Escándalo

Petro vive su peor momento político desde que asumió la presidencia colombiana

El presidente tuvo que salir a responder a los audios en los que su destituido embajador en

, Armando Benedetti, se refiere a un supuesto financiamiento irregular de la campaña que lo llevó al Palacio Nariño

Gustavo Petro (3d) durante un consejo de ministros, hoy en Bogotá (Colombia).

Gustavo Petro (3d) durante un consejo de ministros, hoy en Bogotá (Colombia). / EFE

Abel Gilbert

"¿Intranquilos?, ¡qué va!". Gustavo Petro volvió a recurrir a Twitter para dar una señal de sosiego. Sin embargo, bajo sus zapatos Colombia tiembla y no por razones tectónicas. El presidente tuvo que salir a responder a los audios en los que su destituido embajador en Venezuela, Armando Benedetti, se refiere a un supuesto financiamiento irregular de la campaña que lo llevó al Palacio Nariño. Llovieron, a partir de ese momento, peticiones de investigaciones y dudosos arrepentimientos.

"Nuestros rivales políticos se han apresurado a ponerme denuncias en la comisión de acusaciones. Sin embargo, en ninguna entrevista o en audios se ha demostrado que he cometido un delito", se defendió Petro. A su criterio, se ha tratado de "un simple intento de golpe blando para detener la lucha contra la impunidad". No es la primera vez en la última semana que alude a ese tipo de conjuras.

El primer Gobierno de izquierdas de ese país va de tormenta en tormenta cuando no ha cumplido aún los 10 meses. Primero, el quiebre de su alianza con el centro. Luego, el cuestionado giro a la izquierda. La semana pasada concluyó con el "escándalo de la niñera" y las escuchas ilegales que dieron por concluida la presencia en la jefatura de Gabinete de Laura Sarabia y la salida de la embajada en Caracas de Benedetti. Sarabia había sido secretaria privada de Benedetti. Juntos, acompañaron a Petro en su ascenso al poder. El exguerrillero del M-19 los premió con destinos políticos diferentes y se sembró una semilla de la discordia que acaba de explotar en la cara de la sociedad. Sarabia, una politóloga de 29 años, sufrió este lunes un mareo en la sede del Ejecutivo, en su último día en funciones. La Fiscalía la investiga por las intercepciones telefónicas de las que fueron objeto dos de sus empleadas tras el robo en su casa de al menos 7000 dólares.

Sin embargo, los problemas no terminaron con las destituciones. La revista bogotana Semana dio a conocer este lunes varios audios en los que Benedetti le dice a Laura Sarabia que destapará el origen de una supuesta financiación irregular de la candidatura de Petro en la costa Caribe. "¿O es que quieren que diga, hijueputa, quién fue el que puso la plata? No me jodan la vida", se lo escucha bramar, con amenaza incluida: "Nos hundimos todos, nos acabamos todos, nos vamos presos, acabamos toda la hijueputa verga".

Repercusiones

La situación se volvió intolerable para el presidente. "Yo no acepto chantajes, ni veo la política como un espacio de favores personales", explotó después de que se conocieran las bravatas del exembajador y la apertura de nuevas complicaciones. La Misión de Observación Electoral (MOE) solicitó a la Fiscalía y al Consejo Nacional Electoral que se adelanten investigaciones penales y administrativas para determinar las responsabilidades "sobre el origen, monto y destinación de los recursos para la financiación de las campañas". A su vez, el excandidato presidencial de la derecha Federico Gutiérrez, derrotado en la primera vuelta, interpuso ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, encargada de investigar las denuncias y quejas disciplinarias contra altos dignatarios del Estado, una denuncia en contra Petro.

Idas y vueltas de Benedetti

El mandatario ejerció una inmediata autodefensa. "Nadie del gabinete del Gobierno ni directores ni comandantes de la fuerza pública, ni directores de aparatos de inteligencia han ordenado ni interceptaciones de teléfonos, ni allanamientos ilegales, ni se han aceptado chantajes sobre cargos públicos o contratos, ni se han recibido en la campaña dineros de personas ligadas al narco, ni mucho menos se ha manejado cifras por fuera de nuestra contabilidad":

A su vez, el ministro de Exteriores, Álvaro Leyva, embistió contra el locuaz exembajador en Venezuela en términos inusuales. "Me parece muy gracioso. En medio de todo este movimiento de noticias, ¿a Benedetti cómo se le puede creer? Es que es increíble. Él mismo dice ‘yo soy un drogadicto’; pónganse ustedes a pensar, ¿les parece que puede ser una buena fuente?”.

Y para darle más condimento al culebrón político, Benedetti intentó volver sobre sus pasos. Dijo que los audios que había divulgado Semana "han sido manipulados". Pido además disculpas a Petro y Sarabia "por la agresión y el ataque malintencionado que NO viene de mi parte". El exembajador reconoció haber hablado (y bebido) de más. "En un acto de debilidad y tristeza me dejé llevar por la rabia y el trago".

Se avecinan tormentas

El reconocimiento fue tardío. El escándalo ya se había ramificado. "¿Entró dinero sin reportar a la campaña del presidente Petro?", se preguntó en su editorial el diario El Espectador. Y añadió: "se intuyen delitos electorales, conexiones con el caso también pendiente de las acusaciones contra Nicolás Petro (el hijo del presidente) y una pregunta abierta sobre cómo la campaña del ahora mandatario logró un aumento considerable de votos en la costa Caribe. Son urgentes las investigaciones que vayan más allá del ruido".

Para El Tiempo, "lo que comenzó como el robo de una maleta con dinero en efectivo de la casa de la ex jefa de gabinete, Laura Sarabia, ha evolucionado hasta convertirse en un muy comprometedor escándalo que toca la médula del Gobierno con giros inesperados, cada vez más graves y de resultados imprevisibles. La manera como esta crisis se desarrolle y se resuelva tendrá una influencia capital en el rumbo político del país en los próximos días y semanas".