NO PERDIÓ EL TIEMPO Alberto Núñez Feijóo, ni tampoco se lo ha hecho perder a la ciudadanía. Aprovechó la oportunidad de presentarse como un hombre de Estado que da la cara, frente a un Pedro Sánchez que no sólo rehuyó dar explicaciones sobre pactos y programa, sino que envió a Óscar Puente, una figura de segunda, radical, tosca y de verbo agresivo, menospreciando así a la Cámara y a muchos españoles, también socialistas. El presidente en funciones mantiene su estrategia de no dar explicaciones a una sociedad cada vez más preocupada por las prebendas que lleva tiempo concediendo a catalanes, en detrimento de la democracia y la igualdad entre españoles incluso ante la Ley.
Mientras tanto, el candidato y líder de la oposición supo enarbolar la bandera ética, no sólo criticando públicamente cualquier amnistía, sino incluso proponiendo incluir en el Código Penal el delito de “deslealtad institucional”, y volver a incrementar las penas por delitos de malversación con fondos públicos. También desgranó muchos de los aspectos de su programa social y económico. Y, por mucho que sus opositores lo nieguen, estuvo brillante en el turno de réplicas, sobre todo con Bildu, Junts, el PNV, e incluso Sumar. Así, por ejemplo, abrió los ojos a los votantes de Junts y del PNV en el tema económico, al recordarles que sus alianzas implican comprar las políticas económicas socialistas, pero también las de Sumar y Podemos.
Hay partidos que salen claramente debilitados de este primer debate de investidura, como es el caso un PNV que se está jugando su futuro frente al auge imparable de Bildu. También Sumar y Vox han quedado desdibujados. No se atrevió Yolanda Díaz a hacer valer su fuerza ante Feijóo, escondiéndose tras la sombra de Pedro Sánchez; y, como ella no podía, pues tampoco se trataba de ceder su púlpito a alguien de Podemos. Desde luego, lleva tiempo Díaz evidenciando que lidera con puño de hierro una formación que, más que “Sumar”, debería conocerse como “Someter y Arrinconar”.
Dijo Patxi López que Feijóo no había “hecho amigos”, pero olvida que el PSOE pierde a ilustres figuras, y en Sumar las amistades se están cuestionando. ¿O acaso debemos calificar de amistad la relación de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz con los independentistas de ERC y Junts, quienes aprovechan su acercamiento para sangrarlos económica y políticamente? Ante este panorama, muchos socialistas, y su destacado barón con voz y votos Emiliano García-Page, se quejan, una vez más, de la actitud del presidente en funciones y secretario general de su partido, y lamentan no haber podido conocer sus planes. Pero sus críticas sonarán a pura hipocresía si no se abstienen en caso de que Sánchez se presente a la investidura con la amnistía, la promesa de un referéndum, y regalos económicos a catalanes y vascos bajo el brazo.