Disfuncionalidad en EEUU

La crisis del techo de la deuda recorta y lastra el viaje de Biden a Asia y mina su duelo con China

El presidente se limita a participar en el G7 y regresará a Washington para negociar con los republicanos

El presidente de EEUU, Joe Biden, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este martes en la Casa Blanca.

El presidente de EEUU, Joe Biden, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este martes en la Casa Blanca.

Idoya Noain

La “catástrofe” que representaría que Estados Unidos no pueda hacer frente a los pagos comprometidos de su deuda quizá pueda evitarse, y el presidente, Joe Biden, se ha mostrado este miércoles “confiado” en que se logrará un acuerdo para elevar el techo de la deuda y evitar el impago. Las tensas y difíciles negociaciones con los republicanos para lograrlo, no obstante, ya le están pasando factura al demócrata, que se ha visto obligado a recortar una gira asiática que era vital para su agenda internacional y para el duelo con China y dejarla reducida solo a su participación en el G-7 este fin de semana. Y la volátil, turbulenta y cada vez más disfuncional política interna sigue lastrando a EEUU y a su presidente.

De la agenda de Biden han caído una histórica visita a Papúa Nueva Guinea, que habría sido la primera de un presidente estadounidense a la isla nación, y algo más que un símbolo. Con el retorno a Washington previsto ahora para el domingo, Biden también ha dejado pospuesto un viaje a Australia, donde además de dirigirse al Parlamento iba a participar en una reunión ahora cancelada por su ausencia del Quad, el diálogo de seguridad que conforman EEUU, Japón, India y Australia que se ha reforzado recientemente para tratar de contrarrestar la creciente agresividad de China en la región.

Aunque los cuatro líderes del Quad aprovecharán para mantener un encuentro en los márgenes del G-7 en Hiroshima, la suspensión da, como toda la agenda reducida en la región, un golpe a la agenda diplomática de Biden, y a su imagen global. Y el consenso dominante entre los analistas es que este último episodio ahonda problemas para Washington en la esfera internacional, a la vez que abre oportunidades estratégicas y de mensaje a China.

"Socio no fiable"

Biden, que inicialmente se negó en rotundo a negociar con los republicanos para elevar el techo de la deuda pero ha acabado en la mesa para evitar lo que se da por seguro que sería una calamidad no solo para EEUU sino para la estabilidad económica mundial, queda retratado como un líder en apuros. La golpeada imagen de EEUU como un país impredecible, sacudido por crisis y hasta por revueltas políticas que tuvieron su punto álgido en el asalto al Capitolio, sigue degradándose. Y Gregory Poling, del Centro para Estudios Internacionales y Estratégicos, ha dicho en unas declaraciones en ‘The Washington Post’ que lo ocurrido “sin duda suma peso a los argumentos de que la agitación interna convierte a EEUU en el escenario global en un socio no fiable”.

Es una idea que han repetido muchos otros analistas y expertos. Daniel Russel, exalto cargo del Departamento de Estado ahora en el Asia Society Policy Institute, ha hablado en unas declaraciones a ‘The Guardian’ de “una herida autoinfligida causada por la polarización de Washington que no da buena imagen de EEUU como socio fiable”. Y el ‘Times’ ha escrito que “la volatilidad se ha hecho la nueva norma en Washington” y que “cada vez más aliados esperan un nivel de disfuncionalidad”.

Oportunidad para China

El viaje reducido de Biden hace que se se disparen las preguntas sobre el compromiso de EEUU con la región Asia- Pacífico, un vacío que China puede tratar de explotar. Y así lo ve Han Blands, un profesor de internacional en la Universidad Johns Hopkins, que en unas declaraciones a ‘The New York Times’ ha dicho que "se puede apostar a que China sacará provecho: su mensaje a países en la región será que no se puede contar con un país que no puede siquiera desarrollar las funciones básicas de gobierno”.

Al ser preguntado en una breve comparecencia ante los medios antes de emprender el viaje a Japón sobre si con la cancelación de los viajes a Australia y Papúa Nueva Guinea no está dando una victoria a China Biden ha replicado con un tajante “no” y ha asegurado que los países del Quad siguen siendo "aliados formidables".

Los esfuerzos de Biden ahora se concentran en la reunión en Hiroshima, una cumbre del G-7 que va a combinar aspectos financieros y geopolíticos. Deberá combinar la búsqueda de un mensaje unificado de respaldo a Ucrania frente a la guerra de invasión lanzada por Rusia, abordar las preocupaciones globales por la inflación, despejar también las dudas sobre el techo de la deuda y lograr un complicado mensaje unitario frente a China. Y se espera que tras la reunión se emita una declaración conjunta, separada del comunicado oficial, donde se denuncien prácticas de coerción económica, aunque posiblemente este texto eluda citar expresamente a Pekín.

Las negociaciones sobre el techo de la deuda, además, pueden tener efecto en la política exterior de Biden. Aunque el presidente se ha mostrado confiado en lograr un acuerdo presupuestario, para alcanzarlo los republicanos exigen recortes de gasto. Y si acaban pidiéndose e imponiéndose límites, por ejemplo, en Defensa, podría ver afectado su esfuerzo para seguir apoyando a Ucrania o tratando de contrarrestar avances de China. “Nuestra mayor amenaza somos nosotros”, le ha dicho al ‘Times’ Jane Harman, ex congresista y luego presidenta del centro internacional Woodrow Wilson.