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Fuga de datos y servicios secretos

Carlos Pajares Vales

Carlos Pajares Vales

LA DETENCIÓN EN ESTADOS UNIDOS de un recluta americano por ser el responsable de la publicación de datos sobre la logística del ejército ucraniano, incluyendo detalles sobre la distribución de ayuda y emplazamiento de fuerzas de la OTAN en Ucrania, hace interrogarnos sobre cómo un simple soldado tiene acceso a información importante y como es que los servicios secretos americanos no fueron capaces de detectar la fuga.

Por mi profesión de investigador en Física de Partículas Elementales, he estado próximo a laboratorios donde investigaban en materias secretas en diversos países como Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y España. Por ello he visto luces y sombras en los servicios secretos de todos los países y he tenido anécdotas y sucesos relacionados con todos ellos.

Una vez, me invitaron como investigador visitante a pasar el verano en el Laboratorio Rutherford, cerca de Oxford. Los Laboratorios Nacionales son centros que constan de diversos edificios distribuidos dentro de una extensión de varias hectáreas, donde también suele haber alguna gran instalación científica como puede ser un acelerador o un reactor nuclear. Llegué a Avingdon, pueblo situado a tres kilometro del laboratorio, por la noche. Pregunte como podría llegar a él. Me dijeron que me pusiese en la parada situada enfrente del hotel a las 8 de la mañana que a esa hora pasaba el autobús del laboratorio. Obediente, me sitúe a la hora convenida en la cola, subiéndome al autobús igual que hacían todos, saludando al conductor al entrar. Después de alrededor de tres kilómetros, entramos en el laboratorio sin ningún problema. Pregunté por el profesor que me había invitado, así como por el departamento en el que me tenía que integrar. Nadie sabía nada ni del profesor ni del departamento. De repente, fui rodeado por varios policías que empezaron a interrogarme. Después pasaron a cachearme, desnudándome. Al mismo tiempo llegaran unos señores que empezaron a inspeccionar lo que llevaba en mi cartera de mano. Finalmente, dijeron que mis papeles y libros no tenían nada que ver con la Fusión Nuclear, que eran de Física de Partículas. Entonces se dieron cuenta de la confusión. No estaba en el Laboratorio Rutherford dedicado a la investigación en Partículas y sus aplicaciones sino en Harwell dedicado a la Fusión Nuclear, Laboratorio supersecreto entre otras cosas por su implicación en armas nucleares como las derivadas de la bomba de hidrógeno. Este Laboratorio esta cerca del Rutherford y la parada de los autobuses que llevan a uno y a otro desde Avingdon están una al lado de la otra. Nadie me preguntó nada al subir al autobús, ni a la entrada

Lo que me pasó describe la manera de entrar en sistemas secretos en principio muy vigilados. Se procede con la máxima naturalidad, haciendo lo que hacen todos los días sus empleados. La rutina del día a día hace que los simples controles no se hagan.

Anécdotas parecidas las he pasado en otros países. En España he tenido varios contactos con los servicios secretos y mi impresión es que tenemos unos buenos servicios por su información y preparación.