Cuando todavía siguen calientes los rescoldos por la polémica decisión de Netflix de poner coto a las cuentas compartidas, llega a España una nueva plataforma, Sky-Showtime. El desembarco de este invitado al reparto de la tarta del streaming, que se consumará este 28 de febrero, seguramente se va a ver más que beneficiado por el cabreo de muchos de los que están abandonando a la gran N roja y buscando otras opciones más baratas. De hecho, sobre la mesa, el recién llegado ha puesto una de esas ofertas difíciles de rechazar para los indecisos: 5,99 euros al mes con un descuento del 50% (es decir, 2,99 euros) para todos aquellos que se abonen antes del 25 de abril. Y, sí, permitirá las cuentas compartidas.

De entrada el catálogo de Sky-Showtime no es tan apabullante como el de Netflix o el de otras plataformas de la competencia, pero cuenta en su fondo de armario con series exclusivas que durante los dos últimos años estaban inéditas en España. La cadena ha mantenido bloqueados sus derechos para ser ella quién decidiera cómo y cuándo se veían en los respectivos territorios donde fueran llegando. Una de esos títulos fue Yellowstone, que fuera de nuestras fronteras ya se ha convertido en un fenómeno televisivo con cinco temporadas a sus espaldas y otras dos series derivadas. No es nueva en España, donde sí pudimos ver sus tres primeras temporadas, tanto en Pluto como en alguno de los canales de la plataforma de Movistar. Hasta que Paramount cerró el grifo. Hoy es toda una franquicia que se ha beneficiado del carisma de su protagonista y, me estoy refiriendo, a Kevin Costner, que llega al completo a nuestro país por todo lo alto.

Durante la segunda mitad de los años 80 y buena parte de los 90, Costner fue una de las estrellas más carismáticas de Hollywood, hasta que su brillo se fue apagando después de acumular demasiados proyectos que se convirtieron en grandes fracasos y en los que se había implicado personalmente. El gran despegue de su carrera llegó con Los intocables de Eliot Ness de Brian de Palma, donde se contaba la cruzada del incorruptible agente del FBI para lograr meter entre rejas a Al Capone. Durante muchos años clavó a ese tipo de personajes cargados de buenas intenciones cuya nobleza y valores les convertían en héroes enfrentados contra el sistema para hacer lo correcto. Ahí tenemos a su fiscal Jim Garrison en JFK intentando esclarecer la conspiración tras el asesinato de Kennedy o al teniente John Dunbar tratando de defender a los indios del exterminio en Bailando con lobos. Papeles en la línea de otras grandes estrellas del Hollywood clásico como pudieron ser James Stewart, Gregory Peck o Glenn Ford a quienes costaba mucho ver como villanos.

Quizá es que Costner quisiera dar otro giro a su carrera, pero su declive empezó cuanto más intentaba alejarse de ese rol. En Un mundo perfecto dirigida y protagonizada por Clint Eastwood, a Costner le tocó el papel del antagonista. No era malo del todo, sino un pobre perdedor, un delincuente fugado de la justicia del que era muy difícil no sentir compasión. Este papel marcó un cambio de rumbo en su carrera. De repente, sus papeles empezaron a subrayar una faceta un poco más malota de sus personajes. Tipos muy duros que hacían lo que había que hacer que hacer en mundos apocalípticos y distópicos. Precisamente esa imagen fue la que quedó asociada a dos de sus grandes fracasos: Waterworld y Mensajero del futuro. Los batacazos de ambas películas fueron de tales proporciones que el actor empezó a ser veneno para la taquilla. Hasta que llegó Yellowstone, la serie que le ha permitido salir del fango. De manera que se puede hablar de la resurrección de Costner, como pudimos hacer en los 90 con John Travolta cuando protagonizó Pulp Fiction. El ejemplo de Travolta se usa muy frecuentemente cuando la carrera de otro actor vuelve a brillar tras pasar años sumidos en la irrelevancia, una circunstancia que las series de televisión están facilitando. Grandes estrellas que en plena madurez han podido volver a resplandecer.

