientes a la casa de Manzaneda de Limia, apoyaran estas obras En 1348 hay constancia de que cuenta ya con enfermería y hospedería. Con el paso del tiempo se construirían aquí, además de la iglesia, dos claustros en su parte norte. El primero del siglo XIV; el segundo, del XVIII.

De la antigua iglesia nada queda ahora aquí, a excepción de la pared norte de su nave, que guarda, por ese lado, el primero de los claustros; parte del cierre que la delimitaba por los pies, en donde se encontraba, integrada, hacia el lado sur; y una torre cuadrada que se había levantado por 1599. Tras la exclaustración esta iglesia no tiene culto hasta que la Venerable Orden Tercera, en 1867, se hace cargo de la misma hasta 1920; entonces se cerrará durante unos años

De ese templo llegarían a diversos lugares piezas a tener en cuenta: una parte del retablo mayor de Santa Eufemia A Real proviene de allí, como, quizás, parte de la imaginería que este templo guarda. También un San Diego de Alcalá – hoy en el Museo Provincial-, a relacionar con Juan de Angés o Mozo; así como un San Buenaventura, documentado como obra de Acosta, en el museo de la Catedral, en donde también puede verse una Inmaculada, relacionada con Francisco de Moure, que, tras dejar el convento, estuvo un tiempo en la Residencia de Seminaristas de Porto do Son…

El primero de los claustros tiene una planta cuadrada irregular, con tres series de arquerías por lado salvo por el oeste, en el que tiene cuatro. Contaba con un lavatorium en su ángulo noroccidental y se monta sobre dobles columnas, a excepción en la zona correspondiente al lavatorium, con cuatro columnillas. Se data esta obra en el período que discurre entre 1325 y 1350, entendido por Moralejo como el de disolución del denominado “estilo orensano”. En sus capiteles pueden verse temas de combates, escenas alusivas a la tentación y el pecado y también otros de carácter vegetal. También a este momento responden las figuras de San Pedro y Santiago peregrino, dispuestas en los ángulos en la parte oeste; es San Pedro el que está en la zona inmediata a la iglesia; y Santiago, el que se corresponde con el sitio próximo al lavatorium.

En la parte norte, en tanto, es donde se dispone la sala capitular y, también allí, la denominada capilla de los Sandoval - por ser promovida por Don Gutierre de Sandoval- , obra a datar entre 1512 y 1528, que responde a las advocaciones de San Bernardino y el Santo Sepulcro y que tuvo a su lado la capilla de San Antonio. Se accedía a ella por un arco carpanel agrelado que muestra a un lado a la Virgen y al otro, al Arcángel, componiendo así el grupo de la Anunciación, tema muy común en las capillas funerarias. Esta obra sería continuada, tras la muerte de su promotor, por su hermano, Jácome de Puga Sandoval, cardenal de Santiago. Se ubicaban, en su interior, las tumbas de dichos hermanos. En lo concerniente al grupo de la Anunciación se han puesto en relación, en lo estrictamente formal, con el apostolado del cimborrio de la catedral, realizado entre 1499 y 1505. También había aquí una capilla dedicada a San Luis Obispo. Se conservan, también, en la parte norte, escudos medievales, testigos de decoracione
s renacentistas y la portada de un retablo funerario del último tercio del siglo XVI. Además hay una escalera en la esquina suroriental y una serie de arcos tapiados en la pared colindante con la antigua iglesia. Este claustro cuenta, en el siglo XVIII con el añadido de un nuevo piso que se desmontaría después de 1920.


En este claustro se colgó una serie de pinturas, realizadas por Juan Antonio García de Bouzas, relativas a la Historia de San Francisco. Habían sido donadas al convento por D. José Cornejo, Chantre elegido Ministro de la Orden Tercera en 1704,y por el Canónigo D. Miguel Cornejo; ambos lo hicieron como prueba del afecto a su tío Fray Damián Cornejo, franciscano que ocupó la Sede episcopal orensana desde 1694 hasta 1706 y que fue, además, cronista de su orden; dicho prelado debió de ser el que, realmente, encargó esta conjunto pictórico y, muy posiblemente, quien aleccionó sobre sus contenidos. En relación con tal historia pintada se “…Puso la erudición a estos cuadros poesías de elegante metro”. La temática de esta serie, en lo que hoy se conoce, aborda temas como San Francisco en una carro de fuego, San Francisco y Santo Domingo como intercesores, aparición de las tres mujeres a San Francisco Francisco – Pobreza, Obediencia,Caridad-, aprobación de la indulgencia de Porciúncula, muerte de San Francisco,
y el denominado “San Francisco cruzando el Ganges”, alusivo a su actividad misionera en Egipto.

