De la Alameda a Bonaval: cinco parques imprescindibles de Santiago para disfrutar esta primavera

Este mes de mayo está siendo especialmente inestable en lo meteorológico. Las lluvias van y vienen, y las temperaturas no acaban de subir. Sin embargo, según apuntan las previsiones de Meteogalicia, el tiempo está a punto de darnos una pequeña tregua, ideal para salir de casa y dejarse llevar por un paseo al aire libre. 

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Pocos lugares mejores para desarrollar “el noble arte de Caminar” que Santiago de Compostela, una ciudad que, a pesar de su tamaño recogido, cuenta con una de las mayores superficies verdes urbanas de Galicia. Desde jardines históricos hasta bosques autóctonos, son muchos los rincones que ofrece para pasear, respirar y desconectar en contacto con la naturaleza.

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Estas son cinco propuestas con algunos de los parques más bonitos de Santiago para disfrutar en todo su esplendor esta primavera.

1. Parque de la Alameda

El de la Alameda es el parque más emblemático de Santiago, auténtico corazón verde de la ciudad. Situado a un paso del casco histórico, ofrece algunas de las mejores vistas de la Catedral desde el Paseo da Ferradura, especialmente hermosas al atardecer. 

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Sus caminos son ideales para un paseo tranquilo entre camelias y otros árboles centenarios, esculturas curiosas como la de las Marías o Valle-Inclán (que ya forman parte de la iconografía compostelana), descansar en alguno de los bancos o subir a la carballeira de Santa Susana. 

Lugar de recreo de los compostelanos, la Alameda es un parque lleno de vida, perfecto para sentir el pulso de la ciudad. En las fiestas patronales de la Ascensión y también en el Apóstol, la Alameda se convierte en uno de los epicentros de celebración, acogiendo la noria y otras atracciones de feria además de actuaciones musicales.

Para recorrer la Alameda, se puede comenzar en Porta Faxeira, recorrer el paseo central hasta la Ferradura, detenerse a contemplar las vistas del Obradoiro, y finalizar en el Paseo de los Leones, donde las sombras de los árboles crean un rincón perfecto para sentarse a leer o a charlar en el banco de los enamorados.

2. Parque de Bonaval

El parque de Bonaval es un lugar con una atmósfera muy especial. Este espacio mezcla naturaleza, arte y memoria, ya que se sitúa sobre un antiguo cementerio y al lado del antiguo convento de San Domingos de Bonaval, donde hoy se encuentran el Museo do Pobo Galego y el Panteón de Galegos Ilustres. 

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El diseño del parque es obra de la paisajista Isabel Aguirre y del arquitecto Álvaro Siza, que consiguieron integrar los elementos históricos con la vegetación de manera armoniosa.

Para una visión completa del parque, se puede comenzar por la zona más alta, bajando hasta las antiguas huertas monacales. Desde allí, se puede cruzar el parque hacia la zona del antiguo cementerio, donde las vistas de Santiago se abren como un lienzo.

3. Parque de Belvís

Situado en una pequeña depresión entre los barrios de San Roque y el convento de Belvís, este parque ofrece un paseo entre huertas urbanas, pequeños riachuelos, zonas de campo abierto e incluso un laberinto. Es el sitio perfecto para los que buscan contacto con la naturaleza a pocos minutos del centro.

Para recorrerlo, se puede empezar bajando desde el convento de Belvís hacia las huertas, siguiendo el curso del riachuelo. Es muy recomendable el mirador que se abre hacia la parte antigua, con una de las panorámicas más singulares de la ciudad.

4. Parque de la Música

Situado junto al Auditorio de Galicia y el campus norte, este parque moderno y amplio destaca por su lago artificial, habitado por patos y otras aves, y por sus praderas extensas, ideales para extender una toalla y disfrutar del sol cuando sale. Es también un lugar muy frecuentado por los estudiantes, que le dan un ambiente relajado y alegre.

Empezando en el extremo más próximo al Auditorio se puede recorrer rodeando el lago por su margen derecha. A continuación, se puede cruzar el puente de madera y continuar por el sendero hasta la zona más arbolada, perfecta para descansar a la sombra.

5. Bosque del Banquete de Conxo

Un auténtico tesoro recuperado hace poco tiempo para el disfrute de la ciudad. Este bosque centenario ha sido testigo de un importante banquete que reunió a obreros y estudiantes en el siglo XIX, símbolo de la lucha por la igualdad y la fraternidad.

Hoy, este espacio combina memoria histórica con una exuberante vegetación autóctona: robles, castaños y alisos dominan el paisaje. Es perfecto para un paseo más largo, con una sensación de estar completamente fuera de la ciudad.

Accediendo desde la entrada principal en Conxo se puede seguir el sendero que lleva hasta la zona del palco y la escultura conmemorativa del banquete. Se puede continuar por el bosque hasta cruzarse con el río Sar, donde la frondosidad crea un ambiente casi mágico.

Si el tiempo cumple las previsiones y mayo decide mostrarnos su lado más amable, estos cinco parques son destinos ideales para perderse un par de horas entre árboles, flores e historia.