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El vocabulario, los puestos y los jugadores (I)

Jesús Baleato

Jesús Baleato

Terminada la temporada es buen momento para hablar de cosas alejadas de la táctica, de los modelos de juego, al margen de los marcadores y de las clasificaciones.

Los vocablos de fútbol están cambiando. Los tertulianos narradores y comentaristas hablan un leguaje nuevo. Los diferentes posicionamientos en los campos de juego los llaman bloques. La parcelación del campo abandona términos como carriles y sectores para llamarlos cada uno a su gusto. Es lo que tiene esta actividad, los profesionales de la palabra y de la pluma se suman a los modernismos en que deriva todo esto. Aquí en esta actividad se mueve mucho dinero y donde hay miel acuden muchos en busca de protagonismo y de rentabilidad. Los mismo que mudan los términos colectivos también se ven afectados los puestos en el campo, las características de los jugadores y la terminología en los informes. Hay que ir adaptándose a los nuevos tiempos.

A estas modificaciones se apunta la Escuela de Entrenadores, la táctica ya no es la táctica y la técnica deja de llamarse así.

En estos nuevos tiempos, cuando preguntas por jugadores los términos que se utilizan son ambiguos y son referentes al modelo de juego más que a las características.

Empezando por el portero, lo primero, escuchas que es bueno con los pies, poca gente se da cuenta que su papel principal es parar y eso implica blocajes, desvíos y despejes, luego no sabes si para lo parable o mete para dentro las que van por fuera. No miramos si domina la portería, si domina el área o si domina los espacios y las distancias a las espaldas de la línea defensiva y su control. La comunicación, la visión y la fortaleza mental son parte importante del puesto de portero además de las cualidades físicas y técnicas que son más fáciles de observar. La dirección, despejes de puños, ordenamiento y mando del portero en el juego han desaparecido del entreno y del partido. La influencia del portero en el juego es tremenda, en defensa y en ataque, pero casi siempre sin balón, ve el juego desde atrás y descansadamente. El portero es el especialista dentro de los jugadores, juega con pies y manos y dirige. Son unos privilegiados que tiene entrenador específico y deberían aprovecharlo unos y otros e integrar el entrenamiento dentro del trabajo táctico, al menos con la línea defensiva. Los errores que estamos viendo, a diario, son suficientes para hacernos reflexionar. Tuve la fortuna de entrenar en el Céltica a un gran maestro de todo esto, a César, lo pongo como ejemplo siempre que puedo y no diga más porque no tengo su permiso.

Cuando te interesas y preguntas por los jugadores de la defensa, la primera línea, los comentarios se centran en la salida de balón, en la iniciación del juego, no te dicen si defiende bien en espacios abiertos y cerrados, cómo se desenvuelve en el uno contra uno, temporizan o anticipan, si calcula bien las trayectorias del balón y se orienta en cuanto a la pelota, al rival y a la portería, cómo lo hace con y sin balón y del juego de cabeza defensivo y ofensivo.

La capacidad de percepción del entorno y del juego implica su propio posicionamiento y control del entorno del juego y de la jugada. En definitiva, cómo se percibe y percibe el juego dentro de las diferentes alternativas que da la jugada defensiva, la atacante, el balón parado y las transiciones.

Un defensa debe contar fuerza física, resistencia, velocidad, agilidad, habilidad en el juego aéreo, ser estable emocionalmente, con mentalidad destructiva del juego, liderazgo, orgullo y espíritu de superación para imponerse en el partido.