{ políticas de babel }

Huida sin reflexión

José Manuel Estévez-Saá

José Manuel Estévez-Saá

AL IGUAL QUE LOS CIUDADANOS disponen de una jornada de deliberación previa a un proceso electoral, también a los partidos políticos se les presuponen unos días de reflexión tras los comicios. Sin embargo, la apresurada convocatoria de elecciones generales ha impedido la preceptiva meditación, lo cual semeja arriesgado. No nos referimos sólo al caso del PSOE, que también, sino al resto de las formaciones políticas. Las organizaciones deberían haber pasado la semana analizando aciertos y errores. Quizá así sabríamos si acaso los ciudadanos no se creyeron las ambiciosas promesas del Gobierno; o si rechazaron que las elecciones se hubiesen diseñado en una clave demasiado personalista, cuando lo que votábamos eran políticas locales. Incluso lo que se proyectaba a nivel nacional era visto por algunos como un exceso de gasto que parecía contrastar con las directrices de moderación que llegaban desde Bruselas. También la merma del poder adquisitivo, junto con el rechazo a posibles pactos con formaciones que a muchos sí le quitan el sueño, influyó en los resultados.

Hoy los votantes demandan sinceridad y claridad de ideas, incluso de aquellos partidos menores en cuyas manos está la futura gobernabilidad de ciertas formaciones de derechas e izquierdas. De lo contrario, también serán penalizadas por sus excesivas y oportunistas exigencias. Así, del mismo modo que el PP de Núñez Feijóo será fiscalizado por los pactos a los que llegue con Vox, también la formación de Abascal deberá valorar si sus trabas en la Comunidad y en el Ayuntamiento de Madrid no le han pasado factura, como sucedió con Ciudadanos y con Podemos en esta y otras comunidades. Los votantes parecen haber decidido que hay que dejar gobernar, implementar políticas, y sacar adelante el país; y que, si ciertas formaciones se empeñan en impedirlo, lo más sensato es apartarlas, condenándolas a la irrelevancia. Estas y otras reflexiones ya no tendrán lugar, pues la convocatoria anticipada supone una huida hacia delante en la que ya han caído todos los partidos políticos.

Muy interesante será ver cómo se las apaña Sumar no sólo para evitar convertirse en un coro de voces discordantes, sino también para integrar en sus listas a Podemos, apaciguar su ira, y forzarlos a adoptar el discurso bonito a la par que ingenuo de la ya conocida como “izquierda cuqui”. Asimismo, se debería matizar el mensaje que transmite convocar unas elecciones que alteran el período vacacional; y que, más grave aún, paralizan leyes y ayudas, ralentizan reformas, frenan la distribución de los fondos europeos, e incluso afectan a la presidencia Española del Consejo de la UE. Sólo así se evitará que algunos votantes piensen que se están priorizando intereses partidistas y personales, a costa de descuidar el bienestar nacional y nuestra imagen internacional.