{ POLÍTICAS DE BABEL }

Sanctimonious

José Manuel Estévez-Saá

José Manuel Estévez-Saá

ANTES DE QUE RON DESANTIS presentara de manera oficial su candidatura a las elecciones presidenciales de 2024, Donald Trump ya se refería a su posible rival con el apelativo de DeSanctimonious, dando a entender que el gobernador de Florida resultaba demasiado blando, santurrón o mojigato como para asumir el reto. Lejos de disuadirlo o amedrentarlo, el político conservador de 44 años, ascendencia italiana, y natural de Jacksonville, fue fortaleciendo su perfil de líder, acumulando apoyos, y construyéndose una imagen de hombre de Estado contrario al proyecto social y cultural progresista que los demócratas de Joe Biden iban desplegando a lo largo de sus bastiones. La intuición de Trump se hizo realidad; y ahora DeSantis es señalado como el principal contrincante del magnate neoyorquino dentro de las primarias que el partido Republicano celebrará entre febrero y junio de 2024.

Pero no lo tendrá fácil; pues son ya más de media docena los nombres que aspiran a ocupar el Despacho Oval desde el trampolín republicano. Y eso no es bueno para DeSantis, dado que la división del voto que generan tantos candidatos favorece a aquél que más apoyos concita desde el inicio; y ése no es otro que Trump, quien cuenta con el favor de más de un tercio de los votantes conservadores. Quizá por eso el discurso de DeSantis, que ya fuera diputado en la Casa de Representantes en 2013, se ha radicalizado. Como muestra, su nueva cruzada frente a la presión inmigratoria, su defensa a ultranza de los valores cristianos que el Gobernador ve peligrar, su vehemencia a la hora de denunciar el revisionismo woke de una izquierda que cataloga de “poscomunista”, su oposición al aborto y a todo lo LGTBIQ+, o su lucha contra la criminalidad desde la obsesión por la seguridad.

Ron DeSantis no parece, pues, tan “mojigato” como Trump pretende hacer ver en sus declaraciones sobre el futuro del partido Republicano. Por si esto fuera poco, desde que el de Florida anunció su candidatura, la prensa y la sociedad han puesto sus ojos en la mujer del aspirante a La Casa Blanca, Casey DeSantis. De apenas 42 años, la primera dama de Florida y ex presentadora de televisión aparece retratada como una mujer fiel y creyente, madre de tres hijos, profundamente desconfiada, y decidida a defender, cuando no a incitar, los instintos y las políticas más conservadoras de su marido. De hecho, esta atractiva reportera ya ha dado muestras de su perfil decisorio y su actividad frenética desde la oficina personal que abrió, junto a la de su esposo, en su residencia oficial. Seguro que Trump, conocedor del carisma de Casey, no tardará en dirigir sus ataques también hacia ella; lo cual será prueba inequívoca de la amenaza que la nueva pareja de moda supone en su cruzada por recuperar la presidencia que perdió frente a Biden en 2020.