El segundo claustro cuenta con una inscripción, sobre la ventana central de su lado norte, en donde se dice: HIZOSE CON LIMOSNA QUE GANO FR/ SIMON FONTANES Y APLICO N.M.R.P. / F. FRAN. GAR. VIC. PROVL AÑO DE 1739.

El convento se redujo a la Observancia en 1439 siendo ya, desde antes, Casa de Artes y también lo fue de Teología. Los franciscanos, en 1821, cederán parte de su huerta al Ayuntamiento que será utilizada como cementerio. Ya con la Desamortización los frailes dejarán Ourense

Será en 1843 cuando el Ayuntamiento ceda al Ejército el convento. Habrá que esperar al año 1883 para que se redacte, en Vigo, “… el proyecto de reparación del Cuartel de San Francisco firmado por el Sr. Coronel graduado, Comandante del Ejército, Capitán del Cuerpo, D. Gerardo Dorado y Gómez”. Es en 1905 cuando se instala aquí un Batallón de Infantería, lo que lleva a redactar, en torno a 1905, una “Memoria descriptiva de las obras de consolidación mejora del Cuartel de San Francisco para alojamiento de un Batallón de Infantería”; es el Comandante Bonifacio Menéndez Conde quien lo firma.

Es en 1926 cuando se data la Real Orden que declara Monumento Histórico Artístico el claustro medieval. Y será en 1984 cuando deje de tener este espacio funciones militares. En el año 2000 se opta, desde el Ministerio de Cultura, por acometer aquí una obra que asume sus 18.000 metros cuadrados para otorgarles una finalidad cultural que conlleva el traslado del Archivo Histórico Provincial a este lugar. Será a partir del 2013 cuando se abra al público el claustro gótico.

En relación con este espacio cabe vincular la existencia de un humilladero que se encontraba, camino del convento, junto al reconocido como bosque de San Francisco. Estaba constituido por un gran crucero cubierto por un tejado montado sobre cuatro columnas que contaba con la siguiente inscripción: “Esta Capela mando facer Gº Ps/ de Reyxo a honra de Deus e de los / sus angeles labrose añ de mcccc/LX “. Una parte de esta obra se guarda hoy en el Museo Provincial.

LA CAPILLA DE LA VENERABLE ORDEN TERCERA
Se data en 1691 el año en el que los franciscanos le donan a la Orden Tercera el espacio para su capilla que se levantará a partir de 1704, alargando la longitud de la fachada de los claustros e iglesia conventual al disponerse los pies de su nave, en línea con el campanario del templo. Se plantea como una cruz latina, con su puerta abierta en una posición próxima a la que tenía el campanario. La obra debió de llevarse adelante, en lo fundamental, entre 1705 y 1706, aún cuando no dispondrá de artesonado hasta 1731.

La Orden Tercera se hará cargo, además, del inmediato templo franciscano en 1867, lo que se conmemorará con la colocación de dos campanas en la torre; se encargaron de su culto durante 53 años. En 1916 los Franciscanos de Vistahermosa (Ervedelo) asumieron la Dirección inmediata de esta Venerable Orden, atendiendo a lo dispuesto por el Provincial de Santiago, Fr. Martín Manterola. Un nuevo paso vino dado, en 1939, por la venta de su capilla al concejo orensano, lo que derivó en el abandono y la ruina de su espacio. Por 1998-1999, siguiendo el proyecto de Manuel Requejo Conde, se repartió en dos áreas. Así lo que fue nave de la capilla se convirtió en albergue; y lo demás, en sala de usos múltiples, en donde se muestra, actualmente, una significativa parte del fondo escultórico del Museo Provincial. La división del espacio de la capilla conllevó, también, abrir nuevos huecos en su fachada, incluso una entrada más.

