{ tribuna libre }

Tres modos de manifestarse Dios

José Fernández Lago

José Fernández Lago

CUANDO en nuestra sociedad occidental los hombres se ponen a pensar sobre Dios, suelen llegar a la conclusión de que es un ser superior, que ha creado todo. Cierto que, cuando acudimos a la Biblia, sin dejar de creer en Él como el creador de cuanto existe, vemos que, además del Padre, existe el Hijo y el Espíritu Santo. Al buscar los términos más indicados para referirnos a Dios, decimos que existe un solo Dios verdadero, y tres personas distintas, que gozan de la condición divina.

La 1ª lectura de esta tarde y de mañana, del libro del Éxodo, muestra a Moisés, dirigiéndose al encuentro con Dios en el monte Sinaí. El Señor se le presenta como el Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad. Movido por esa compasión, al ver que la descendencia de Jacob sufría entonces en Egipto, va a comisionarle a él para que vaya a liberarlos, mientras que Moisés le pedirá al Señor que le acompañe, para enfrentarse holgadamente con la situación en que ellos se encontraban.

San Juan recoge en su Evangelio la entrevista de Jesús con el judío Nicodemo. El Maestro le habla del Hijo de Dios, y dice que el Padre tenía tanto amor al hombre, que entregó a su propio Hijo, de modo que, quienes crean en él, no perezcan, sino que tengan vida eterna. La razón de enviar el Padre a su Hijo al mundo radica en el deseo de que, merced a su entrega, se salve el mundo. Quien llegue a creer en el Hijo no se condenará, sino que vivirá para siempre.

San Pablo escribe a los Corintios y presenta a Dios como el Dios del amor y de la paz. A ellos les llama a tener ánimos, a compartir un mismo sentir y a vivir con tranquilidad, de suerte que el Dios del amor esté con unos y otros. Les desea que el amor de Dios Padre, la gracia del Señor Jesucristo y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ellos.