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Visita de Trump

El Reino Unido y EEUU aparcan sus diferencias y refuerzan su “relación especial” con inversiones multimillonarias

Los líderes de los dos países concluyen la histórica segunda visita de Estado del mandatario estadounidense al Reino Unido en un ambiente de halagos y escasos reproches

El presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro británico, Keir Starmer.

El presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro británico, Keir Starmer. / Evan Vucci / AP

Lucas Font

Lucas Font

El Gobierno británico ha vendido como un éxito la visita de Estado de dos días del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al Reino Unido. El acuerdo firmado en sectores como la energía nuclear y el desarrollo tecnológico han dejado inversiones de cerca de 250.000 millones de libras esterlinas en ambos países (más de 290.000 millones de euros) y han dado un respiro al primer ministro, Keir Starmer, quien ha fijado como su principal prioridad el crecimiento económico y la creación de empleo. Los dos líderes han salido satisfechos de su encuentro de este jueves en la residencia de Chequers, a pesar de sus diferencias en asuntos como el reconocimiento del Estado Palestino, las políticas migratorias, el debate sobre la libertad de expresión o la lucha contra el cambio climático.

En un ambiente de cordialidad y de halagos mutuos, tanto Trump como Starmer han optado por destacar los aspectos en los que están de acuerdo y han pasado de puntillas sobre otros asuntos, como la intención del Reino Unido de reconocer el Estado Palestino en los próximos días. “Estoy en desacuerdo con el primer ministro en este sentido, aunque es uno de nuestros pocos desacuerdos”, se ha limitado a decir el republicano, quien tampoco ha querido entrar al trapo sobre la supuesta falta de libertad de expresión en el Reino Unido, algo que el líder populista Nigel Farage está predicando a los cuatro vientos desde hace meses. 

Pacto de no agresión

Trump sí ha presumido de haber frenado la inmigración irregular en Estados Unidos y ha recomendado a Starmer “llamar al Ejército” para resolver esta situación en el Reino Unido. “[La inmigración] destruye los países desde dentro y, de hecho, estamos expulsando a mucha de la gente que ha venido a nuestro país”, ha asegurado el presidente. La creciente indignación popular por la llegada de inmigrantes a través del Canal de la Mancha está poniendo al primer ministro británico contra las cuerdas, aunque las incisivas preguntas de los periodistas congregados en Chequers no han logrado que Trump ahondase demasiado en este asunto.  

Los dos líderes incluso han dado muestras de un acercamiento en su posición sobre la guerra en Ucrania, después de que el líder estadounidense haya reconocido que el presidente ruso, Vladímir Putin, le ha “decepcionado”. “Está perdiendo a más gente de la que está matando. Los soldados rusos están muriendo en proporciones más altas que los ucranianos”, ha asegurado Trump, quien ha instado a sus socios a dejar de comprar petróleo a Rusia para dañar la principal fuente de financiación de Putin. Starmer, por su parte, ha pedido aumentar la presión sobre Rusia, aunque el líder estadounidense no se ha pronunciado sobre las garantías de seguridad en Ucrania que los países de la llamada “coalición de voluntarios” —encabezada por el Reino Unido y Francia— le piden desde hace meses. 

Acuerdo tecnológico

Starmer ha querido poner el foco en la parte económica y dejar a un lado otros asuntos espinosos, como los vínculos de Trump con el pedófilo Jeffrey Epstein y la reciente destitución del embajador británico en Washington, Peter Mandelson, por el mismo motivo. Las dos partes han firmado un Acuerdo de Prosperidad Tecnológica (Tech Prosperity Deal) que allana el camino para una mayor cooperación en Inteligencia Artificial (IA), computación cuántica y en la implementación de la energía nuclear en ambos países. Los enormes desembolsos anunciados por parte de la empresa de inversión privada Blackstone (más de 100.000 millones de euros), además de inversiones de empresas tecnológicas como Microsoft, Google o Open AI permitirán afianzar todavía más la “relación especial” entre Londres y Washington, según los dos líderes. 

“Los vínculos entre nuestros países no tienen precio y son una hermosa herencia. Hoy, estos lazos son más estrechos que nunca y hemos hecho algunas cosas que son muy beneficiosas para ambos países desde el punto de vista financiero”, ha asegurado Trump durante la firma del nuevo acuerdo tecnológico. Algo que también ha destacado un Starmer ansioso por lograr el crecimiento económico, especialmente en las zonas más deprimidas del país, las cuales se están convirtiendo en un caladero de votos para el partido de Farage, Reform UK. “Esta alianza es hoy una señal de nuestra determinación de ganar esta carrera juntos y de garantizar que traiga beneficios reales en puestos de trabajo, en crecimiento y en la reducción de las facturas”, ha asegurado. 

La intervención conjunta ante los medios ha puesto fin a una visita de Estado de dos días que ha contado con un recibimiento sin precedentes por parte de la familia real británica y que tenía como principal objetivo evitar sacar a la luz las diferencias ideológicas entre Starmer y Trump. Los halagos mutuos y las buenas palabras han sido una muestra de que el objetivo se ha cumplido, al menos sobre el papel. Sólo falta saber si esta alianza reforzada entre los dos países también se mantiene en la práctica.

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