Defensa ante un hipotético ataque a la base EVA-10

Aviones de combate F-18 surcando el cielo de Barbanza, la fragata Almirante Juan de Borbón desde el océano Atlántico y el despliegue en tierra de la Unidad de Defensa Antiaérea (UDAA) Hércules en el marco de la operación Eagle Eye de defensa del espacio aéreo nacional, han convertido la comarca en un auténtico campo de entrenamiento militar.

En este escenario, más de 2.000 efectivos participan estos días en los adiestramientos que se desenvuelven para contribuir a las operaciones permanentes de vigilancia y seguridad del territorio nacional. Además de los soldados, hasta Galicia se desplazaron el pasado domingo todo tipo de vehículos militares con dirección al Escuadrón de Vigilancia Aérea (EVA) número 10, situado en la cima del monte Iroite.

Desde la activación del Eagle Eye el día 21 y hasta el 25, se ejecutarán en territorio barbanzano diferentes misiones aéreas defensivas, como respuesta a incursiones y movimientos de aeronaves no identificadas, con las que se conseguirá una sinergia, ya que se sumarán las capacidades específicas aportadas por cada uno de los ejércitos.

Un juego de guerra en el que habrá también un hipotético intento de toma del cuartel militar situado en Barbanza. Desde tierra, mar y aire los efectivos unirán sus esfuerzos y se coordinarán para conseguir una defensa aérea efectiva.

En Noia, en el EVA-10, se encuentra uno de los radares que vigilan día y noche el espacio aéreo español. Ubicados en sitios estratégicos, esta red permite a los “guardianes” del cielo detectar e identificar inmediatamente cualquier posible amenaza a la seguridad que proceda del aire.