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El ‘choque’ Rueda-Besteiro

Luis Pérez Fernández

Luis Pérez Fernández

LOS MEDIOS SEÑALAN DISCREPANCIAS EN EL ENCUENTRO ENTRE RUEDA Y BESTEIRO. Cierto, las hubo, pero no más de las previstas y envueltas en tono afable. No se podía esperar otra cosa de dos personas que se caracterizan por la buena educación. Como las formas son importantes –el medio es el mensaje, recordemos– me quedo con este resultado como saldo positivo de la reunión. El contenido no fue más que un recopilatorio de reivindicaciones pendientes que ambas partes vuelven a publicitar para que no caigan en el olvido del contribuyente, y más en vísperas de acudir a las urnas.

Lo más chocante pudiera parecer que el delegado del Gobierno, llamado a ser candidato a la Xunta, discrepara de la posición de su partido en Galicia, que otrora presidió, sobre la ley del litoral promovida por el Ejecutivo gallego y a la que el PSdeG manifestó recientemente su total adhesión. La incoherencia no está en el delegado, sin autonomía política por exigencia del cargo, sino más bien en Formoso por no coincidir con el Gobierno de Sánchez o viceversa a causa de la severa miopía política en este asunto del inquilino de la Moncloa. Besteiro puede, a lo más, oficiar de oftalmólogo y recetarle lentes correctoras.

Las reuniones entre un presidente autonómico y el delegado del gobierno central siempre ofrecerán magros resultados. Sería más acertado encuadrarlas como un encuentro entre el representante del Estado y el de la Administración central, otorgándole un valor meramente simbólico. Ni uno ni otro tienen capacidad de actuar más allá de lo puramente formal. La máxima responsabilidad de un delegado del Gobierno es coordinar algunas áreas sin trasferir, sobre todo en materia de seguridad.

Por eso, la mayor discrepancia real que percibo en el citado encuentro fue en aquella parte del atuendo con que comparecieron ante la prensa: la corbata. Rueda optó por el azul salpicado de blanco y Besteiro por un rojo tirando a granate, tal vez para evitar confusiones con el rojo chillón de una conocida entidad financiera.

El choque, que pongo en cursiva o entre comillas, tiene que ver con el ámbito electoral a medio plazo, superadas municipales y generales. En el institucional, repito, no puede haber colisión porque circulan por vías paralelas, aunque sea en sentido contrario. Los análisis y comparaciones han de hacerse sobre bases homogéneas, y no es el caso.

Un año no es nada aunque puedan suceder muchas cosas. A estas alturas de 2024 estaremos en precampaña de las gallegas. El PSdeG no debiera esperar un minuto más para elegir candidato a la Xunta. PP y BNG están ocupando todo el espacio con Rueda y Pontón de presidenciables consolidados. Pasado el 28-M, los socialistas han de ponerse a ello sin falta. Los nacionalistas llevan toda la legislatura en modo electoral y en las filas populares lo de “presidente Rueda” está prácticamente normalizado entre toda la población.

A día de hoy Besteiro es el mejor candidato de los socialistas. Tal vez el único, con permiso de Caballero, capaz de recuperar la segunda plaza en Galicia. Queda por ver si a Rueda le interesa dejar que se promocione convocando nuevos posados fotográficos. Aquí entra la ciencia, o seudociencia si pensamos en Tezanos, demoscópica. Porque no cabe duda de que el actual presidente de la Xunta sólo renovará mandato si logra 38 o más escaños en el Hórreo. ¿Habrá nuevos choques de corbatas?