Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Opinión | El trasluz

El Jaguar del corruptor

También a los seres menesterosos, a los seres del montón, nos gustaría apagarnos a ratos como se apaga el móvil

El exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

El exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. / EP

El "apagado o fuera de cobertura" de los móviles tiene miga. A veces, el que está apagado o fuera de cobertura, o eso le gustaría a él, es su dueño. Las horas de descanso nocturno deberían cumplir un poco esa función, pero lo cierto es que cuando dormimos, en cierto modo, despertamos. Despertamos a otra realidad, a otros mundos. Que los olvidemos al salir de la cama no significa que no actúen en la vigilia. También al cerrar los ojos olvidamos (aparentemente) los sucesos del día. Nos movemos entre esas formas de vida repletas de estados intermedios. De ahí que la radicalidad del móvil resulte envidiable: o está encendido o está apagado. El universo analógico, en cambio, trabaja con continuos. Alcanzamos la paz desde el desasosiego. O la dicha desde la desgracia. Pero también en la desgracia suele haber algo de dicha, o viceversa. El continuo implica que las cosas transcurren de forma fluida, como la luz o la temperatura. Lo de Montoro, por poner un ejemplo, parece que ha llegado de golpe, pero se anunciaba desde hacía meses. Había, digamos, un runrún. El runrún es específico del mundo analógico, donde abundan los grises entre el blanco y el negro. Significa que no hay cambios bruscos entre un valor y otro, sino una gradación infinita de matices.

¿Cuándo empieza a corromperse analógicamente un político? A lo mejor, todo arranca con un regalo candoroso de Navidad. Ni siquiera una cesta con jamón de jabugo. Quizá un reloj barato. Y eso debe de gustar, no ya por el valor material del regalo, sino por lo que implica de reconocimiento de un poder. No creo que la corrupción comience de golpe, con un Jaguar (recuerden el de Jesús Sepúlveda, exmarido de Ana Mato). Cuando se llega al Jaguar, se ha recorrido ya un largo camino de carácter analógico. En el Rolex de oro del corruptor se aprecia todavía algo del ruido y la textura de la antigua situación moral del corrompido.

Pienso que para Montoro y Ábalos y Cerdán y cía. sería magnífico trasladarse de súbito al cosmos digital para quedarse fuera de cobertura con todo lo supuestamente robado. Pero ya no es posible. También a los seres menesterosos, a los seres del montón, nos gustaría apagarnos a ratos como se apaga el móvil, aunque a lo más que podemos aspirar es a dormirnos.

Tracking Pixel Contents