EL CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE VISTAHERMOSA
Es en 1883 cuando los franciscanos se hacen con la propiedad de una finca a las afueras de Ourense, en Erbedelo, que pertenecía a la parroquia de San José de Vistahermosa. Allí harán una nueva fundación a la que otorgarán el título de Nuestra Señora de Vistahermosa. Ésta será su nueva casa auriense hasta que se trasladen, en 1925, a las proximidades de la capilla de San Lázaro aún cuando no cerrarán el anterior convento hasta 1928, momento en que pasa a manos de la diócesis.

Al adquirir la citada finca contaban ya allí con una capilla, levantada entre 1868 y 1873, data en la que se había completado su conjunto, incluyendo retablo e imaginería. Los planos de la misma se deben a Javier Cantón. Se la había encargado el entonces dueño de esta propiedad, D. Fernando Pérez Bobo – comerciante que pertenecía a la Tercera Orden-, y se dispone, con el debido permiso episcopal, en donde, previamente, había otra capilla en ruinas. Se configura con planta basilical que, en su fachada principal – orientada al este-, levanta una torre en el centro. Se cierra ante la puerta principal un atrio bien delimitado y al que se accede por una escalera centrada, también, con respecto a la fachada. Hasta nueve estatuas- de las que se ha perdido una- se disponen en el conjunto de la citada escalera. En una primera líneas están los santos Atanasio, Pablo, Santiago y Agustín. En la segunda, centrada por Pedro, está, a su derecha, San Juan y, en el espacio hoy falto de imagen, bien pudiera encontrarse San Martín; de este modo el programa iconográfico se ajustaría perfectamente dado que, al otro lado, se ubican Mateo e Ildefonso – el patrono de la Primada de Toledo- , una devoción con la que se puede equiparar en este caso, la de Martín, también obispo y patrono de la sede auriense.

Cuatro esculturas más completan el repertorio de estatuas del exterior, en este caso, en lo alto de la fachada, dos a los lados de la torre. A su derecha, Fernando, el santo a cuyo nombre responde quien manda levantar esta obra; y a la izquierda, Juan Bautista, primero entre los santos. Mas abajo, en dos hornacinas, hay dos obispos ¿Podrá, con ellos, hacerse referencia a San Rosendo y a San Torcuato, con tanto culto en Ourense?

El retablo de esta capilla, de estilo neogótico, se ha puesto en relación con el taller de Ricardo Morenza, de Ourense. En la parte central se presenta a la titular de la capilla, Nuestra Señora de la Misericordia, y a los lados, a San José y a San Fernando, todo ello a vincular con el taller de Mariano Bellver (Madrid, 1817-1876). También son de interés las puertas, talladas por Manuel Amor, y las vidrieras, de las que se conservan algunas, que provienen de la casa Degrand, con sede en Bayona; las representaciones de los Padres de la Iglesia – San Agustín, San Ambrosio…- es una de las temáticas aquí consideradas.

Del paso de los franciscanos por Vistahermosa queda algún testimonio en el Seminario; es el caso de un escudo alusivo a la Orden. También aquí, en los años transcurridos, los frailes ampliaron la iglesia por la parte de la cabecera para disponer allí el coro, lo que sería desmontado tras haber pasado a propiedad del episcopado.

EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO, EN EL CAMPO DE SAN LÁZARO
Es, en tiempos del obispo D. Florencio Cerviño González (1921-1941) – que era, también, terciario franciscano-, cuando se considera la posibilidad de abrir un convento, con su iglesia, en la ciudad de Ourense. Será en 1925 el momento en que los franciscanos adquieran una casa, a utilizar como convento, entonces en construcción, en el Campo de la Feria – hoy Parque de San Lázaro-. En un primer momento su capilla, situada a unos cincuenta metros de esta vivienda, fue la de San Lázaro, que utilizarían durante los primeros cuatro años.

