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Dos años del seísmo

Las víctimas del terremoto de Marruecos protestan en Rabat: “Queda mucho trabajo por hacer”

Las autoridades consideran que el 90% de las casas se han reconstruido, aunque los manifestantes consideran que la cifra es menor

Afectados por seísmo de 2023 en Marruecos protestan por su exclusión de la reconstrucción

Afectados por seísmo de 2023 en Marruecos protestan por su exclusión de la reconstrucción

Marc Ferrà

Marc Ferrà

Rabat

Decenas de víctimas y afectados del terremoto de Marruecos han aprovechado el segundo aniversario de la tragedia para protestar enfrente del Parlamento del país, en Rabat. Un viaje de 400 kilómetros, desde sus pueblos hasta la capital, con el objetivo de alzar la voz ante la “lentitud” y “exclusión” que sufren en la reconstrucción. Decenas de personas han mostrado pancartas con los nombres de los diferentes pueblos y comunas, además de fotografías del rey, para pedir soluciones, no solo para levantar de nuevo sus hogares, también para que se invierta más en la región, una de las más desfavorecidas del país.

El seísmo, de magnitud 6,8, golpeó la zona montañosa del Alto Atlas, a menos de cien kilómetros de Marrakech. Dejó cerca de 3.000 muertos, más de 5.000 heridos y de 50.000 casas afectadas. Pasado este tiempo, la región todavía intenta pasar página a medida que levantan de nuevo sus hogares. Según las cifras oficiales, que han dado a conocer este domingo las autoridades, aproximadamente un 90% de las casas han sido reconstruidas, dependiendo de la región. Según el coordinador del programa de reconstrucción y rehabilitación, Hassan Ighighi, los trabajos se encuentra en la “fase final”, a la región de Al Haouz, la más devastada por el terremoto. 

Según precisa el responsable, solo hay un 4% de los damnificados aún no han iniciado la reconstrucción de sus viviendas en la región. Explica que son “casos vinculados bien a litigios entre herederos, o bien a familias que se negaron a reconstruir sus casas a pesar de haber recibido el primer tramo de la ayuda”. Tras el terremoto, las autoridades destinaron más de 11.000 millones de euros para la reconstrucción y las ayudas para levantar de nuevo las casas o restaurarlas son de entre 13.000 y 7.000 euros, repartidas en diferentes fases y condicionadas a que los edificios se construyan siguiendo medidas antisísmicas. 

La Coalición Civil por la Montaña y la Coordinadora Nacional de las Víctimas del Terremoto de Al Haouz, organizadoras de la protesta de este lunes, tienen sus reservas con las cifras presentadas por el Gobierno. “Las cifras oficiales no son ciertas. Que haya menos personas viviendo en tiendas de campaña, no quiere decir que tengan casa”, han denunciado en una rueda de prensa. Los afectados han apelado sobre todo a Mohamed VI, para que les ayude, “pedimos la intervención del monarca, hemos pedido ayuda a las autoridades, pero no hemos obtenido ninguna respuesta”, han criticado.

El Marruecos “que no avanza”

“Hemos venido hasta aquí (Rabat) para decirle al Gobierno que todavía hay gente que no se ha beneficiado de sus derechos ni de los que nuestro rey ordenó para los afectados del seísmo”, explica Khadiya, del pueblo de Talaat Yacoub y miembro de la plataforma. “No podemos hablar de miles, pero sí de centenares de personas que todavía no han recibido las ayudas”. En relación con las cifras oficiales, considera que quizás se ha alcanzado el 60 o 70% de la reconstrucción en su región (Al Haouz), pero no el 90% que han publicado las autoridades: “Todavía hay mucho trabajo por hacer”, explica. 

“¿Dónde han ido el dinero del terremoto? A los festivales de música y los campos de fútbol”, han gritado en uno de los momentos en la concentración. Entre los manifestantes hay un cierto malestar por la gran cantidad de proyectos que se están llevando a cabo en el país, como la nueva línea de tren de alta velocidad, el puerto de Tanger Med o los campos de fútbol que se están renovando para acoger el Mundial 2030, “las clases populares estamos sufriendo”, ha defendido uno de los portavoces. 

“Queremos que nuestros hijos puedan crecer en una región desarrollada”, han pedido. Precisamente, la taza de pobreza en la zona afectada es del 14%, el doble de la media nacional, según denuncian. Por esto, las reivindicaciones no son solo para la reconstrucción, también para pedir una mejora de los servicios básicos (salud, educación, transporte y agua) y la reducción de las disparidades sociales y territoriales, entre otras demandas. 

En su último discurso en la celebración de la Fiesta del Trono, a finales de julio, el monarca marroquí defendió que el país no puede avanzar a “dos velocidades” y explicó que ha dado órdenes a las autoridades para una “nueva generación de programas de desarrollo territorial”. Precisamente, esta ha sido otra de las frases a la que los manifestantes se han agarrado para reivindicar más inversión en su territorio, “estamos en la parte de Marruecos que no avanza”, han defendido los miembros de la plataforma de afectados. 

Piden la libertad para uno de los líderes de la protesta

Otra de las reivindicaciones que se han escuchado hoy en la capital es la liberación de Said Aït Mehdi, uno de los líderes de la asociación de víctimas. A principio de año fue condenado a tres meses de cárcel, acusado de "difamación, insulto y publicación de acusaciones falsas destinadas a violar la privacidad" o “agresión física y verbal contra un agente de la autoridad”, entre otros cargos. Pero finalmente, el Tribunal de Apelación endureció su pena hasta el año de prisión firme. Una pena que llegó tras las críticas que había vertido contra la gestión de las autoridades de la reconstrucción. 

“Pedimos su liberación inmediata, no ha hecho nada” explica Khadija Aït Mehdi, la hermana del activista. Frente del Parlamento marroquí junto a otras personas de su familia sujetan las fotos de su hermano, incluso se emociona al hablar de él. Considera que solo ha defendido los derechos de las personas afectas. Denuncia, además, que lo han trasladado a una cárcel a más de 250 kilómetros de donde vivían y que no pueden hablar con él por teléfono ni llevarle ropa o comida. 

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