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Opinión | Notas de actualidad

Catedrático de Arte

Muchas gracias

Hay momentos en los que uno siente la imperiosa necesidad de dar las gracias; de decir, a tantos y tantos, muchas gracias por el modo en el que ha sido tratado. Con la presentación de mi último libro, ‘España. Sus catedrales y Santiago el Mayor. Por tierras de Compostela’, celebrada la pasada semana en el Paraninfo de la Universidad de Santiago, tuve la sensación de que tenía que decir, alto y por doquier, muchas gracias.

En la aventura de escribir un libro de Historia del Arte, de estas características, fue preciso contar con muchas desinteresadas ayudas. Cuando, en los últimos siete años, el trabajo de investigación se desarrolló en cuarenta catedrales hispanas, detrás de ese intenso y extenso deambular, la vida le puso a uno ante la generosidad de la acogida de personas que le allanaron el trabajo a hacer y que, muchas veces, se convirtieron en nuevos amigos, algo que tiene, a estas alturas, un incalculable valor. A ellos, muchas gracias.

También quiero mostrar mi agradecimiento a quienes apoyaron la realización de este trabajo en el día a día, laborando en él, aquí, en Compostela. Los compañeros del Grupo de Investigación, del Departamento de Historia del Arte y, por extensión, de muchos otros estamentos universitarios entre los que merece una cita especial el servicio de Bibliotecas que facilitó, tantas veces, la posible lectura de una abundante bibliografía de difícil acceso. También mi agradecimiento a quienes le dieron forma –en este caso, Teófilo Edicións–, convirtiendo en libro los textos y las fotografías de este autor.  

A todos y cada uno de los que estuvieron en el Paraninfo, y a aquellos que siguieron el acto de una forma no presencial, les digo, de corazón, muchas gracias, también; de un modo particular, al presidente de la Xunta –que apoyó siempre este proyecto–, al rector y al arzobispo, así como a José Luis Teófilo; todos ellos tomaron la palabra y a lo que dijeron tan solo les puedo contestar expresándoles mi gratitud.

Y, por supuesto, muchas gracias a los medios de comunicación que dieron cuenta de este acto. Así en EL CORREO GALLEGO –en cuyas páginas colaboro semanalmente desde hace más de treinta años– he sido tratado con el mismo cariño que siento hacia esta cabecera, a su historia y a todo lo que representa. 

El camino sigue. El Año Santo Compostelano del 2027 está a la vuelta de la esquina y, después del libro ahora presentado, vendrán otros hasta completar el estudio de un repertorio de cincuenta y nueve catedrales hispanas, vistas desde la óptica jacobea, unas tratadas por quien esto escribe, en dos nuevos volúmenes, y otros tres por otros tantos magníficos especialistas: Yzquierdo Peiró, Fernández Gasalla y Singul Lorenzo, expertos compañeros en este último tramo de una singular peregrinación en la que Santiago el Mayor resultará omnipresente.

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