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Dos colosos en el verde

Jesús Baleato

Jesús Baleato

La eliminatoria del Champions entre Manchester y R. Madrid centra los comentarios del mundo. Dos potencias se enfrentan por el más grande entorchado futbolístico en disputa en un campeonato por equipos. La situación es favorable para afondar en los diferentes modelos de gestión y de inversión.

Al Madrid la atribuyen y le asignan el modelo de la victoria. Florentino Pérez disputa le a Santiago Bernabéu el entorchado de mejor presidente de la historia. Se le critica la gestión deportiva, la falta de algún fichaje y la ausencia de director deportivo al uso, pero el rendimiento deportivo está fuera de toda duda. El equipo contabiliza todos los títulos posibles en los últimos dos años. Aunque la crítica no para y se viene repitiendo por todo lo hecho, el tiempo va dando la razón al proyecto, a la forma de gestión, basada en la estabilidad de la entidad por encima de todo y de todos.

El ganar lo alimenta todo, pero hay que tener control, mantener el equilibrio y la solvencia económica como garantía de éxito deportivo.

Tiene grandes ingresos, pero llegan como consecuencia del éxito deportivo y del crecimiento del equipo que lleva su presencia a todo el planea. Ahora está a punto de inaugurar un nuevo y modernísimo estadio que aportará otra fuente de euros, después de pelear con los restos de una pandemia y la lucha contra equipos estado.

El R. Madrid viene de ganar la Copa del Rey ante un dignísimo Osasuna, que sale fortalecido de la contienda a pesar de no ganar. Me gusta su post partido, lo resumen en que esto no va de ganar o perder, va de sentimiento. Luego la victoria sería el éxtasis.

Sin tiempo para disfrutar y parar, llega la semifinal europea, desembarca Haaland en el Bernabéu y abre la comparativa con Vinicius. Somos mucho de comparar. Driblin, velocidad, desborde, agilidad, asistencias contra poderío, potencia, carrera, remate, tiro y gol. Ambos influyen y condicionan el juego de sus equipos. Es tal su dependencia que el plan de juego y el modelo se construyen alrededor de su aportación, condicionado todo a sus cualidades y posibilidades como atletas y como futbolistas. Sin ellos sería otro juego.

El martes llegó el primer desafío al propio Bernabéu, posiblemente el mejor partido posible entre de clubs. Firmaron tablas en este partido de ida, acabó en empate con goles desde fuera del área, dos misiles poco frecuentes en estos equipos de mucho toque y precisión. Tácticamente se jugaron muchos partidos dentro del partido, con variantes interesantes, jugadores contra jugadores, entrenador contra entrenador, modelo contra modelo, club de socios contra club estado. Peleando por ver cuál es el mejor, el Madrid para continuar reinando en Europa y el Manchester para estrenar su vitrina y rentabilizar la inversión. Aplazaron la solución de la semifinal tras una batalla magnífica, igualada, con tramos espléndidos para cada equipo. Supongo que a los blancos le interesaba un partido lento, al tener poco tiempo de recuperación, después de jugar la final de Copa el sábado. Se medían dos colosos, dos equipazos en el verde del Bernabéu, dos cañonazos y las espadas en alto hasta el partido de vuelta. La espera dará para escribir y hablar.

La rivalidad comparativa también se traspasa a los entrenadores. Ancelotti y Guardiola se disputan el ser número uno. Guardiola tiene mucha influencia en el mundo del entrenador, muchos adeptos y seguidores y su trabajo lo desempeñó en los más grandes clubs del mundo con éxito local, pero Ancelotti pertenece a esa estirpe de entrenadores a los que cuesta reconocerle los méritos, las innovaciones y se etiquetan como buenos gestores de grupo. Le dicen entrenador de mano blanda y lo ha ganado todo y varias veces, sin hacer ruido, pero le pedimos más. Cuando se jubile o se despida de este mundo le reconoceremos su aportación.