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Área es el paraíso de los relojes de sol coruñeses al atesorar el 62 %

Hórreos, iglesias, pazos y casas solariegas de la comarca albergan el grueso de los 587 cronómetros que se pudieron documentar // Porto do Son se lleva la palma, con 57 elementos // La Diputación respaldó la edición de la obra de José Yáñez y Antonio Cañones sobre estos elementos patrimoniales

La Diputación de A Coruña ha hecho posible la edición del libro Relojes de sol en el patrimonio construido civil, religioso, militar y etnográfico, escrito por José M. Yáñez y Antonio J. Cañones, en el que catalogan exhaustivamente los 587 cronómetros presentes en 93 ayuntamientos coruñeses según su localización, tipo, forma, estado de conservación o fecha de origen. Y, por supuesto, Área se lleva la palma, no sólo por albergar el municipio donde más ingenios se localizaron (Porto do Son, con 57), sino porque con 366 piezas, atesora el 62 % del total provincial.

Por municipios, los que más profusión de relojes acogen, aparte de O Son, son los de Rois, con 34, y el grupo de los 16: aquellos en que el número de cronógrafos coincide con esta cifra, y que son los concellos de Dodro, Boiro, Rianxo y Carballo. Pero también hay otros donde su presencia es testimonial, entre los que constan Melide y Camariñas (con uno por término, destacando la solera del de la iglesia de Cespón, de 1786), y con apenas dos, Trazo, Cabana, Boqueixón y Touro. Tres son los que aún lucen en Santa Comba, Fisterra, Ribeira, Dumbría, Carnota, Muxía, Malpica, Coristanco, Ordes, Oroso, O Pino y Zas, elevándose la cifra a cuatro en Val do Dubra, A Pobra y Cee y a cinco en Laxe y Padrón. A su vez, constan siete en Noia, Outes, Mazaricos y A Laracha. La cifra se amplía a ocho en A Baña (el de la rectoral de San Mamede data de 1797), Ponteceso y Arzúa; diez en Ames (tres de ellos en la aldea de Lens), Vedra (el de la iglesia de Santa Baia se remonta a 1792), Negreira y Muros. Finalmente, todavía existen doce en Brión y Lousame; trece en Teo y catorce en Vimianzo.

La presentación de este gran volumen (de casi tres kilos de peso y 675 páginas) reunió al presidente da Diputación da Coruña, Valentín González Formoso y a sus autores, José Manuel Yáñez, jefe del servicio de Arquitectura da Diputación y doctor en Historia del Arte y Antonio José Cañones Aguilar, experto gnomomista y miembro de la Asociación de Amigos de Relojes de Sol. González Formoso recordó que este volumen, editado por la Institutción coruñesa, es el resultado de una larga y rigurosa investigación que Yáñez y Cañones comenzaron en las comarcas de Ferrolterra y Eume en 2003 y que “pouco a pouco foi estendéndose e compilando os datos e contando a historia de cada un dos reloxos de sol existentes na provincia da Coruña”, recordaba.

El responsable provincial también hizo hincapié en su día en “a importancia que, ao longo da historia, tivo a medición do tempo para todas as sociedades”, un aspecto en el que se incide especialmente en la primera parte del libro, acercando al lector la historia de la gnomónica (la ciencia da relojería solar) y explicando os diferentes tipos de relojes solares. La segunda parte de la obra, la más extensa, cuenta con mapas de las comarcas y municipios de la provincia donde se emplazan los relojes de sol y se realiza una catalogación exhaustiva de los mismos, incluyendo fotografías de su estado actual. En las fichas de cada elemento de medición se detallan al por menor sus datos y historia, situándola en el contexto físico del propio inmueble en el que se sitúa.

En cuanto a la vertiente puramente local, Yáñez y Cañones inciden en que, si bien el menor número de horas de sol en Galicia podría hacer pensar que la presencia de estos recursos para medir la hora sería testimonial, lo cierto es que “llama la atención la cantidad y calidad de cuadrantes que podemos ver sobre todo en la provincia de Pontevedra”, superior al de muchas otras provincias. Esta mayor notoriedad se produjo en el siglo XVIII y primera mitad del XIX “con presencia, sobre todo, en iglesias, hórreos y pazos”.

