EN EL RANKING DE SHANGHAI de Universidades de 2023, la de Santiago de Compostela ha bajado pasando de estar entre las cuatrocientas y quinientas mejores Universidades del mundo a estar más arriba de las seiscientas, es decir en un año ha retrocedido más de doscientos lugares. Dentro de Galicia figura por primera vez detrás de la de Vigo. Parece ser que el descenso tiene que ver con un menor número de profesores con publicaciones altamente citados en revistas científicas prestigiosas.
Aunque los rankings de Universidades hay que relativizar su importancia, un descenso tan fuerte es motivo para que la Universidad de Santiago se preocupe seriamente si realmente la bajada es debida a lo que se alude, y había que preguntarse por qué sucede esto. Las razones que han aparecido achacando el descenso a las jubilaciones de profesorado reemplazados por otros más jóvenes y por tanto con sus publicaciones menos citadas no puede ser la causa. De un año para otro no se jubilan tantos profesores y además muchos de ellos siguen colaborando, ya sea bajo la figura de emérito o de otra manera, por lo que figuran o deberían figurar como pertenecientes a la Universidad de Santiago en sus publicaciones. Hay muchos investigadores que de alguna u otra forma colaboran con la Universidad de Santiago y en sus publicaciones no siempre figura la pertenencia a la Universidad sin que esta se preocupe por ello. Un ejemplo es el IDIS con cientos de investigadores que son pertenecientes al Sergas pero con alguna relación administrativa o laboral con la Universidad y a veces no figura en sus publicaciones su pertenencia.
Clarificar si el descenso tan radical en el ranking en solo un año ha provenido por un error burocrático, ya sea cometido por el propio ranking o por la Universidad, es muy necesario.
El equipo rectoral puede aprovechar el momento para reflexionar si es suficiente el apoyo y la atención que pone a los grupos de investigación competitivos que son muy citados, teniendo en cuenta que tiene que competir en frentes en los que no lo hace el resto. Poner el adjetivo de excedentarias a áreas donde los investigadores son muy citados limitando por ello su crecimiento como hace la Universidad y por el contrario, en áreas donde su profesorado es apenas citado ampliar la plantilla con jóvenes formados en esos mismos grupos es asegurar no solo un descenso en el ranking, sino en lo más preocupante: la calidad de la Universidad
Dentro de Galicia empieza a haber ofertas tentadoras a profesorado de la Universidad de Santiago por parte de las otras dos universidades, algunas de las cuales ya han cristalizado. La Universidad de Santiago debería espabilarse en el mismo sentido, retener lo que tiene y buscar investigadores de prestigio en áreas que sean deficitarias de ellos. Estos son los que hacen mejorar a las Universidades.
La Universidad de Santiago es buena en muchos campos. Tres de sus Centros singulares, el CiQUS, el IGFAE y el CiMUS, cuando son evaluados por comisiones externas, ocupan los tres primeros lugares de todos los de Galicia. Tiene también buenos departamentos en diversos campos, pero no debe dormirse en los laureles. El descenso en el ranking debe ser un despertador para reflexionar sobre su política de recursos humanos y motivo de discusión en sus órganos de gobierno.