Identificación biométrica
Escanear tu cara y tus huellas: todo lo que deben saber los viajeros sobre el nuevo control de fronteras de Europa
La Unión Europea empezará a desplegar este domingo un sistema fronterizo automatizado que recopilará los datos biométricos de los viajeros extracomunitarios, un método de control con el que Bruselas pretende agilizar su registro y mitigar la inmigración irregular

Reconocimiento facial en los accesos del Mobile World Congress 2019, en Barcelona.

La Unión Europea dice adiós a sellar los pasaportes para digitalizar la gestión de sus fronteras. A partir del próximo 12 de octubre, los ciudadanos de países no pertenecientes al club comunitario que viajen a Europa deberán someterse a un escaneo facial y de sus huellas dactilares para poder entrar.
Así es cómo funcionará:
¿A quién afecta?
El nuevo sistema fronterizo europeo (EES, por sus siglas en inglés) automatizará el registro de los viajeros extracomunitarios mediante la recopilación de sus datos biométricos, una controvertida medida de control con la que Bruselas pretende agilizar el proceso de entrada y salida de la UE, pero también detener la inmigración irregular y, a priori, reducir los riesgos para la seguridad. Los afectados serán todos aquellos que planeen una estancia corta, de hasta 90 días dentro de cualquier período de 180 días. A los niños menores de 12 años se les tomará una fotografía, pero no sus huellas dactilares.
¿Cómo se aplicará?
Los viajeros a los que se le aplique el EES tendrán que ser escaneados y responder a las preguntas de los agentes fronterizos, un proceso que inicialmente podría provocar retrasos. Todo ello servirá para crear un registro de datos personalizado que se almacenará durante tres años y que permitirá una verificación sin contacto de la identidad de los visitantes. En ese periodo, solo tendrán que mostrar su rostro y sus huellas dactilares en los controles para poder entrar y salir de la UE. Además, podrán utilizar un sistema de autoservicio o una aplicación móvil para aligerar su registro, todo de forma gratuita.
¿En qué países?
El sistema, aprobado por el Parlamento Europeo en 2017, se desplegará gradualmente en los controles fronterizos de aeropuertos internacionales, puertos, estaciones ferroviarias y pasos fronterizos por carretera de un total de 29 países del llamado espacio Schengen. Un total de 25, entre ellos España, forman parte del bloque europeo, y los otros cuatro son Suiza, Noruega, Liechtenstein e Islandia. En lugar de marcar los pasaportes de los pasajeros que quieran acceder a su territorio, los agentes de aduanas deberán escanear sus rostros y dedos —datos biológicos únicos en cada persona—, así como apuntar las fechas de entrada y salida. Croacia y Estonia serán los primeros en aplicarlo, mientras que el cambio no afectará por ahora a Irlanda y Chipre, que mantendrán una gestión manual.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, inaugura la nueva "frontera inteligente" de la UE entre Melilla y Marruecos, conocida como Entry/Exit System (EES). / Europa Press
¿Cuándo?
El control fronterizo biométrico empezará a aplicarse a partir del domingo, pero su integración no será de golpe, sino progresiva. Los responsables de EES esperan que el nuevo sistema esté totalmente operativo el 10 de abril de 2026. Sin embargo, el EES será el precursor del Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS), un nuevo modelo que empezará a desplegarse a finales de 2026, que obligará a los visitantes a solicitar una autorización para viajar a la UE y que tendrá un coste de 20 euros.
¿Podrás negarte?
No, si lo que quieres es viajar. La UE lo deja claro: "Si te niegas a facilitar tus datos biométricos, se te denegará la entrada al territorio de los países europeos que utilizan el EES".
¿Quién está exento?
El programa cuenta con ciertas exenciones. Además de los ciudadanos de la UE, tampoco deberán someterse al escaneo biométrico los viajeros con una tarjeta o permiso de residencia o un visado de larga duración, aquellos que viajen a Europa "en el marco de un traslado dentro de una empresa o con fines de investigación, estudios, formación o voluntariado", los ciudadanos de Andorra, Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano y personas con privilegios como jefes de Estado o diplomáticos acreditados.
¿Por qué es polémico?
El despliegue de sistemas tecnológicos de control biométrico en las fronteras inquieta tanto a expertos en privacidad como en derechos humanos, que advierten del riesgo que puede suponer centralizar la gestión de datos individuales tan sensibles como los biométricos. En una opinión emitida en 2024, el Comité Europeo de Protección de Datos recomendó a las aerolíneas utilizar un método "menos intrusivo" que la identificación biométrica de los pasajeros, alertando de que esta tecnología "puede dar lugar a falsos negativos, sesgos y discriminación". La Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE ha identificado una serie de riesgos y ha elaborado dos guías para garantizar que se implementan "medidas eficaces" que incluyen la de protección de datos, "proporcionar información precisa y accesible" a los afectados y "tratarlos con dignidad y respeto".
Suscríbete para seguir leyendo
- El peaje Santiago-Vigo pasará de 12,5 euros desde enero y hasta a A Coruña costará 8,8
- Una bodega gallega se cuela entre las 100 mejores del mundo para visitar
- El restaurante de Santiago con el menú degustación más barato
- Llega el centollo a los mercados: claves para distinguir el gallego del de fuera
- Dos vecinas de A Maía se quedan a las puertas de coronarse como Miss Grand Galicia
- Desalojado el narcopiso de Fontiñas: «Estamos contentos»
- Vuelve la Feira do Monte a Ames con 22 puestos, talleres y pulpería
- El Palacio de Congresos de Santiago revitaliza su oferta cultural: 20 artistas confirmados hasta marzo