Disturbios

Ola de violencia carcelaria en Ecuador con más de 20 muertos en una semana

Las autoridades estatales reconocen que la situación en los penales y las ciudades se ha descontrolado por el accionar de grupos ligados al narcotráfico

Policías armados en una prisión de Guayaquil (Ecuador).

Policías armados en una prisión de Guayaquil (Ecuador). / EP

Abel Gilbert

La muerte volvió a mostrar una vez más sus fauces desoladoras en el universo penitenciario de Ecuador. "Estamos en el peor momento de crisis de violencia del país", reconoció el ministro del Interior, Juan Zapata después de que 13 reclusos perdieran la vida en dos cárceles entre el pasado viernes y este domingo. Doce presos fallecieron en el penal El Litoral, de Guayaquil, cuyas instalaciones fueron recuperadas por las autoridades después de los serios enfrentamientos entre internos que volvieron a conmocionar a los ecuatorianos.

"Dios es grande, es el único que puede, que ponga sus manos y cubra esta cárcel para que no haya más cosas", dijo al diario 'El Universo' de Guayaquil una mujer que tiene a su hijo encerrado en uno de los pabellones. El temor a que el horror se apodere nuevamente de las instalaciones está latente en los familiares de los presos.

Las disputas territoriales entre bandas de narcotráfico en las principales ciudades se han trasladado de los barrios a las cárceles. Parte de esos grupos están relacionados con carteles mexicanos como el de Sinaloa. De acuerdo con las autoridades penitenciarias, los últimos incidentes comenzaron a partir de una reyerta entre integrantes de las banas Los Tiguerones y Fatales.

Números de espanto

Desde 2021, las luchas entre esas facciones han provocado solo en las cárceles 431 fallecimientos. En septiembre de ese año, unos 120 reclusos murieron en el centro de reclusión Guayas 1, en la que se considera la mayor masacre carcelaria en ese país. De las 12 masacres en esas instituciones, 11 han tenido lugar desde que el exbanquero Guillermo Lasso asumió la presidencia, hace 23 meses. carcelarias desde el 2021.

La situación en los centros de reclusión ha motivado la visita al país de una comitiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a fines de 2021. Cuatro meses después, la delegación hizo públicas sus conclusiones. Entonces se recomendó al Gobierno modificar sustancialmente sus políticas criminales y penitenciarias, así como reducir la población en las cárceles con la aplicación de la prisión preventiva de forma excepcional. La CIDH llamó a su vez a que el Estado garantice el fortalecimiento institucional del régimen penitenciario y asegure "condiciones de detención compatibles con la dignidad humana".

Para Fernando Bastias, integrante del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos del Ecuador (CDH), Lasso ha hecho caso omiso a esas sugerencias. "Si el Estado no tiene el control de los centros ni siquiera puede ejecutar su política pública de rehabilitación social", señaló.

El Comité de Familiares por Justicia en Cárceles, con el apoyo del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), se propone en este contexto demandar al Estado por la falta de protección de las personas que fueron asesinadas en las prisiones.

Creciente preocupación

La ola de violencia que va de las cárceles a las calles se ha incrementado peligrosamente. "Hay que reconocer que el pánico se está instalando en el país. No hay día en que muchos se horroricen con los diferentes videos y fotografías de asesinatos, robos, secuestros. Miembros de las organizaciones delictivas se filman orgullosos de la fuerza que tienen por las armas. Sí. Son escenas de horror que espantan a muchos", señaló el diario 'El Comercio' de Quito en su editorial dominical. "El Ecuador dejó de ser una tierra de paz. Los noticieros se han convertido en reporteros de crónica roja", señaló José Gonzalo Bonilla, columnista de 'El Telegrafo'.

Las crisis penitenciarias y de seguridad tienen lugar en momentos que la oposición intenta llevar adelante en el Congreso un juicio político por peculado contra Lasso. "Quieren verme fuera porque soy incómodo para muchos de ellos, no para todos, por la lucha frontal de mi Gobierno contra el narcotráfico y también contra diferentes grupos acostumbrados a cooptar el Estado y llevar a cabo actos de corrupción", dijo, confiado en que la iniciativa en su contra no prosperará.