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Las modas y el fútbol

Jesús Baleato

Jesús Baleato

Hay pocos sectores con tantos motivos de discordia y de discrepancia como se dan en el mundillo del fútbol. Su dimensión sobrepasa todas las previsiones posibles, desde lo individual a lo colectivo, desde lo propia a lo ajeno, desde el juego a la gestión, desde el bar a las aulas y mesas de escritorio, así como el mundo de las redes. Está mediatizado y sometido a unas modas que son un lastre para muchos, las siguen por encima de sus condiciones, aunque le perjudiquen.

Las modas y el fútbol caminan juntos, aunque digan que está todo inventado, está influenciado por las corrientes y tendencias que van surgiendo por el mundo. Según van sucediendo los acontecimientos así nos vamos manifestando, de acorde a unos hechos que las competiciones y campeonatos nos dejan cada semana.

Tenemos al futbol inglés como referente de primer nivel y no estoy de acuerdo en ese ranquin en lo que se refiere al terreno de juego. Cuando los otros campeonatos se encaminan y basan su juego en el poderío físico, con juego combinado directo y de transiciones rápidas y verticales, ellos, ahora, pelean por jugar con los porteros y los centrales. Les piden a los jugadores cosas para las que no están capacitados. Están a vueltas con la posesión, con la iniciación en corto, jugando a lo ancho. Quieren centrarse en torno al balón cuando el entrenador más influyente de este juego, Guardiola, se adapta a otro modelo porque esta fórmula no da grandes títulos. Los ingleses van siempre por detrás y eso que dicen de la premier como mejor liga deja dudas, en su fútbol vienen detrás de otras ligas. A pesar de la inversión astronómica, de fichar lo mejor de lo mejor, no consiguieron mandar en el fútbol europeo.

Es desconcertante como un el equipo tan potente como el Manchester, hace cuatro regalos de gol en una semifinal europea, insistiendo en lo mismo cuando sus jugadores y portero no tienen las habilidades para realizar ese tipo de juego. El Arsenal encaja 3 goles contra el colista de forma parecida. Jugar con el portero, con los centrales y entre ellos sólo está reservado para los elegidos, con el balón en sus pies tienen muchas posibilidades de gol en su portería. Hasta Guardiola, el entrenador más influyente que crea tendencias y modelos, se da cuenta y modifica su doctrina para adecuar se a las posibilidades de los jugadores. Si quiere ganar títulos tiene que buscar otros registros, otros momentos y Xabi le va detrás de esa idea, lo justifica con la abundancia de sus 1-0 y olvida la importancia otorgada al cómo y su ADN. Están cambiando sus postulados.

Los futbolistas tienen unas condiciones que te obligan a adaptarse a ellas, quieras o no, porque el modelo sólo lo pueden poner en práctica y desarrollarlo los jugadores. O sea, que cada uno juegue como pueda y como sean capaces de poner en escena los artistas del balón, según los requerimientos del juego y de la jugada. Las características de los jugadores, el tiempo, los espacios, las zonas del juego, los rivales, el tipo de campeonato, la etapa de la temporada, el momento, las circunstancias, la coordinación, el compromiso y los vínculos seguirán siendo elementos condicionantes insalvables que determinan el resultado y ganar es lo que importa.

Es difícil hacer las cosas sencillas, fíjense en Italia, su fútbol pasó por muchos modelos, pasó del catenaccio, de estructura y cultura conservadora al juego combinado y de ataque. Ahora, con una mezcla de tipos y con evolución en sus sistemas, tiene dos equipos en la semifinal de la Champions y subiendo enteros en Europa. El presente italiano es prometedor, ya que mantiene la solidez defensiva que siempre supo tener y le agrega juego colectivo y fundamentos ofensivos. Vuelve la inversión y el peso de su juego hace medrar la confianza y la creencia.