{ notas de actualidad }

Tras la Semana Santa

José Manuel García Iglesias

José Manuel García Iglesias

LA SEMANA SANTA EN GALICIA se ha desenvuelto con un tiempo tal que, en todos aquellos lugares en los que las procesiones salen a nuestras calles y plazas, se han vivido estas jornadas con una intensidad renovada, dejando atrás los penares de una pandemia que tendió a alterarlo todo. También, en estos días, los caminos de la peregrinación a Santiago se vieron transitados por muchas gentes y el sector turístico se benefició, igualmente, de ese viento a favor, alcanzando metas sumamente relevantes.

Cabe decir, por otra parte, que, en los meses anteriores –esos en los que el invierno aprieta–, el ritmo de nuestro turismo pareció latir mejor que en similares momentos de otros años. En una ciudad como Santiago la presencia de grupos guiados se hizo notar más intensamente en esas “horas bajas” llamando la atención, por ejemplo, como son bastantes los guías que hacen sus explicaciones, siempre, en los mismos lugares, siendo algunos un tanto llamativos para quienes somos de aquí; así sucede cuando nos encontramos a grupos recibiendo explicaciones en la Calderería o en Tras Salomé... Hay que decir, en este sentido, que el éxito que tiene, entre nuestros turistas, el Mercado de Abastos genera que lugares no tan recorridos anteriormente, como las plazas de Mazarelos y la de la Universidad, sean ahora sitios mucho más visitados.

Ojalá que quienes hacen la difícil y meritoria tarea de guiar a los que hasta aquí llegan les inviten a visitar otros lugares de la ciudad. La oferta museística compostelana no tiene, en general, la respuesta en visitantes que se merece por su calidad e interés y está, en general, deficientemente publicitada. Es cierto que museos como el de la Catedral o el de Peregrinaciones cuentan con un número respetable de usuarios, pero podrían ser muchos más. Y otros lugares, como San Paio de Antealtares y San Martiño Pinario, que tienen una gran relevancia, son muy poco conocidos teniendo en cuenta el número de gentes que llega cada día a Compostela. Y lo mismo cabría decir de la Cidade da Cultura –¿Cuántos visitantes llegan hasta allí?–, el Museo do Pobo Galego, el de Tierra Santa, el Centro Galego de Arte Contemporánea o la Fundación Granell, entre otros ámbitos muy destacables.

Se puede decir, pues, que se ha hecho mucho en materia de turismo y de promoción de Santiago, pero también cabe apuntar que, si se quiere acceder a la excelencia en este tipo de menesteres, hay que procurar que quienes nos visitan tengan un mejor y mayor conocimiento de lo que puede interesar. No llega con conocer la catedral, sus plazas y algo más. Es preciso adentrarse en las entrañas y esencias de una ciudad que precisa de una visita de varios días –no de unas cuantas horas– para ser suficientemente conocida.