También es en 1925 cuando el prelado aprueba, a propuesta del Provincial de Santiago, el P. Fr. Samuel Eiján, que se venda el espacio de la antigua iglesia de Montealegre con la salvedad de una parte de su fábrica – allí quedarán restos de los muros del crucero, hasta el arranque de las ventanas, y de los de la nave, en su parte inferior - que sería trasladada a este campo de san Lázaro. Tras la autorización, en 1927, se ha de contar con el asesoramiento de la Comisión Provincial de Monumentos de Ourense, presidida por Marcelo Macías. Se inicia el traslado en 1928, bajo la dirección del arquitecto Manuel Conde Fidalgo terminándose tal acción en 1929; Seoane fue el maestro de obras que acometió el trabajo. Concretamente, pues, es la cabecera del antiguo templo, así como la parte relativa a su portada lo que es, en lo principal, objeto de cambio de lugar.

Esta iglesia de San Francisco, declarada monumento histórico-artístico en 1951,tiene una planta de cruz latina, con tres capillas poligonales en la cabecera, cubiertas por bóvedas nervadas. En la capilla del lado de la epístola están los sepulcros de don Gonzalo de Puga y de su mujer, Teresa de Noboa , ambos datados en 1512. En el presbiterio se encuentra, en el lado de la epístola, el sepulcro de don Juan de de Noboa y de su mujer, Mencía López de Mosquera; y al otro, el de Elvira de Noboa, nieta de Juan de Noboa; son ambos semejantes y a datar en el segundo cuarto del siglo XVI. También se pueden ver, en esta parte de la capilla mayor, dos lucillos sepulcrales góticos en los que no se ha conservado la tumba; uno de ellos se ha relacionado con la figura de don Pedro Díaz de Cadórniga.

En lo concerniente a la portada de este templo destaca aquí el grupo de Anunciación, considerado por C. Manso como el punto de partida en la difusión de este tema en otras iglesias mendicantes y, de un modo especial, en las dominicanas.

Se dedica la capilla mayor a San Francisco; la del lado del evangelio se ocupa del culto al Santísimo; y la de la parte de la epístola tiene como devoción central la de la Inmaculada.

Cuenta esta iglesia con un retablo neogótico, dispuesto en el crucero, en el lado del evangelio, dedicado a San Lázaro. En sus calles laterales se muestra a San Luis Rey de Francia, y a Santa Rosa de Viterbo. Ya en la nave puede verse, en el lado de la epístola, integrado en un arco, un Calvario, en figuras de bulto, siendo de vestir tanto la Virgen como San Juan; y, enfrente, en un encuadre similar, se presenta, mediante un relieve de grandes dimensiones, una representación de la Virgen del Carmen y de San Francisco como intercesoras de las almas del Purgatorio.

También resulta destacable la sillería coral, trasladada hasta aquí y fragmentada, en lo que se conserva, en la capilla mayor, la del lado del evangelio y, también, en el coro alto. Estamos ante un quehacer del primer tercio del siglo XVIII, que conoce el modo de hacer del taller de Canseco siguiendo un criterio parecido al que distingue al coro de la catedral de Tui; se le otorga, también aquí, un papel muy importante al espacio que, a modo de pilastras, se desarrolla entre los tableros de fondo de los sitiales. Y es que, como en el caso tudense se dispone, en tal lugar, un santoral que, aquí, responde, básicamente, a devociones franciscanas – San Francisco, San Luis de Anjou, San Luis de Francia, San Pascual Bailón…, con otras, de mártires de la orden, a vincular con la actividad misionera, de difícil identificación-. En tanto los tableros principales presentan bien escudos y otros temas alegóricos, bien motivos de carácter fundamentalmente decorativos. Ya en el siglo XVIII se consideraba esta sillería cmo obra “de primorosa talla”.

Entre las imágenes que guarda la iglesia merece una particular cita la del Beato Aparicio, con la piedra en la mano; en su peana puede leerse S. SEBASTIAN DE APARICIO. NACIO ENLA DI/OCESIS DE ORENCE MURIO DE EDA DE 98 AÑOS; se ubica en una peana, en el crucero, en el lado del evangelio. También son de interés las esculturas de San Francisco, San Antonio y la Milagrosa que se guardan en dependencias anexas al propio templo.

Tiene, también, un apreciable conjunto de vidrieras. En una de ellas puede leerse: VITROLUZ, S.L.- IRUN- ENERO 93 Priman los motivos decorativos, aún cuando, en algún caso, cabe hacer mención a la presencia de temas concretos: Milagro eucarístico de San Antonio, San Pascual Bailón

Además el convento guarda una pintura alusiva a Duns Scoto que debe de encuadrarse a principios del siglo XVIII; se incide, en ella, sobre el culto a la Inmaculada Concepción, impulsado por este fraile reconocido como beato.