Yellowstone es una de esas series protagonizadas por una familia muy poderosa, los Dutton. Costner interpreta en ella al patriarca del clan, cuyo gran poder y capacidad económica les hace estar acostumbrados a que nadie desoiga lo que tienen que decir, que haría lo que fuera con su familia y a quienes lleva con mano de hierro. Como los Ewing en Dallas, los Carrington en Dinastía, o los Channing en Falcon Crest, o, por usar algún ejemplo más actual, los Roy en Succession. La ahora rehabilitada estrella, vuelve a esos papeles con un toque de malote que tanto le gustaron y que tantos sinsabores le causaron. La serie es un western del siglo XXI, género al que el actor ya ha demostrado en muchísimas ocasiones su devoción. Costner llegó a resucitarlo en los 90 con Bailando con lobos, cuando muchos lo daban por muerto y marcando las líneas por donde ha transitado durante los últimos años.

La fuente de la riqueza de los Dutton es una actividad que hemos visto en muchos títulos míticos del género: el ganado. De hecho, el sinónimo más socorrido para el western en castellano es el de película de vaqueros. El conflicto llega cuando el gobierno federal de los Estados Unidos intenta expandir los límites de una reserva india y ocupar parte de las tierras de los Dutton. Otro gran tópico: Vaqueros contra indios, aunque en Yellowstone ninguno de los dos llegan a encuadrarse en el bando de buenos y malos. Hay una lucha para ver quién tiene más poder. O por usar otra expresión más coloquial, quién la tiene más larga. Y sobre todo ahora que el patriarca de los Dutton se ha metido a la política para hacer desde la Administración lo que tiene que hacer. Tipos duros con sobredosis de testosterona haciendo westerns... esto hace que nos planteemos si realmente lo que pasaba es que Costner quería ser Clint Eastwood. Todo nos lleva a Un mundo perfecto.

La popularidad de esta serie ha hecho que el nombre de Costner haya dejado de estar maldito para subir en el escalafón a algo más que secundario de lujo en el que aparecía relegado. Le ha salido la oportunidad de hacer una nueva película y de ser el director. Por este motivo, su presencia en la próxima temporada de Yellowstone que está por rodar es ahora mismo una incertidumbre. Ya está sobre la mesa la probabilidad de sustituirle por Mathew McConaughey, pero la prudencia apunta a que lo mejor sería que no hiciera nada que fuera definitivo sobre su aparición en la serie. Al fin y al cabo, la experiencia pasada demuestra que muchas de las decisiones que tomó para su carrera siempre fueron las más acertadas.

La fórmula de recurrir a grandes estrellas para lo que ya es una franquicia se ha repetido en cada uno de los spin offs de Yellowstone. Cada una de ellas nos cuenta la historia de distintas generaciones de la familia Dutton a lo largo del tiempo. La primera de ellas fue 1883, con Sam Elliott al frente del reparto, tan amante del western como Costner. De hecho el actor intervino en otra de las películas centradas en el legendario sheriff Wyatt Earp casi al mismo tiempo que Costner encabezaba su propia versión. Puede que el nombre de Elliott se haya convertido en un poco de veneno comercial tras sus polémicas declaraciones sobre la película El poder del perro, y sobre las que se tuvo que acabar desdiciendo. En cambio, más carisma tienen los protagonistas del segundo de los spin offs de Yellowstone, 1923. Ni más ni menos que Harrison Ford y Hellen Mirren. Dos grandes estrellas, cuya sola presencia en el reparto, hacen que se haya convertido en una de las series más esperadas del año.

Por completar un poco el panorama de grandes novedades, con Sky-Showtime, llega también otra serie del mismo creador de Yellowstone, Taylor Sheridan, y que cuenta al frente del reparto con Sylvester Stallone: Tulsa King. ¿Otro resurgir? El actor interpreta a un capo de la mafia recién salido de prisión a quien sus jefes mandan a Tulsa a expandir su imperio criminal. El desterrado gángster intentará crear su propia organización en un escenario un tanto alejado de lo que hemos visto en otras historias sobre mafia. Esta serie con toques de comedia negra, tiene el aliciente de haber sido cocreada por Terence Winter, responsable de otros títulos incunables televisivos sobre el crimen organizado como son Los Soprano o Boardwalk Empire.

Otros grandes reclamos para este desembarco de Sky-Showtime en España son la nueva serie de Star Trek, Strange New Worlds; Halo, otra adaptación de un videojuego en pleno boom por The Last of Us; American Gigolo, readaptación de otro clásico cinematográfico que en los 80 protagonizara Richard Gere; o las dos últimas temporadas de la larga ya franquicia Ley y Orden. Y atención porque parece ser que será en esta plataforma donde van a reaparecer todas aquellas serie que de la noche a la mano HBO fulminó de su catálogo por sorpresa. Buen provecho.