Francia

Conmoción en Francia por la dimisión de un alcalde acosado por la violencia ultraderechista

La localidad de Saint-Brévin se convirtió en los últimos meses en el escenario de protestas y acciones violentas de grupos neonazis y de militantes del partido xenófobo Reconquista

Emmanuel Macron, en una imagen de archivo.

Emmanuel Macron, en una imagen de archivo. / EFE

Enric Bonet

Un retroceso de la República". La dimisión del alcalde de Saint-BrévinYannick Morez, ha conmocionado la opinión pública francesa. Ha dejado en una posición más que incómoda al Gobierno de Emmanuel Macron, acusado de inacción ante el acoso ultraderechista que sufrió este edil por acoger en su localidad un centro de refugiados. Esta pequeña ciudad del noroeste de Francia se convirtió en los últimos meses en el escenario de protestas y acciones violentas de grupos neonazis y de militantes del partido xenófobo Reconquista de Éric Zemmour. El anuncio de su renuncia representa un preocupante episodio de la ofensiva ultra contra pequeñas localidades, como Saint-Brévin o Callac, convertidas en un laboratorio de la oposición al "gran reemplazo".

"He tomado esta decisión por motivos personales, sobre todo debido al incendio criminal cometido contra mi domicilio y a la falta de apoyo del Estado", aseguró el miércoles por la noche Morez en un mensaje en Facebook en que anunció su dimisión. El alcalde, que no milita en ningún partido y dirigía el ayuntamiento desde hacía seis años, indicó, además, que se irá de la ciudad para garantizar la seguridad de su familia. A finales de marzo, había sufrido un importante incendio en la parte exterior de su casa. Dos de sus vehículos quedaron calcinados y las paredes de su domicilio también sufrieron daños.

El edil de Saint-Brévin, Yannick Morez, renuncia a su cargo después de que grupos ultras quemaran dos de sus vehículos

Con poco más de 13.000 habitantes y situada a unos 50 kilómetros al oeste de Nantes, la localidad costera de Saint-Brévin fue en los últimos meses el escenario de una espiral de rabia y violencia ultraderechista. Antes del incendio en su domicilio, el alcalde ya había recibido numerosas amenazas, incluso en su buzón personal. También se sucedieron las protestas organizadas por grupos ultranacionalistas y xenófobos. En la manifestación del 30 de abril, participó un candidato en las últimas legislativas del partido de Zemmour, quien obtuvo el 7% de los votos en las presidenciales de 2022. Sindicatos y colectivos de izquierdas habían respondido con contramanifestaciones en apoyo al alcalde.

Laboratorio xenófobo

El azote del odio y el resentimiento ultra sacudió Saint-Brévin —una ciudad de veraneo ubicada en la desembocadura del río Loira— debido a la presencia de un centro de acogida de solicitantes de asilo (CADA, por sus siglas en francés). El Estado había inaugurado esta estructura en el otoño de 2016, tras el desmantelamiento de la Jungla de Calais, uno de los campamentos de refugiados improvisados más grandes en Europa. 

Entonces, la creación del centro había provocado el rechazo del predecesor de Yannick Morez en la alcaldía, el conservador Yannick Haury, actualmente diputado del partido de Macron. Incluso un hombre disparó con un arma de fuego contra la fachada del centro, sin causar víctimas. Pese a esa hostilidad, unas 400 personas que pidieron asilo en Francia fueron alojadas en los últimos seis años en esta residencia de veraneo de la empresa eléctrica EDF reconvertida en centro humanitario. Y estos refugiados y migrantes "nunca provocaron el mínimo incidente", defendió el alcalde. 

Eso no impidió que los ultras se opusieran con ferocidad al centro. Sus protestas se produjeron, prácticamente, en paralelo con otro caso muy parecido en la ciudad bretona de Callac. Allí las concentraciones y el acoso xenófobo forzaron al alcalde a renunciar en enero a la construcción de un centro de acogida de migrantes por parte de una fundación privada. Sin ningún diputado en la Asamblea Nacional tras su pobre resultados en las legislativas, el partido de Zemmour se ha concentrado en acciones de este tipo. Y ha convertido Saint-Brévin y Callac en laboratorios de su la lucha contra el "gran reemplazo", una teoría conspirativa que considera que los franceses blancos se verán sustituidos por personas con orígenes extraeuropeos.

Simpatizantes de Zemmour organizaron protestas contra un centro de refugiados en esta localidad del oeste de Francia

"Me he sentido abandonado"

A pesar de haber estado en el punto de mira de los ultras, el alcalde de Saint-Brévin denunció no haber recibido ningún apoyo por parte del Estado ni del Gobierno de Macron. No disponía de protección policial personal. "Me he sentido abandonado. El Estado impone a los representantes locales los CADA, pero luego deja a los alcaldes que se espabilen por su cuenta", criticó en abril en un reportaje del programa Envoyé Spécial de la cadena pública France 2.

"Los ataques contra Yannick Morez (…) y su familia son indignos", afirmó Macron en Twitter este jueves al mediodía. Muchos internautas le reprocharon que no hubiera expresado este mensaje de solidaridad a finales de marzo, cuando el alcalde sufrió el incendio en su domicilio. "Si lo sintió (este sentimiento de abandono), es probable que, en parte, sea cierto", reconoció el diputado macronista Sacha Houlié.

"Es una vergüenza por parte del Estado que no supiera medir la amenaza que pesaba sobre él y que no lo apoyara", denunció el secretario general del Partido Socialista, Olivier Faure. "Inmensa responsabilidad de Darmanin (ministro del Interior) y Dupond-Moretti (ministro de Justicia) que se negaron a actuar y a protegerlo", aseguró Thomas Portes, diputado de la Francia Insumisa (afines a Podemos). Tras el anuncio de su dimisión, los diputados ovacionaron el miércoles por la noche al alcalde, con la excepción de los representantes de la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen que se quedaron sentados y silenciosos en sus escaños. 

La renuncia de este alcalde tiene lugar pocos días después de que generara controversia una manifestación el 6 de mayo de unos 500 militantes de extrema derecha por las calles del Barrio Latino en París. Mientras en las últimas semanas se multiplicaron los decretos de la administración para prohibir caceroladas y concentraciones de sindicalistas, esa protesta de encapuchados se celebró sin ningún impedimento. Cada vez más voces en Francia acusan a Macron de mostrarse más duro con la izquierda y los sindicatos que con la amenaza ultraderechista.