Opinión | On/off
¿Mercedes por Goretti?
Coincidiendo con el paso del ecuador de los mandatos locales floreció en Galicia un considerable número de mociones de censura que ponen fin a gobiernos de un signo político para dar acceso a sus opositores, con la particularidad de que algunos de sus protagonistas, los que permiten que ello suceda, salgan inmunes. O sea, que tanto están con tirios como con troyanos. En cualquier caso, nada nuevo bajo el sol. Siempre hubo mociones de censura y mientras exista la democracia siempre las habrá. Más en los ayuntamientos, cuyos alcaldes no gozan de la facultad de disolver corporaciones y el TC abolió cautelas sobre tránsfugas. Sobran, pues, las posturas farisaicas de escandalizarse cuando las propone el adversario al tiempo que se aplauden aquellas que te benefician.
Las censuras municipales vienen a ser en cierto modo como las elecciones intermedias que se dan en algunos países, como en Estados Unidos (mid-term election), y que en cierto modo sirven para ratificar o corregir gestiones políticas, además de un cambio sustancial en las mayorías de la instituciones afectadas hasta el punto de que implica un cambio radical de gobierno. Que se lo digan a Trump quien teme perder sus mayorías en Congreso y Senado, lo que le impediría usar con tanta obscena fruición el rotulador de punta gruesa. O gripar la motosierra de Milei en Argentina, también en modo electoral parcial.
Como en otros periodos o mandatos -me resisto a hablar de legislatura porque los ayuntamientos no legislan- las renovaciones, allí donde es posible, tampoco deben retrasarse más. Falta año y medio para su término. Con las mociones se trata de volver al inicio. Cuando las urnas deparan configuraciones variopintas que dificultan la formación de mayorías estables no sorprender que estas se rompan en cualquier momento para dar paso a un nuevo ejecutivo. Es tan legal la votación para alcalde justo después de las elecciones como dos años más tarde, salvo que por medio haya lechugas o chistorras (en lenguaje de actualidad). Si así fuere habrá que pedir a la UCO que haga horas extra.
La finalidad principal de las censuras municipales es hacerse con el poder local. La secundaria es a medio plazo. Se trataría de crear condiciones favorables para situarse en mejor posición de cara a comicios venideros, en otros espacios. En la docena larga de casos que se dieron en Galicia, o están dando, hay algunos de cierto relieve. Hablo de Ribeira, Sarria o Noia, pero tampoco creo que su trascendencia supere en mucho el ámbito local y temporal. Los cuentos de la lechera no son más que ensoñaciones.
Pata negra de las mociones sería la censura en Santiago. ¿Se dan las circunstancias idóneas para que se produzca? Depende de Rosón y alguien más. Con los 11 del PP, el suyo y un voto añadido es suficiente. Prodigios mayores se han visto. ¿Cómo reaccionaría la ciudad? Dada la aclimatación a gobiernos en minoría de una sociedad tan permeable como la compostelana no creo que se produjera ningún motín al estilo del sucedido en los años 80, cuando la censura a Estévez le catapultó a renglón seguido hacia repetidas mayorías absolutas. Si hubiera que decantarse por Mercedes Rosón o Goretti Sanmartín es probable que el respetable respondería con aquello del tanto monta, monta tanto. Ni fu ni fa.
¿Beneficiaría el cambio al PP? Supongo que habrá anunciado el cheque en blanco a Rosón en la confianza de que no tendrá que entregarlo. Verea tiene opciones de crecer lo suficiente como para alcanzar mayoría suficiente en 2027. El hecho de pelear él solo contra cuatro (BNG, CA, PSOE y No Adscritos) pone al público a su favor. Reacción de libro. Hacer gratis alcaldesa a Rosón favorecería una futura candidatura suya que pescaría en su electorado y seguramente abonaría el crecimiento de un BNG victimizado.
Gobernar tu ciudad tiene que ser la mayor satisfacción de cualquier persona con vocación política. Con más razón si hablamos de una polis senlleira como Santiago. La tentación es fuerte. Y más cuando los tuyos te han tratado peor que a los de las chistorras, soles y lechugas.
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