Estudio pionero: Galicia copia a Suecia y busca estrategias para desarrollar el nivel de los niños

El proyecto ELISA, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, nace en el año 2017 con la intención de realizar un estudio longitudinal a gran escala, centrado en el análisis conductual, emocional y psicosocial de los niños gallegos desde los primeros años de escolarización. Para ello cuentan con la colaboración de dos colegios de Porto do Son, entre otros de la comarca de Muros-Noia, así como de numerosas familias. Además, dos sonenses forman parte del equipo de investigación Underisk (Unidade de Investigación das Condutas de Risco e os Trastornos de Desenvolvemento): Estrella Romero Triñanes (la coordinadora) y Laura López Romero. Esta última ha hablado sobre el proyecto, las metas y también los logros con EL CORREO GALLEGO.

¿Por qué se pone en marcha el proyecto ELISA? ¿Existe algún referente a nivel nacional o internacional?

Desde el grupo Underisk ya teníamos cierta experiencia con estudios longitudinales. Años atrás habíamos llevado a cabo el estudio Udipre, de gran importancia en su momento, que nos hizo ver que necesitábamos dar un paso más. En primer lugar, sabíamos que el desarrollo infanto-juvenil es heterogéneo, con importantes diferencias no sólo en el comportamiento que manifiestan los niños, sino también en los factores y trayectorias que predicen su desarrollo. Para poder dar cuenta de esa variabilidad era necesario disponer de una muestra muy amplia. Por otra parte, éramos conscientes de la necesidad de poder evaluar el desarrollo desde etapas muy tempranas teniendo en cuenta, cuando menos, la preescolar. Sobre estas premisas se forjó el proyecto ELISA, que iniciamos en el año 2017 con una muestra de casi 2.500 niños y niñas con edades comprendidas entre los 3 y los cinco años, siendo un estudio pionero en nuestra comunidad. Un referente claro de este proyecto es el estudio SOFIA, que desde 2010 llevan a cabo desde la Universidad de Örebro (Suecia), con quienes seguimos manteniendo una estrecha colaboración.

¿Realizan recogidas de datos anuales? ¿Cuál es la metodología usada?

Desde el inicio del estudio, en 2017, hemos realizado tres recogidas de datos completas: el estudio inicial (2017) y dos estudios de seguimiento (2018-2019). Esto constituyó la primera fase del proyecto ELISA, en la que contamos una muestra inicial, como decía, de casi 2.500 niños y niñas de 76 centros educativos de Galicia, a los que hemos podido ir siguiendo a lo largo de la etapa preescolar y durante la transición a la Educación Primaria. Además, durante el segundo año, ampliamos la muestra en casi 370 participantes más, contando actualmente con una muestra de más de 2.700 niños y niñas, lo que indica una baja pérdida de participantes durante estos años. En cada una de las recogidas de datos, la información sobre el desarrollo infantil es proporcionada por familias y profesores a través de un cuestionario que elaboramos desde el grupo de investigación, y donde se evalúan distintos aspectos del desarrollo conductual, emocional y también de relación con los demás.

¿Y respecto a la incidencia de la pandemia en los menores?

Sí. Durante la primavera de 2020, en plena pandemia, realizamos una nueva recogida de datos, en este caso dirigida únicamente a las familias y sin participación de los profesores. Nuestro objetivo era, además de evaluar distintos aspectos del desarrollo infantil, valorar el posible impacto de la pandemia en general, y el confinamiento en particular, en los niños y sus familias. Este objetivo fue complementado con otro estudio (CONFIA-20) abierto a toda la población. Los resultados fueron interesantes, ya que mostraron que la mayoría de los menores gallegos se habían adaptado razonablemente bien al confinamiento, observándose en algunos casos incluso ciertas ganancias o consecuencias positivas, como una mayor implicación en actividades familiares, o una mayor conciencia social. También se observaron ciertas dificultades, por supuesto. En muchos casos estas dificultades venían dadas por la presencia de déficits en la gestión y regulación de las emociones, así como por el propio afrontamiento de la situación que se realizaba a nivel familiar.

Las familias y los colegios son una pieza fundamental en el proyecto, ¿no?

Efectivamente; ellos son quienes hacen posible que ELISA sea una realidad, y que pueda mantenerse a lo largo del tiempo. Estamos muy agradecidas porque, desde el inicio, su implicación y colaboración han sido admirables. En el propio Concello sonense tenemos dos colegios participando, y un total de 15 familias que, sumadas a las 375 de 14 colegios distintos, de la zona de Barbanza, hacen que la representación de nuestra comarca en el mencionado proyecto sea muy destacable.

Acaban de dar comienzo a la segunda fase del estudio ¿Cuáles han sido los resultados obtenidos en la primera?

Sí; durante este curso académico iniciamos la segunda fase, que tiene por objeto realizar varios estudios de seguimiento a lo largo de la Educación Primaria. Los objetivos de esta segunda fase derivan directamente de los hallazgos obtenidos durante la primera. Así, hemos podido comprobar que, efectivamente, el desarrollo infantil es muy heterogéneo, y existe una importante variabilidad no sólo en las formas en que los niños piensan, sienten o se comportan, sino en los factores asociados a las mismas. En líneas generales, observamos que la mayor parte de los niños y niñas ELISA no manifiestan ningún tipo de problemática o dificultad destacable. Este es un hallazgo habitual en los estudios llevados a cabo en lo que denominamos población general, pero tanto la presencia como la ausencia de dificultades nos permiten identificar qué factores están detrás o contribuyen a un desarrollo más o menos adaptativo.

¿Aparecen casos con dificultades?

Pues en algunos casos aparecen de forma puntual, y se van resolviendo a lo largo del tiempo debido a la propia maduración del niño, o a la presencia de un ambiente familiar y escolar favorable. En otros casos, los que menos, muestran una mayor persistencia a lo largo del tiempo. Esta primera fase nos ha permitido también identificar factores relevantes en la predicción del desarrollo infantil. Así, sabemos que, por ejemplo, bajos niveles de impulsividad o irritabilidad, junto con un ambiente familiar y escolar favorable, con prácticas educativas basadas en el afecto y el establecimiento de límites razonables y adecuados a la edad y capacidades del niño, favorecerán la adquisición de competencias sociales y habilidades de gestión y regulación emocional. Estos aspectos, que tienden a interrelacionarse de forma compleja, incidirán positivamente en el desarrollo conductual y emocional del niño, reduciendo la probabilidad de dificultades futuras.

¿Qué se pretende con esta investigación? ¿Cuál es el fin último?

Además de poder conocer y profundizar en el desarrollo infantil, el proyecto ELISA tiene un objetivo aplicado, y es poder desarrollar estrategias de prevención que favorezcan un desarrollo saludable. Tenemos un compromiso firme con las familias y colegios implicados en el estudio, a los que informamos cada año de los hallazgos obtenidos a través de nuestro boletín informativo. Además, intentamos proporcionarles estrategias que puedan resultarles útiles en su día a día con los niños. Por su parte, los centros que participan recibieron los materiales ELISA, que emoción!, un programa con el que fomentar en los menores la adquisición de estrategias y competencias de reconocimiento, gestión y regulación de las emociones. La apuesta por la prevención es uno de los pilares fundamentales del grupo Underisk, y por ello constituye el fin último de todos los proyectos que llevamos a cabo, incluido el estudio ELISA. Los hallazgos de esta segunda fase nos permitirán seguir avanzando en esa línea.

areadecompostela@elcorreogallego.es