Habla(re)mos del Gobierno

MAÑANA, O LA PRÓXIMA SEMANA, HABLAREMOS DEL GOBIERNO. Ahora tengo resaca electoral y no hay manera de que se me vaya. Temo un infarto. Recogí el guante, busqué reglas del juego e incluso releí la Constitución por entero. Pensaba ir de vacaciones lo más pronto posible, cansada como todo ciudadano. Mis colegas tienen reservado –o pensado– su destino. Algunos lo tienen fácil: quedarse en casa, tumbados en el sofá, con una cerveza del 3x2 del súper y unas saladas semillas de girasol, de aquéllas en cuyo eslogan se decía “no quiero morir sin probar las pipas Facundo”. Hasta que llega ese momento sigo con mi rutina diaria. Me dirijo al ascensor y encuentro a un vecino. Con disimulo, pues no quiero entrar en el consabido problema del que todos hablan, me propongo sacar a relucir el socorrido y anodino tema del “tiempo”. Engancha y no hace daño. “Vaya domingo tuvimos con tormentas, rayos y truenos. Habrá que implorar a Sta. Bárbara”. Asiente por cortesía, aunque con cara contrariada, insinuando que estoy equivocada, musita mirando al infinito: “Solo te acuerdas de Sta. Bárbara cuando truena”. Intuyo que no conoce una advocación mariana que va de lo mismo: la Virgen de la Soterraña.

Para que el sustancial diálogo no decaiga le explico que se celebra en Sta. María la Real de Nieva (Segovia) y que también protege de truenos, rayos y tormentas. La Soterraña no está entre “Os nosos Santos”. Habrá que incluirla sin crear conflicto entre Galicia y Castilla. Bastante tenemos con el resultado de las urnas y la movida de cada semana. Sta. Bárbara está, por ej., en la fachada del Obradoiro y entrando al museo, en talla del escultor segoviano Aniceto Marinas (1902). Aun así, mi vecino, convencido, quiere ir de vacaciones y hacer turismo religioso por España. Yo anhelo ir al extranjero en viaje barato y organizado, pasando por Valencia (Hospital de S. Juan) y por Moncada y apreciar las reliquias de Sta. Bárbara de camino a Venecia. Ver el color de las casas de Burano y las fábricas de cristal de Murano. Deseo hacer foto de la estatua de B. Galuppi y comprobar si su aria para Giovanna Cesati (Venecia, 1747) es igual a la que hay en la catedral compostelana. Turismo cultural se llama. En Castilla y en el Véneto hace calor en verano. ¿Por qué se alteran andaluces y extremeños, como algunos gallegos? Quien quiere votar lo hace contra viento y marea. Lo demás es engaño. ¿El voto por correo? ¡No comenzó aun la campaña! ¿Y si cambio mañana? También sé que, si no voto ya, con un Santiago en fiestas del Apóstol y con sus funcionarios ausentes o haciendo las maletas, más difícil lo tengo.

¿Qué hago ante tal panorama? Para un mes que tienen/tenemos de recreo ¿quieren a todos sacárnoslo? Casi compensa no tener trabajo e implorar al cielo. Creo que sí: hablaremos del Gobierno, tal cual es como frágil cristal de Murano.