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Guerra comercial

Trump contra TikTok: 7 claves de un principio de acuerdo opaco entre EEUU y China

Las negociaciones de Madrid dan un paso adelante hacia la distensión entre las dos grandes potencias en su disputa comercial

El secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, y el representante comercial de EEUU, Jamieson Greer, se reúnen con el viceprimer ministro chino He Lifeng y el negociador comercial chino Li Chenggang en Madrid, España

El secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, y el representante comercial de EEUU, Jamieson Greer, se reúnen con el viceprimer ministro chino He Lifeng y el negociador comercial chino Li Chenggang en Madrid, España / AFP

Irene Benedicto

Irene Benedicto

Barcelona

TikTok debía dejar de funcionar en Estados Unidos este miércoles, y los líderes de Estados Unidos y China han apurado casi hasta el último día para evitarlo. Los negociadores de ambos países anunciaron un "acuerdo marco" este lunes tras dos días de negociaciones en Madrid, aunque los presidentes Donald Trump y Xi Jinping aún deberán acabar de zanjarlo este viernes en una llamada telefónica. La red social china, propiedad de ByteDance, se ha convertido en el chivo expiatorio del choque entre estas dos potencias, símbolo de la pugna comercial y tecnológica. El acuerdo provisional ofrece una salida, aunque aún quedan incógnitas por despejar. A continuación, siete claves para entender el preacuerdo anunciado:

TikTok se enfrentaba a la desconexión total en EEUU el 17 de septiembre si su matriz china, ByteDance, no cedía el control a una empresa estadounidense. La ley aprobada por el Congreso en 2024 obliga a su venta por motivos de seguridad nacional. Todavía se desconoce si China ha cedido del todo o parcialmente a la presión estadounidense ya que no se conocen los detalles de ese "acuerdo marco", tal y como le llamó el secretario del Tesoro, Scott Bessent. Tampoco el representante chino confirmó ningún detalle.

Una nueva prórroga sería el escenario más probable en estos momentos. La fecha marcada para que TikTok se apague en EEUU es este miércoles, y el acuerdo no será refrendado hasta que los presidentes estadounidense y chino hablen el viernes, por lo que Bessent dejó la puerta abierta a una extensión, pero enfatizó que el objetivo es culminar la operación esta misma semana. 

El pulso entre ByteDance y Washington viene de largo. En abril de 2024, el Congreso votó por obligar a la empresa china a desprenderse de TikTok. El Tribunal Supremo ratificó la medida a comienzos de 2025, despejando la duda legal. La Administración del entonces presidente demócrata Joe Biden dejó en manos de su sucesor la aplicación del veto.

Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha jugado con el calendario. La normativa solo permite una extensión formal de 90 días, pero el presidente republicano ha concedido ya tres prórrogas sucesivas, en ocasiones a última hora. La estrategia le ha dado margen de maniobra en las negociaciones con China y ha reforzado su imagen de dureza en política comercial.

La reunión en Madrid fue la cuarta en apenas cuatro meses. Desde mayo, las delegaciones encabezadas por Bessent y el viceprimer ministro He Lifeng se han visto en distintas capitales de Europa, vista como un territorio neutro en el asunto y a medio camino geográfico. El objetivo es intentar encauzar un conflicto que amenaza con extenderse a todos los ámbitos del comercio.

El acuerdo marco sobre TikTok es visto como una muestra de buena fe, aunque las tensiones siguen. Washington mantiene aranceles elevados sobre productos chinos, y Pekín ha respondido con tarifas equivalentes y con la suspensión de exportaciones de tierras raras, materiales cruciales para la industria tecnológica estadounidense. 

TikTok ha sido la primera app china que realmente se ha abierto paso a gran escala en el mercado occidental. Nació en 2016 como una aplicación de vídeos cortos y se expandió al mundo tras comprar la estadounidense Musical.ly en 2017. La pandemia disparó su popularidad, como vía de escape inspiracional y de entretenimiento para millones de jóvenes. Hoy cuenta con más de 1.500 millones de usuarios mensuales, unos 150 millones en EEUU.

Pero el éxito se volvió un arma de doble filo. Cuando empezó a competir con gigantes como Instagram o YouTube, obligando a estos a crear sus propias funciones (Reels y Shorts), Washington dejó de verla como una moda pasajera. La amenaza a las empresas estadounidenses fue el punto de inflexión: a partir de ahí, el debate dejó de ser comercial y pasó a ser político y legal, con la seguridad nacional como argumento central.

En el discurso estadounidense, los recelos hacia TikTok se deben a que las leyes chinas obligan a las empresas a entregar información al Gobierno si este lo exige, lo que alimentó las dudas sobre la privacidad de los datos de millones de usuarios no chinos, muchos de ellos menores. Los temores llevaron a prohibir su uso en dispositivos oficiales del Gobierno y de las Fuerzas Armadas.

Su algoritmo de recomendación, mucho más eficaz manteniendo a los usuarios pegados a la pantalla que los de los gigantes tecnológicos americanos, incrementa las suspicacias. Diseñado para enganchar al usuario, personaliza cada vídeo en función del tiempo de visualización. Críticos señalan que esa opacidad no solo genera adicción, sino que abre la puerta a la manipulación de contenidos y a la censura indirecta de mensajes críticos con Pekín. Tanto en Bruselas como en Washington se exige mayor transparencia y garantías sobre el almacenamiento de datos fuera de China.

Sánchez y Feijóo buscan acercarse más a los jóvenes con sendas cuentas en TikTok

TikTok busca a contrarreloj un acuerdo comercial entre China y EEUU que le salve del apagón en el país americano / Archivo

Pese al carácter legal que ha adquirido, este enfrentamiento, el trasfondo político y de intereses comerciales se refleja en la implicación de los líderes de ambos países. El Congreso y el Tribunal Supremo de EEUU sentaron las bases legales del veto, pero la decisión final quedó en manos de Trump. El presidente ha jugado a dos bandas: ha amenazado con cerrarla y, al mismo tiempo, ha abierto una cuenta oficial en agosto de 2025 para hablar directamente con los votantes jóvenes en las elecciones de 2024, tal y como él mismo reconoció. La contradicción ilustra cómo una red social de entretenimiento se transformó en un terreno de confrontación entre poderes legislativo, judicial y ejecutivo.

El Gobierno chino todavía tiene mucho que decir. En tanto que conserve el as en la manga que supone ByteDance, Trump le da rango de rival digno en su guerra comercial. Además, en la práctica, cualquier operación de venta de la app a EEUU necesitará la aprobación de Xi Jinping.

Más allá de la aplicación, lo que se dirime es quién dicta las reglas de la economía digital. Mientras Washington argumenta que se trata de proteger datos y respaldar a sus gigantes tecnológicos, Pekín echa el pulso por no ceder control sobre una de sus empresas más exitosas. El acuerdo sobre TikTok se ha convertido así en un test de fuerza en la competencia por el liderazgo tecnológico.

Con este marco provisional, TikTok gana tiempo. Pero el desenlace lo marcará la llamada entre Trump y Xi el viernes. El futuro de la aplicación —y el equilibrio entre Washington y Pekín— depende de esa conversación.

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