Clases de responsabilidad: así se convive en el Fogar Amicos
Treinta y tres personas con discapacidad aprenden a realizar sus tareas domésticas y el valor de la alimentación equilibrada
En el año 2016, la asociación de personas con discapacidad intelectual Amicos ponía en marcha en Boiro el Fogar Amicos, un centro que constituyó un gran desafío y un salto adelante para la entidad, al permitir ofrecer un apoyo constante y especializado a las personas con más necesidades y que, además, por desgracia, no tienen familia o recursos en sus entornos.
Se trata de un complejo residencial adaptado en el que los usuarios reciben atención a través de un plan de actuación personalizado.
La ayuda no se limita sólo al bienestar físico, sino que también se trabajan una alimentación equilibrada y una estabilidad emocional. Además, aprenden a realizar tareas domésticas para ser autónomos en el día a día (todo ello supervisado por un equipo de profesionales), aunque actualmente, debido a las restricciones motivadas por el COVID, algunas están limitadas o suspendidas.
La asistencia a los familiares incluye aspectos como la asesoría jurídica y el apoyo psicológico. En el Fogar Amicos viven personas permanentemente, pero también existe la posibilidad de pasar estancias más cortas (una modalidad denominada respiro familiar), asegurando una atención especializada en aquellos momentos en los que las familias de los usuarios más lo necesitan, como por ejemplo durante hospitalizaciones, viajes, etc.
La asociación también proporciona un servicio de apoyo puntual, el popularmente conocido como canguro.
Actualmente residen en el Fogar Amicos 33 personas, pero el servicio residencial tiene capacidad para más.
“Tenemos un cuadro de actividades con el objetivo de mejorar todas sus capacidades, además del entretenimiento. Cada semana se hace una programación con diferentes talleres: estimulación cognitiva; cifras y letras para la compresión lectora y cálculo; música y cine; talleres de dibujo y alfarería; aulas TIC para la adaptación a las nuevas tecnologías, etc.”, señalan desde el citado colectivo.
Estas actividades se consensúan con los propios usuarios, ya que lo más importante es que les guste lo que están haciendo. Son ellos y ellas quienes deciden qué hacer.