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Patrimonio. Fisterra, como casi toda Galicia, está cubierta de estos monumentos de piedra // Muchos fueron erigidos en antiguos lugares de culto pagano o altares naturales // Otros están en cementerios y confluencias de caminos TEXTO Juan G. Satti

Fin del Camino marcado por casi una veintena de cruceiros

“Onde hai un cruceiro houbo sempre un pecado, e cada cruceiro é unha oración de pedra que fixo baixar un perdón do Ceo. Reparade nos cruceiros e descubriredes moitos tesouros”.

Alfonso Daniel Manuel Rodríguez Castelao

Fisterra como casi toda Galicia está cubierta de cruceiros de piedra. La mayoría de tipo barroco, son los monumentos más expresivos de nuestro arte popular. Muchos de ellos erigidos en antiguos lugares de culto pagano o altares naturales, cementerios y confluencia de caminos; dando testimonio de los primeros pasos del cristianismo por estas tierras.

Los poetas primero, luego los artistas, los arqueólogos y folkloristas después, han apreciado siempre los cruceiros no solo como una manifestación artística genuinamente gallega, sino aun así como un elemento esencial de nuestro paisaje. Además la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia reconoce como BIC a todos los cruceiros anteriores a 1901. Castelao le dedicó el estudio As cruces de pedra na Galiza, publicado por primera vez en Argentina en 1950, donde recogió y catalogó con un análisis minucioso estos símbolos de devoción popular, en la que ha de ser la mejor obra sobre este tesoro artístico nacional.

De casi una veintena de cruceiros distribuidos a lo largo y ancho del concello fisterrán, seleccionó algunos por ser los de más significación o que conservan un legado y tradiciones dignos de transmitir y preservar.

CRUCEIRO DA RAPADOIRA. En el Monte Seoane de Sardiñeiro al noroeste de la playa Langosteira, está el cruceiro da Rapadoira, que es uno de los que tiene más historia. Según el Diccionário Estraviz de lengua gallega deriva de rapada: loc. adv. Às rapadas: raso, sem ser acogulado. Así por ejemplo tenemos varios topónimos de descampados: en A Laracha, Campo Rapado y Rapadouro; en Tui, o Rapadoiro; en Nigrán, Chan de Rapadouro; etc.

Este cruceiro marcaba la entrada del Antiguo Camino Real por el Valle de Duio y paso obligado de los peregrinos que venían de Santiago. Los cuales dejaban muescas en su pedestal de granito. Posee la imagen de cristo crucificado en el anverso y la Virgen de la Quinta Angustia o Finisterre en el reverso.

Cuenta la leyenda que un día hubo una guerra en una ciudad llamada Petronia (asentamiento primitivo del actual Duio), llegó Jesucristo y se paró delante del cruceiro da Rapadoira y desde allí se dirigió a los habitantes: ¡Que Deus vos converta que nós non podemos! y “los viejos cuentan que después la ciudad desapareció bajo tierra” (O camiño de Fisterra, Fernando Alonso Romero. Edicións Xerais de Galicia, 1993).

CRUCEIRO DE VILAR. Otro importante crucifijo granítico es el Cruceiro de Vilar en Duio: obra de arte única en la comarca del s. XIV situado sobre un outeiro de cara al atardecer, con motivos decorativos que representan elementos de la Pasión de Cristo (corona y clavos) y la significativa imagen de Santiago Peregrino en su fuste; en el que, a pesar del mal estado de conservación, se aprecia la vieira en el sombrero, la túnica y el bastón.

En línea con el cruceiro da Rapadoira, al otro lado del valle, su relación con el Fin del Camino Xacobeo es indudable. Esta cruz está situada en un hermoso paraje natural con inmensas moles rocosas que conforman un extraño y misterioso complejo de grutas, de ahí su nombre Campo das Covas. Lo que no se corresponde con la ubicación habitual de cruce de caminos. ¿Pudo servir para cristianizar un antiguo lugar de culto pagano? Se antoja evidente que sí. El cura poeta don Matías Escariz (1881-1945) instauró un itinerario de procesiones que transcurrían por este lugar en las celebraciones de San Vicente de Duio.

CRUZ DE BAIXAR. Situado al lado de la carretera AC-552, en la pendiente a la playa de San Roque en el arenal Langosteira, se encuentra el conocido como Cruz de Baixar del siglo XVI.

Es de granito con la imagen de cristo crucificado en el anverso y la virgen con niño sobre una medialuna y rosario en el reverso. El pedestal está incrustado en una gran roca, a modo de plataforma para ser divisado a la distancia. El lugar tiene una vista panorámica de la bahía que lo hace un mirador turístico por excelencia. Era vecino de una capilla en honor a San Roque, erigida en esta entrada al pueblo a modo de prevención de pestes. Lamentablemente desaparecida.

Antiguamente el trasiego de pequeñas cantidades de mercancías se hacían mayoritariamente a pie. Las mujeres llevaban un cesto en la cabeza para la venta o trueque de pescados, huevos, verduras, etc. y que al llegar a este punto sea a la ida o a la vuelta, hacían un descanso posando los canastos al pie del cruceiro; es decir, bajándolos de la cabeza al suelo. De ahí su nombre.

CRUCEIRO DA PLAZA. El siguiente cruceiro de interés se encuentra en la plaza principal de Fisterra. Es de granito con la imagen de cristo crucificado en el anverso y la virgen en actitud orante en el reverso. El pedestal está sobre una fuente pero originalmente no era así.

Parece ser que en el lugar hubo una necrópolis y esta cruz presidía el campo santo. Según el cronista local Manuel Traba (†), “hubo muchos datos que daban fe de esqueletos perfectamente alineados; incluso con inscripciones, nombres y números para su identificación”. Tampoco se descarta que fuera una fosa común debido a la Peste Negra que devastó Europa en el siglo XIV. Si las instituciones de la época fueron superadas por los enfermos, es probable que por el alto número de víctimas se colapsara el cementerio y se vieran obligadas a la creación de una fosa común.

Con el tiempo un temporal derribó el cruceiro y se acordó su reparación pero agregándole una buena base de cantería en la que se instalaría una fuente para dar servicio al pueblo.

Por estar en la plaza central este monumento fue testigo mudo de muchas actividades tanto profanas (entroido o carnaval) como religiosas, suelen colocarse altares en las celebraciones de Corpus Christi y se recrean los actos de Semana Santa.

CRUCEIRO DA IGLESIA. Para finalizar hacer mención del cruceiro más artístico y bello de Finisterre. Hoy ubicado junto a la iglesia, estaba en el camino conocido como Correduira por el que transcurrían las procesiones de Semana Santa antes de hacerse la carretera comarcal.

Una magnífica obra de granito con la imagen del crucificado acompañado de San Juan y María en el anverso; la Virgen con el niño en el reverso. Con una cruz potenzada, capitel con flores de acacia y astrágalo octogonal al igual que su pedestal con chaflanes, su factura gótica del siglo XV es innegable.

Fue en esa centuria que se inició la expansión de las denominadas ‘cruces góticas’ en toda Galicia, caracterizadas por la abundancia de adornos en sus brazos, por los doseletes que cobijan a Cristo y a la Virgen; y por la presencia de personajes al pie de la cruz. Soberbia escultura el nuestro que siendo el último, marcaba el final del Camino de Santiago como sentenció Alfonso R. Castelao al incluirlo en su libro así: “Derradeiro fito das peregrinacións santiaguistas”.

15 nov 2020 / 01:00
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