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Las claves de Windsor

Ursula von der Leyen y Rishi Sunak.

Ursula von der Leyen y Rishi Sunak. / Agencias

José Manuel Estévez-Saá

José Manuel Estévez-Saá

EL PRINCIPIO DE ACUERDO para Irlanda del Norte alcanzado por Ursula von der Leyen y Rishi Sunak evidencia la inoperancia de los ex primeros ministros Liz Truss y, sobre todo, Boris Johnson, quien casi provocó una guerra comercial con su propuesta legislativa para alterar el Protocolo norirlandés. Ahora, con el ánimo de frenar el avance laborista, y recuperar la estabilidad, el nuevo ‘premier’ ha promovido un Windsor Framework o Acuerdo Marco de Windsor, que supone un avance, pero todavía genera recelos. Irlanda del Norte seguirá teniendo “un acceso único al mercado de la UE”, y el Tribunal de Justicia europeo será el “árbitro” que proteja el Derecho de la UE. Todo ello, pese al “freno de Stormont”; un mecanismo por el cual, un mínimo de 30 diputados (de un total de 90) de al menos dos formaciones con representación en la Asamblea de Stormont, podrán vetar cualquier normativa contraria a los intereses de la Autonomía.

Cabe destacar la libertad que tendrá Westminster para decidir los subsidios y las ayudas del Gobierno a las empresas norirlandesas. A nivel británico, este principio de Acuerdo ha provocado un rebrote de la libra con respecto al euro; una alegría para la Bolsa británica; y una cierta calma social entre Londres y Bruselas. Incluso favorecerá concesiones para Belfast en términos aduaneros, de tasas y de IVA en el mar de Irlanda, así como simplificaciones burocráticas, sanitarias y fitosanitarias. Finalmente, respeta el Acuerdo de Viernes Santo de 1998 (cuyo 25 aniversario se conmemora este 10 de abril), que eliminó la frontera entre Irlanda de Norte y la República de Irlanda.

Pero el Marco de Windsor también deja dudas, pues, pese a que el 52% de los norirlandeses lo consideran positivo, ciertos sectores advierten un control excesivo de la UE. También falta revisar las infraestructuras, los costes operativos, la reclasificación de los productos transportados por las distribuidoras, etc.; distinguiendo, por ejemplo, entre mercancías canalizadas a través de las “líneas verdes” (menos fiscalizadas), y las que sigan el circuito de las “líneas rojas” (con mayor control aduanero). Este trato favorable a Belfast ha provocado la pataleta de Cardiff y Edimburgo, pues deja a Gales y Escocia fuera de las negociaciones. Los escoceses no entienden cómo, habiéndose mostrado siempre partidarios de permanecer en la UE, sus demandas no hayan sido atendidas. Pero también los líderes del Partido Unionista Democrático (DUP), que llevan más de un año bloqueando la formación de un Gobierno en Irlanda del Norte que debería protagonizar Michelle O’Neill (candidata victoriosa del Sinn Féin en mayo de 2022), se han dado un plazo para revisar los detalles antes de firmar o rechazar un Acuerdo que laboristas y la gran mayoría de empresarios ven con buenos ojos.