EL COLEGIO DE LA DIVINA PASTORA
Las franciscanas llegan a Ourense en 1937. Su primera labor, en aquellos tiempos de guerra, es atender a los heridos en los hospitales de sangre. Al año siguiente se les concede, por parte del obispado, la necesaria formalización de la erección canónica de una comunidad que se localizará, a partir de de 1939, en la calle Capítán Eloy – hoy, Rúa da Concordia-. Su primera finalidad fue ser residencia femenina de estudiantes de la Normal, aún cuando, ya en ese primer momento, contarán con aulas. En 1952 se trasladan, para aumentar su capacidad docente, a la Avenida de la Habana, y se ubicarán, a partir de 1965, en la Calle Cardenal Quevedo.

Su capilla presenta un conjunto devocional muy propio de su orden. Aquí se rinde culto a la Divina Pastora y, también, a su fundadora, Ana María Mogas. Dentro de una dicción general contemporánea se encuadra su Vía Crucis, en cerámica, así como las vidrieras, que llevan la firma de RAVENTOS 76, que, un año antes, data las vidrieras que hace para la enfermería de San Pedro de Alcántara, en Arenas de San Pedro.

EL CONVENTO DE SAN JOSÉ DE VILAR DE ASTRÉS
El 20 de diciembre de 1993 las denominadas Clarisas Reparadoras llegan a la ciudad de Ourense y se instalan, de forma provisional, en la calle de Santo Domingo. Allí estarán mientras construyen una nueva casa en Vilar de Astrés, en donde viven a partir de 1998. Utilizan un oratorio, dentro del propio edificio conventual, a la espera de que se pueda levantar una iglesia cuyos cimientos se adivinan a un lateral de su edificio principal

Ya en el interior se accede a un espacio dispuesto a modo de recepción que tiene a su derecha el citado oratorio en tanto que el locutorio se dispone al otro lado. Hay aquí un buen numero de pinturas que tratan los temas del Cristo de la Misericordia, la Virgen con el Niño, el taller de Nazaret – enalteciendo la figura de José, el patrono de este centro- Santa Clara,,, En mas de una ocasión estas obras, que suelen remitir a cuadros famosos, llevan la firma de Viso – Carlos Viso-.

FICHA TÉCNICA

Calonge, D., Los tres conventos de San Francisco de Orense: Monografía crítico vindicativa, Osera : [S.n.], 1949

Fraga Sampedro, M. D., San Francisco de Ourense : análisis histórico-artístico de la iglesia y convento, Ourense Museo Arqueolóxico Provincial de Ourense, 2002

Limia Gardón, F. X. La capilla de Nuestra Señora de Vistahermosa: introducción al estudio del eclecticismo en Ourense, Porta da Aira, 1 (1988), pp. 71-95.

http://www.turgalicia.es/fotos/IMAGENES/FLASH/ARQUITECTURARELIGIOSANP/vr_95_sanfranciscoourense/index.html

WWW.colexiodivinapastora.com

http://vidaconsagradaourense.blogspot.com.es/2013/03/san-jose-clarisas-reparadoras.html

Claustro de San Francisco
Horario: De martes a sábado, 11.30 a 13.30 horas y de 18.30 a 21.30 horas. Domingos de 11.30 a 13.30 horas.

Albergue de Peregrinos (Antigua capilla de la Orden Tercera)
Horario: De 13.00 a 22.00 horas

Sala de Exposiciones del Museo Provincial (Antigua capilla de la Orden Tercera)
Horario. De martes a sábado, 9.30 a 14.30 y de 16.00 a 21.00 horas. Domingos de 9.30 a 14.30 horas.

Iglesia de San Francisco
Horario de misas: Laborables, 9.30, 12.00 y 19.30 horas. Vísperas, 19.30 horas. Festivos y domingos: 9.00, 10.00, 11.00, 12.00, 13.00 (invierno) y 19.30 horas

Museo de la Catedral
Horario: De lunes a sábado, 12.00 a 13.00 y de 16.30 a 19.00 horas

Convento de San José de Vilar de Astrés
Horario de misa: 8.00 horas


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