Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Opinión | Notas de actualidad

Catedrático de Arte

Felipe Criado en la USC

Hasta diez obras pueden verse en el Museo Virtual de la USC que llevan la firma de Felipe Criado (Gijón, 1928- Mera, 2013). Ocho de ellas son retratos entre los que figuran el de Alonso III de Fonseca, interpretado desde la fantasía y la imaginación; el rector Sanz Pedrero; cuatro de otros tantos decanos de Farmacia y dos más, valorados como vítores, que nos acercan a Francisco Asorey -en un atinado trabajo realizado en 1959- y a Valle Inclán. También se guardan en espacios universitarios dos paisajes de su autoría.

Pues bien este patrimonio se ve ahora enriquecido con una nueva pintura, de grandes dimensiones, que, casi a modo de mural, se dispone en el segundo piso de la Facultad de Filología, en un lugar muy transitado ya que se ubica en una zona de tránsito hacia las aulas. Se trata de un enclave que goza de una magnífica iluminación, en un contexto arquitectónico muy adecuado.

Ha sido la generosidad de la familia Criado Boado la que ha facilitado que este trabajo llegue hasta aquí. Se titula “Añoranzas cántabras del Sardinero” y se data en 1995; es decir, cuando el pintor tenía 67 años y vivía y trabajaba, desde hace mucho tiempo ya, en Galicia. El artista rememora, en este caso, desde lo aquí figurado, aquella infancia y juventud transcurrida por tierras asturianas y, en particular, santanderinas. Se trata de una obra de madurez, grandiosa en su ejecución, sabia en el dibujo y el color, en la que la mujer, como tantas veces en su obra, es ideal y culmen de una belleza de condición varia, expresada en esas cinco figuras que protagonizan un cuadro contextualizado en paisaje de formas un tanto sintéticas.

En el acto de presentación estaba una representación familiar. Su mujer (y su musa), Mercedes Boado; dos de sus hijos, Felipe y Cecilia, profesora en este centro; también, Maruchi Tallón – la esposa del hijo mayor del pintor- y, además, las nietas del artista. Todos echamos en falta a Emilio Montero Cartelle, el marido de Cecilia, recientemente fallecido, un gran amigo, respetado y muy querido; él fue decano de esta Facultad y el que propuso que aquí estuviese, tan bien representado, su suegro.

Tracking Pixel Contents