Además, y hasta el siglo XIX la relojería se encuentra en Galicia relacionada con dos oficios artesanales, el de los canteros y herreros, “los primeros en la construcción de relojes de sol o cuadrantes y los segundos en la de los gnomones y relojes mecánicos”, divulgan los investigadores, que también lamentan la “escasa bibliografía sobre construcciones etnográficas en Galicia, a excepción de alguna alusión en el apartados de adornos en la publicación de El hórreo gallego, algún artículo periodístico y en revistas como la del Museo de Pontevedra”, sin olvidar la labor de escritores consolidados como Vicente Risco o Manuel Caamaño.

La obra incluye también un análisis ilustrado de la iconografía, leyendas e inscripciones bajos los epígrafes de motivos paisajísticos, figuras antropomorfas, el astro sol, cruces, volutas, pináculos o lampiones, tetralfas, pentalfas, hexalfas, octalfas y dodecalfas, varios y leyendas. Dedican, igualmente, un apartado a la numeración aparecida en los relojes estudiados y a analizar curiosas coincidencias en los artefactos polares objeto de estudio, pero también a la forma de los gnómones en los relojes circulares en uno de los municipios, Porto do Son, que sorprende por la proliferación de cuadrantes solares, lo que constituye un caso singular en la provincia coruñesa.

UBICACIONES. Así, la mayoría de los relojes sonenses se emplazan en hórreos del municipio (son 43) y apenas cinco en templos, resaltando que muchos de ellos son “modernos, por lo que podemos deducir que hay uno o varios canteros con amplia producción y también que hay varios modelos que se repiten”.

Cada ayuntamiento figura encabezado por un plano de identificación geográfica en el que se dibujan sus parroquias y municipios limítrofes, y en donde se ubican los relojes investigados, reflejándolos según veinte símbolos representativos del edificio en que se encuentra. Y como aportación interesante desde el punto de vista gnomónico, arquitectónico e histórico, este trabajo no sólo explica las características de cada reloj sino que lo sitúa en su contexto físico, analizando el edificio en que se ubica, desde el punto de vista estilístico y constructivo para entender mejor la relación con el mismo. Está acompañado de precisas instantáneas de ambos elementos, reloj y edificio, que completan una ficha extremadamente precisa, y resulta de fácil y cómoda lectura.

En otros casos, las acuarelas realizadas por José Yáñez recrean de forma virtual –con un realismo parejo al de la fotografía– cómo sería el reloj en su mejor momento útil desde que fue construido.

Y es que muchas de las piezas recopiladas en la obra presentan deterioros, unas por el paso del tiempo otras por la simple dejadez. En varios casos se detectan “trazados incorrectos” de las líneas horarias, ausencia del gnomón o, incluso, su mala disposición sobre el cuadrante, lo que le resta bastante precisión.

Lo que parece claro es que la ciencia que estudia los relojes de sol, la gnomónica, despierta pasiones, y así lo dejan claro desde la Asociación Amigos de los Relojes de Sol (AARS) que, aparte de hacerse eco de esta publicación coruñesa, recuerdan que su fin principal pasa por “la promoción y difusión de los conocimientos referentes a los relojes de sol, su cálculo y trazado, construcción y emplazamiento. El desarrollo y fomento de estudios históricos, geográficos y matemáticos directa o indirectamente relacionados” con esta materia que tiene en el paso del tiempo su objetivo final.

Así, el desarrollo de los fines fundacionales ha conducido a la AARS a asesorar a entidades públicas y culturales en la datación de cuadrantes y relojes antiguos, y en la recuperación de piezas deterioradas u olvidadas; a mantener contacto con otras asociaciones nacionales y extranjeras semejantes, intercambiando información y documentación al respecto, pero también a apoyar a los aficionados en temas que rocen el cálculo y restauración de relojes de sol. “En definitiva, promover la cultura gnomónica y hacer nuevos aficionados”, destacan.

Elementos
del sistema

GNOMÓN. Es el asta u objeto alargado que da sombra sobre el cuadrante en el que se indican las horas del día.

LÍNEAS HORARIAS. Se distribuyen por el panel donde descansa la sombra del gnomón.

INFORMACIÓN EXTRA. Con líneas rectas oblicuas intermedias se reflejan los equinoccios, fechas cercanas a las de los cambios horario. También pueden incorporar un calendario, que viene marcado el punto de luz generado por un orificio en la punta del gnomón. Y el analema es el gráfico sinusoidal que sirve para calcular la ecuación del tiempo (diferencia en minutos entre el tiempo solar verdadero y el tiempo medio civil).

TIPOS. Existen relojes de sol verticales, oblicuos, horizontales y ecuatoriales, y hay más clasificaciones por su forma.

11 ene 2021 / 00:10
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