Una conservadora de ‘light’ y miembro de la generación erasmus

Roberta Metsola fue la pimera maltesa en convertirse en vicepresidenta del Parlamento Europeo, y desde esta semana, es con tan solo 43 años la presidenta más joven de la institución, a la que llega para sustituir al fallecido David Sasaoli. Abogada especializada en Derecho y política comunitaria, dicen de ella que es una conservadora del ala suave, light si se prefiere. Pero aterriza en la Eurocámara precedida de una hoja de servicios de la que los medios han destacado su marcada posición antiabortista, que ella ha justificado en el “contexto particular” de su país, en el que sigue estando penalizada la interrupción voluntaria del embarazo.

Sabiéndose cuestionada y bajo vigilancia por ello, esta política de la generación Erasmus, como ella misma se ha autodefinido, la tercera mujer en asumir las riendas de la Cámara de la Unión Europea que ha llegado a donde está con el sí de populares, socialistas, liberales y ultraconservadores, se ha marcado como uno de sus prioridades de salida demostrar que promover la igualdad entre hombres y mujeres será una de las prioridades de su mandato y que, en tal caso, antepondrá a su criterio personal la posición oficial del Parlamento Europeo. A la pregunta de si volverá a votar en contra del aborto, contesta, simplemente, que no votará. Mejor no pisar el charco.

En su responsabilidad estará, sin embargo, ser digna sucesora, como asegura querer ser, de Simone Veil, la francesa que se convirtió en 1979 en la primera política en presidir el Parlamento de Estrasburgo y una gran defensora de los derechos de las mujeres. Roberta Metsola, sucesora del difunto y reconocido humanista socialdemócrata David Sassoli –otra gran responsabilidad– tendrá que hacer grandes equilibrios para no traicionarse ni herir sensibilidades. A su favor tiene la capacidad de conciliar y tender puentes. Eso dicen. S. arias