El juego de posición y sus peculiaridades

El juego de posición es lo que identifica a equipos que centran el juego en torno al balón, es una idea, un estilo, una identidad, una manera de ver, entender el juego. También es manera de jugar el partido, el comportamiento del equipo con el balón en su poder, es la metodología de trabajo que emplean algunos equipos en la competición.

Se dota al equipo de un modelo de juego con unas características muy concretas, para jugar la pelota desde la posición, con los diferentes momentos y fases de juego (que tienen una relación entre sí), con   una organización de funcionamiento determinada, haciéndola suya y poder conseguir superioridades por los distintos carriles y sectores del campo. Personalmente ampliaría todo lo mencionado anteriormente e incluiría la pronta recuperación del balón y lo sumo a la iniciativa en el juego a través de la posesión de la pelota.

El sistema que mejor se adapta a ese tipo de juego es el 1-4-3-3, permite atacar en poco espacio y esta estructura se presta mejor para encontrar situaciones de superioridad con respecto al adversario e ir o generándolas progresivamente desde inicio hasta que finalice la acción. La clave está en asociarse más tiempo e ir generando superioridades a la espalda de la línea defensiva del rival para progresar, profundizar conjuntamente jugadores y balón. Por el carril central (por dentro), los jugadores deben dominar el control y el pase, los extremos (por fuera) serán cualificados para superar 1 contra 1 y en general con capacidad de interpretación del juego combinativo. Jugadores y balón deben avanzar y correr juntos de forma ordenada y coordinada, sin olvidarse de las porterías.

Para que este tipo de juego, técnicamente, sea eficaz se necesita un ritmo alto del movimiento del balón y para esa se necesita jugar con rapidez y pocos toques, eso es velocidad física y rapidez técnica. Los controles y los pases son el alma de este tipo de juego.

Desde la vertiente táctica necesita de apoyos constantes y cortos, movilidad efectiva y tener una buena orientación corporal, estar bien perfilado, percibir el juego para ofertar al poseedor del balón líneas de pase para ir hacia la portería rival y conseguir gol como fin inexcusable. Adaptarse a los compañeros y a los requerimientos de la jugada en cada una de las zonas del campo donde se esté desarrollando porque no se juega igual en todas las partes del campo.

Pero hay más en este tipo de juego, cabe la posibilidad de perder el balón y se necesita recuperarlo pronto y lo más adelantado posible, para ello se necesita de concentración en todas las acciones, tanto defensivas como ofensivas para ejecutar con rapidez y eficacia las transiciones, tanto en ataque como en defensa.

La propia estructura del equipo y la necesidad de sumar jugadores a las líneas avanzadas te obliga a atacar en poco espacio y a defender en espacios abiertos al perder la posesión del balón. Si se suman muchos adelante te quedan pocos atrás, el propio sentido y dinámica del juego te pide equilibrio.

Nos olvidamos de la premisa fundamental para poder llevar a cabo este tipo de juego. Se necesitan buenos jugadores, técnicos y con buen pie, con capacidad de percepción para una adecuada toma de decisiones. Saber cómo piensa el jugador, su personalidad, también ayudan, para optimizar el talento.

Durante el trabajo se necesita familiarizarse con u determinado vocabulario y se utilizan términos como tocar cerca tocar lejos, mirar cerca mirar lejos, fijar por dentro, abrir por fuera, hombre libre, tercer hombre, alturas diferentes, movilidades, triangulaciones, amplitud, generar, ganar unos contra uno, conducir, atraer, pasar, abrir, cerrar, incorporaciones, superioridades, etc.

Entrenar y estructurar bien las sesiones de entrenamiento con objetivo claro, explicación sencilla, demostración, ejecución, repetición consciente, dar feedback a los jugadores para aprenderlo, entrenarlo, dominarlo y sobre todo alinear bien, elegir a los jugadores adecuados para las misiones que queremos realizar durante los partidos.