Vino del Ulla que relega al segundo plano la crisis viríca
Gundían, de Adega Valdés, fue el ganador de la cata-concurso en el Pazo de Vista Alegre
El Gundián, de la Adega Valdés de Vedra, se alzó ayer con el primer premio de la cata-concurso de vinos Rías Baixas Albariño de la Subzona do Ulla, celebrada en el Pazo de Vista Alegre, en Ponte Ulla.
Fue el acto central del programa especial de la XL Exaltación do Viño da Ulla, una degustación que permitió, aunque fuese por un día, relegar al segundo plano de la actualidad de Vedra la crisis provocada por la COVID.
Precisamente fue la pandemia sanitaria la que obligó este año a suspender la celebración de la fiesta que iba a tener lugar el día diecinueve de abril en Sarandón, aunque algunos actos intentan mantener viva la exaltación de estos caldos adscritos a la denominación Rías Baixas.
Es el caso del certamen de ayer, en el que participaron un total de diez vinos y, tras el Gundián de la Adega Valdés, el segundo premio fue para Marecaste, de Viña Marecaste, de Teo, y el tercero para otra marca de Vedra: Froiña de Casa do Sol.
Con anterioridad, el viernes, se celebró una conferencia sobre O posicionamento da Ribeira do Ulla na D.O. Rías Baixas, que corrió a cargo del secretario de la Denominación, Ramón Huidobro Vega. Una charla que se pudo seguir a través de la página web del Concello de Vedra.
SUSPENSIÓN. Como ya informó en su día EL CORREO y como marca la tradición, el tercer domingo del mes de abril se celebra habitualmente en Vedra la exaltación de los vinos que brinda la ribera del Ulla. La parroquia de San Miguel de Sarandón tenía todo preparado para celebrar los cuarenta años de la Festa do Viño da Ulla y todavía espera poder hacerlo previsiblemente este año, una vez superada la peor fase de la actual crisis sanitaria.
La programación inicial contemplaba la inauguración de la Praza do Viño y de la muestra de bodegas de esta subzona. Era el pistoletazo de salida de una celebración que contemplaba el concierto del grupo de música tradicional Arrancadeira antes de una novedosa actividad bautizada como Camiños do Viño, una bajada del carro de bueyes cargado de barriles de vino que después protagonizarían el abillamento y una cata de dichos barriles.